El capitán de la real Sociedad, Mikel Oyarzabal, posa junto al churrero de la Churrería Ana. Foto: Facebook Chrrería Ana.
El capitán de la real Sociedad, Mikel Oyarzabal, posa junto al churrero de la Churrería Ana. Foto: Facebook Chrrería Ana.

El inesperado último fan de las churrerías de la Plaza de Cádiz

El campeón de Europa con España y capitán de la Real Sociedad se dejó conquistar por uno de los grandes tesoros cotidianos de Cádiz: los churros de la Plaza de Abastos

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En Cádiz, uno de los homenajes culinarios que uno se puede dar es de lo más sencillo y menos pretencioso que hay: un buen papelón de churros de la plaza y un cafelito  chocolte en algunas de las cafeterñías que hay alrededor del Mercado de Abastos. Y ahí ha llegado un nuevo e inesperado fan.

Y es que aunque por allí pasan a diarios decenas de visitantes y gente de Cádiz que hacen pacientemente la cola, este lunes 22 de diciembre llamó la atención la presencia de uno. Fútbolista de Primera División, capitán de la Real Sociedad, campeón de la Eurocopa con la selección española y uno de los jugadores más respetados del fútbol español: Mikel Oyarzabal.

Y es que aunque es un tipo discreto es sus formas y sus gestos, seguramente su acento o el futbolerismo de alguno de los encargados hizo que lo descubrieran en la cola. En su visita a Cádiz junto a su familia, el futbolista vasco hizo una parada en la Plaza de Abastos, ese corazón popular donde la ciudad se mezcla cada mañana entre el aroma del café y el sonido del aceite friendo.

Fue en las churrerías de la Plaza donde Oyarzabal decidió disfrutar de un desayuno típico. La escena, inmortalizada por la Churrería Ana, fue compartida en redes sociales con un mensaje tan natural como lleno de cariño: “Hoy tuvimos el placer de ponerle unos buenos churritos al crack Mikel Oyarzabal, junto a su familia. Muy amables y cercanos”.

La publicación, acompañada de una fotografía del jugador junto al churrero, no tardó en viralizarse. En cuestión de horas, los comentarios se multiplicaron, mezclando orgullo, humor y ese inconfundible toque gaditano.

El inesperado último fan de las churrerías de la Plaza de Cádiz

Y es que Cádiz tiene una habilidad especial para convertir lo cotidiano en extraordinario. La ciudad, con su luz su hospitalidad y la forma de vida de sus gentes, logra que incluso una estrella del fútbol mundial pase inadvertida y cómoda entre el bullicio del mercado.

Oyarzabal, siempre discreto y respetuoso, posó con amabilidad para la foto, compartió unos minutos de charla y dejó tras de sí una historia de las que hacen sonreír a todo el mundo. Nada de poses ni flashes, solo un desayuno y un encuentro casual que refleja lo que Cádiz mejor sabe ofrecer: cercanía y buen humor.

En una época en la que todo parece filtrado y artificial alrededor del mundo del fútbol, esta anécdota se ha convertido en un pequeño respiro. Una historia que une a norte y sur, a San Sebastián y Cádiz, a un campeón europeo y a una churrería familiar. Porque, al final, en el fútbol y en la vida la humildad y sencillez de alguien famoso lo hace más cercano y le gana seguidores..

Y es que aunque él sea de Eibar, el hecho de jugar en el equipo txuri urdin hace que sin duda sepa de ciudades bonitas. Y ahí, sin duda, Donosti y Cádiz están entre las más bonitas del mundo mundial.