Interceptan en El Puerto una furgoneta de alquiler con 140 petacas de gasolina para narcolanchas
La Guardia Civil detiene a dos personas por transportar 3.500 litros de combustible destinados a las narcolanchas
La Guardia Civil ha interceptado en el Poblado de Doña Blanca, en El Puerto, una furgoneta de alquiler cargada con 140 petacas de gasolina, que sumaban un total de 3.500 litros de combustible presuntamente destinados a abastecer narcolanchas en el Estrecho de Gibraltar.
El vehículo fue detectado por los agentes cuando circulaba de forma sospechosa por la carretera A-4, dentro de un operativo de vigilancia orientado a frenar la logística y el avituallamiento del narcotráfico en la provincia. Tras un seguimiento controlado, fue interceptado a la altura de la salida de Doña Blanca.
En el interior del vehículo, los agentes localizaron las petacas de gasolina perfectamente apiladas, listas para ser trasladadas hacia puntos cercanos al litoral. Los dos ocupantes de la furgoneta fueron detenidos por un delito de tenencia de sustancias explosivas, al transportar combustible sin autorización ni medidas de seguridad.
El operativo, desarrollado por efectivos de Seguridad Ciudadana y del Equipo ROCA, forma parte de la estrategia de la Guardia Civil para debilitar la estructura logística de las redes dedicadas al narcotráfico en el Campo de Gibraltar.
Según fuentes de la Gardia Civil, estas organizaciones dependen de una red paralela de transporte y almacenamiento de combustible, imprescindible para mantener en funcionamiento las embarcaciones de alta velocidad que operan en el Estrecho.
El combustible incautado fue trasladado a dependencias seguras para su custodia y tratamiento como material peligroso, dada la gran cantidad de gasolina concentrada en un solo vehículo. La intervención en Doña Blanca se suma a otras operaciones recientes llevadas a cabo en la provincia de Cádiz contra el transporte y distribución de combustible destinado a actividades ilícitas.
La Guardia Civil ha destacado que este tipo de actuaciones resultan esenciales para limitar la capacidad operativa de los clanes y reducir su margen logístico, recordando además que el transporte de grandes volúmenes de gasolina sin permisos supone un riesgo elevado tanto para la seguridad vial como para el entorno.