Sobrino pugna con el defensa del Real Oviedo, Dani Calvo, al que llega el meta Aarón
Sobrino pugna con el defensa del Real Oviedo, Dani Calvo, al que llega el meta Aarón. Foto: Cádiz CF.

Fin del calvario: el Cádiz CF cierra en Oviedo una pésima temporada con derrota aunque mejor imagen

El conjunto amarillo compitió ante un Oviedo que finalmente jugará el play off de ascenso

Actualizado:

Se acabó, que diría María Jiménez. Por fin, que podría añadir cualquier cadista. El Cádiz CF ha cerrado una pésima temporada en la que ha acabado en la segunda mitad de la tabla perdiendo en Oviedo, que tampoco ha logrado la carambola del ascenso directo. Toca reconstruir. Y no solo en lo deportivo.

Hay derrotas y derrotas y esta del Carlos Tartiere es de las que se pueden asumir y digerir. Porque el equipo ha competido, ha estado hasta final con opciones de puntuar y ha dado una buena imagen. Y en casa del tercer clasificado que se jugaba ascender directamente o mantener los privilegios del tercero para la fase de ascenso.

Lo de hoy se puede entender, pero es un epílogo correcto y digno a una pésima temporada en la el cuadro cadista, después de descender de Primera, nunca han ocupado, ni tan siquiera, puestos de play off. De hecho, solo en dos jornadas han estado los amarillos en la primera mitad de la tabla.

Mirando el partido de hoy, Garitano ha seguido con sus probaturas de cara a la próxima temporada y con darle minutos a algunos de los hombres que van a salir como si el club pudiera sacar una mejor operación por ellos. Complicada va a estar la operación salida. El técnico vasco ha repetido el planteamiento que tan buen resultado le dio hace una semana ante la SD Huesca, pero dando entrada a Iza en el carril derecho en lugar de De la Rosa. Evidentemente no le ha ido también, pero el Cádiz ha competido.

El Oviedo trató de hacer valer desde el inicio su necesidad. Realmente era el que se jugaba algo y tenía que buscar la victoria y esperar a lo que hiciera el Elche en Riazor. De hecho, la primera acción ya acumuló muchos hombres al remate antes del primer minuto de juego. Sin embargo, las noticias del primer gol ilicitano, a los cinco minutos de juego, calmó un poco la presión local.

Así, el choque entró en unos compases de algo de igualdad. La posesión de balón y la inercia del juego era carballona, pero el equipo cadista se defendía bien y contrarrestaba el ataque asturiano. Hasta que comenzó a aparecer mucho Hassam, que desde su banda derecha fue haciendo que se le vieran las costuras defensivas y a Recio, entre quienes solía aparecer. En el 26, un balón largo desde la zaga le permitió a Hassam encarar a Climent y, tras irse para el centro, ponerse en el balcón del área a Seoane que llegaba acompañando y que pudo disparar sin mucha oposición.

El tanto no varió mucho el juego. No dio casi tiempo. Tras una buena internada de Iza por el medio un centro de Climent acabó en corner. Aarón despejó de puños el saque de esquina y M0ussa, tras pararla con el pecho, la enganchó a la base del poste para empatar.

Media hora de juego y el partido, de nuevo, en el mismo punto. Así que ambos contendientes volvieron al plan inicial: el Oviedo a intentarlo con toque y verticalidad con Hassam y el Cádiz a controlar y esperar una contra. Cuando ambos parecían empezar a pensar en el descanso, Nacho Vidal la enganchó en el área para ponerla en la escuadra para hacer valer la superioridad local en este primer acto.

El paso por el vestuario no cambió mucho en los dibujos de ambos equipos, pero el Cádiz daba un paso al frente. Aunque hubo acercamientos peligrosos del cuadro local las sensaciones comenzaban a ser otras. Y estas sensaciones se acrecentaron cuando Garitano movió el banquillo y cambió de planteamiento aunque no tanto de dibujo. Mantuvo los tres centrales y dos carrileros y prescindió arriba de dos hombres más de área como Roger y Carlos Fernández para optar por dos futbolistas con más movilidad, como Sobrino y Brian Ocampo. Mientras, reforzaba el trivote en la medular con Alcaraz y Escalante. El cambio final de De la Rosa apenas tocó nada.

Y los amarillos comenzaron a acumular ocasiones. De hecho, nada más entrar Escalante la primera. Otro remate del argentino de cabeza y una acción de Brian que no se sabe bien si remató o centró fueron dos muy buenas ocasiones del Cádiz para empatar. Pero los amarillos no tuvieron fortuna esta vez. Al menos daban la cara y estaban en el choque. Y ponían en apuros a un rival que en esos momentos solo pensaba en guardar esa tercera plaza.

Los cadistas estaban algo mejor en ataques y apenas sufrían en defensa, donde la lesión de Hassam le permitió crecer a Iker Recio y a Climent. Y los de Garitano siguieron buscando el empate hasta el final. Y pudieron lograrlo en un posible penalti de Nacho Vidal a Alcaraz que, probablemente, en un choque con más en juego se hubiera señalado. Pero nadie protestó de más.

Con las estadísticas en la mano, el Oviedo puede parecer que fue mejor, pero la sensación que dio el choque es que el Cádiz hizo méritos para que el empate tampoco fuera una locura y dejó una sensacion, al menos, de equipo más metido y que no está de vacaciones como la que daba hace apenas dos semanas en El Ferrol.

El Cádiz ha cerrado una muy mala temporada. Una temporada que ha abierto grietas en la relación entre afición y directiva. Una temporada que ha señalado a jugadores que probablemente acabaron su ciclo de amarillo con el descenso de Primera y una temporada que deja una sensación de distanciamiento con el club. Habrá que darse algunas semanas de desintoxicación y tratar de ver las cosas en perspectiva. Y sobre todo, que el club presente un nuevo proyecto atractivo más allá de los anuncios de cambios de ubicaciones cantadas en proyectos faraónicos o de esperar a fichajes mediáticos.