
El 'hombre calamar' gaditano que triunfa en la televisión de Corea
Descubre la historia de cómo tirar la basura acabó llevando a un gaditano a la televisión coreana y haciéndolo viral

A veces, tirar la basura te puede cambiar la vida. Al menos por un rato. Que se lo digan al gaditano que el pasado 4 de enero se coló en la grabación de un programa culinario de una televisión de Corea y ha terminado convertido en fenómeno viral.
¿El motivo? Echarle cara y arte, una sonrisa eterna y vender el puchero como el mejor plato del mundo. Y nunca se sabe si puede servirle para acabar visitando el sur de aquella península asiática. Esta es la historia de lo que ocurrió.
Una celebración cualquiera. Un cumpleaños en el Club Caleta. Un arroz en una paellera del tamaño de una barquita de las que allí están descansando. Y una bolsa de basura. Eso fue todo lo que necesitó este gaditano para acabar, sin comerlo ni beberlo, arrasando en un programa de televisión coreano. O mejor dicho, comiendo.
Porque lo que pasó después de que Ángel González subiera a tirar la basura, no se lo termina de creer ni él. “Yo estaba haciendo un arrocito en el Club Caleta y subí a tirar la basura, pero como me apunto a tó… jajajaja”, reconoce entre risas. Al subir la cuesta se topó con un rodaje de cámaras, luces, fogones callejeros y dos celebridades coreanas —el actor Ryu Soo-young y la cantante Jeon Somi— preparando platos tradicionales de su país junto a la popular playa gaditana, gaditana. Era el reality Yorichori, un show surcoreano que combina famosos, cocina y reacciones espontáneas del público.
Y Ángel con su gorro del disfraz que usó en una fiesta romana ("de calamar a la romana") no lo sabía, pero ya era parte del episodio. De hecho, prácticamente se lo acabó robando. Llegar un calamar en la cabeza ante una televisión del país que le ha dado al mundo la serie El juego del calamar es casi ir provocando.
El presentador le gritó desde lejos: “Hola. Calamari, calamanero. Hola, hola. Calamari, hola, hola. Adelante…”. Y allá que se fue el bueno Ángel. A partir de ahí, la secuencia es oro puro. Historia de la televisión:
Probó uno de los platos coreanos con gesto curioso y, tras saborearlo, soltó una de las joyas que dejó: “Mi arroz está bueno, pero esto puede valer”. Ahí lo llevas. Porque sí, el arroz que él mismo había hecho para el cumpleaños, según confiesa, “estaba de escándalo”. Y ahí es cuando la cámara muestra la pedazo de paella que acababa de utilizar. No le hacía falta competir. Solo constatarlo. Seguro que ha tenido buen maestro en el arte arrocero.
Desde el primer momento Ángel barrió para casita. Sin que nadie se lo pidiera, empezó a promocionar el puchero. Así, aprovechado su camiseta, con toda la convicción del mundo. Y lo repitió como si estuviera dando una rueda de prensa internacional. Para él, “la sopa típica de España, de Andalucía”, estaba al nivel del mejor plato que le pudieran ofrecer.
Y la historia no ha acabado. Con el vídeo ya dando vueltas por Corea y acumulando visualizaciones, Ángel decidió escribirles. Sin pelos en la lengua (o en los dedos) les ha escrito "a ver si me pagan un viaje a Corea”, comenta con una mezcla de esperanza y cachondeo.
Y desde aquí lo decimos claro: Desde Cádiz Directo nos ofrecemos voluntarios para cubrir el viaje, el reencuentro, el arroz que monte allí o lo que haga falta. Porque si algo ha quedado claro es que Cádiz no necesita prepararse para brillar. El surrealismo mágico de aquí soprende y triunfa ante cualquier público sin el menor esfuerzo.