
El Navegante: un año de sabor gaditano frente al mar

Ubicado en pleno Puerto Deportivo Viento de Levante, el restaurante El Navegante ha cumplido su primer aniversario con su proyecto de apostar por la cocina clásica del mar en uno enclave privilegiados de Cádiz, desde el que se pueden ver los dos puentes de acceso a la ciudad.
Desde su apertura el 29 de mayo de 2024, este espacio ha combinado producto de calidad, vistas inmejorables y una carta sencilla pero muy cuidada. Su propuesta, centrada principalmente en el pescaito frito y platos a la plancha, ha logrado conquistar tanto al público local como al visitante.
La cocina está liderada por Francisco Jiménez, más conocido como Pancho, con una amplia trayectoria en fogones gaditanos como El Viajero y Ultramarinos. Su experiencia y conocimiento del producto local le permiten mantener una carta coherente y bien ejecutada. En la sala, el servicio corre a cargo de Ramón Liñeiro, profesional curtido en la hostelería de la ciudad, quien ha dotado al restaurante de un trato cercano, eficiente y siempre atento a los detalles.

Pescaito frito clásico de la casa, una de las señas de identidad de El Navegante.
Con un equipo de unas 20 personas, El Navegante ofrece una experiencia completa en la que se cuida tanto el sabor como el entorno y el confort. “Es un lugar especial por el entorno en el que está, en pleno puerto deportivo Viento de Levante, donde el bar siempre ha tenido un producto del mar de primera y siempre ha sido muy cuidado”, explican desde la dirección.

La calidad del producto es una de las marcas de la casa.
El restaurante está perfectamente preparado para operar todo el año, con espacios acondicionados tanto para los días de viento de levante en verano como para la lluvia o el frío de los meses invernales. Cuenta con una distribución que se adapta a cada tipo de comensal: barra y mesas altas en el salón interior para quienes prefieren comer por tapas, y mesas bajas en las terrazas interiores y exteriores para quienes optan por platos completos o raciones.

Ensalada de ventresca con pimientos y cebolla roja.
Además de su propuesta diaria, El Navegante se ha consolidado como un lugar ideal para eventos: bodas, comuniones, cumpleaños, comidas de empresa y otras celebraciones encuentran en el local una oferta flexible y personalizada. La amplitud del espacio, su versatilidad y el atractivo del entorno lo convierten en un escenario incomparable para cualquier ocasión especial.

Vista de la terraza exterior al atardecer, con las embarcaciones del puerto al fondo.
Pero si hay algo que destaca tanto como su cocina, es su ubicación. Desde su terraza y su espigón se contempla una de las panorámicas más singulares de la ciudad. “De noche, el paseo de la Avenida de la Bahía casi que recuerda a Miami, con los barcos y demás embarcaciones atracadas ahí con unas vistas privilegiadas de la Bahía y, los dos puentes, ya que prácticamente está bajo el Puente de Bicentenario y se contempla al fondo el Puente Carranza”, explican con orgullo.

El Puente Carranza también se puede observar desde la terraza de El Navegante.
La carta se mantiene intencionadamente sencilla. El pescado de calidad y el producto fresco mandan. No hay florituras innecesarias ni menús extensos. La intención es clara: ofrecer lo que mejor se conoce, hacerlo bien, y mantener una identidad reconocible. Aun así, se incluyen algunas opciones para quienes no deseen pescado o busquen alternativas más ligeras, sin que ello desvirtúe la esencia del restaurante.

Una de las alternativas para quienes no consumen pescado frito.
Tras este primer año, El Navegante no sólo ha logrado estabilidad en su funcionamiento, sino que también ha sabido crear una clientela fiel. Muchos repiten por la calidad, otros por la tranquilidad del entorno, y algunos por el ambiente relajado que se respira en cada comida. Lo cierto es que este restaurante ha encontrado el equilibrio entre tradición, entorno y experiencia, con un carácter que lo distingue.
El aniversario no es sólo un hito cronológico, sino la confirmación de que el proyecto está en buen rumbo. Como su nombre indica, El Navegante continúa su travesía, con el viento a favor y la brújula bien calibrada. A su proa, la Bahía de Cádiz.