Juventud emprendedora en el barrio de Santa María: La peluquería 'Dani The Barber'
En su pequeña peluquería del Cristo de la Sentencia suenan las maquinillas, pero también el fútbol, la Semana Santa y las tertulias de un barrio que respira Cádiz por los cuatro costados.
Cuando juventud, emprendimiento y barrio se unen, Cádiz sale ganando. El barrio de Santa María, en pleno casco histórico, es historia viva de la ciudad. Sus vecinos y vecinas se caracterizan por el arte, el flamenco, la devoción y, como no, la pureza gaditana. Entre sus calles empedradas, que huelen a guiso y a incienso, se respira una autenticidad difícil de encontrar en otros rincones de la ciudad.
En una de sus calles más castizas, la del Cristo de la Sentencia, ha nacido un nuevo rincón con sabor a juventud y esfuerzo. Entre la Carnicería José y el Café Salón Bahía, el sonido de las maquinillas y el murmullo de las charlas han vuelto a llenar el aire. Se trata de 'Dani The Barber', la peluquería que ha inaugurado Daniel Novo García, un joven de 19 años que ha decidido apostar por su barrio y por su oficio.
“Se quedó libre este local en mi barrio y yo soy de aquí, aquí es donde me conocen, tengo a mi gente”, cuenta Dani mientras repasa un degradado con precisión. “Hice un curso de año y medio y estuve trabajando en casa, también en una peluquería del Mentidero, y además hice un curso de peluquería con un hombre de Uruguay, todo un experto”.
Dani en plena faena en su peluquería. Foto: Juan Manuel Estudillo
Con apenas 19 años, maneja el peine y la máquina con la seguridad de quien ama lo que hace. El local tiene el brillo de lo nuevo, pero la esencia de lo de siempre y abrió sus partes hace tan solo dos semanas. Camisetas de fútbol enmarcadas, espejos amplios o una guitarra flamenca colgada que parece esperar a que alguien la toque, son algunos de los complementos estéticos que acompañan las paredes de su rincón. En el ambiente se mezclan los sonidos del barrio, el murmullo de los vecinos y un aroma a colonia y talco que recuerda a las barberías de toda la vida.
“Hemos empezado con buen pie, aunque el autónomo cada vez sube más, pero bueno, bien”, dice sonriendo. “La semana entera hice como unos 80 o 90 pelados diferentes. Lo que más me gusta son los degradados altos, es lo que mejor se me da. Vienen chavales de 18 o 19 años, pero suelen venir gente de todas las edades”. Su jornada es intensa: “Mi horario es de lunes a viernes, de 09:30 a 14:00 y de 16:30 a 21:00”.
Los clientes entran y salen con confianza, como en casa. Uno de ellos, un joven futbolista del Betis, Carlos Pérez, lo tiene claro: “Lo conocí desde que empezó a pelar, confío en él. Me mete el rapado degradado alto y es perfecto. A los futbolistas jóvenes nos gusta ir bien pelados porque nos hacen muchas fotos y vídeos. Yo siempre le digo: pélame que tengo partido el sábado, y él siempre está dispuesto”. Otro cliente habitual le pide entre risas: “Pélame con mucho arte, como tú sabes, modernito, al cero y medio, yo confío en ti picha”.
Dani rematando el nuevo peinado de su amigo Carlos Pérez, futbolista del Betis. Foto: Juan Manuel Estudillo
Dani escucha, asiente y trabaja con concentración. Tiene productos como los polvos de volumen que recomienda: “La marca es DEX, los tengo para vender y aplicar, son 5 euros y duran bastante. Sirven para dar volumen y marcar mejor la forma del corte”. Todo detalle cuenta en Dani The Barber.
Pero su peluquería no es solo un negocio. Es también una prolongación del barrio y de la vida de Dani. Cofrade desde pequeño, carga en procesiones de Semana Santa: el Cristo de la Borriquita, la Virgen de la Luz… pero su devoción mayor es el Nazareno de Santa María. “Desde chico, chico”, dice con orgullo. También es futbolero, y entre corte y corte, se habla de partidos, de la liga o de la Champions...
Exterior de la peluquería 'Dani The Barber'. Foto: Juan Manuel Estudillo.
En un rincón del local guarda un recuerdo especial, a modo de cuadro: “Mi peluquero de chico, el Santi, me dijo que los primeros 10 euros tenían que ser suyos, que no los gastase en la vida, como si tuviese que pagar Hacienda. Me lo firmó, me dedicó unas palabras y hasta el día de hoy los tengo guardados”.
Otro de los degradados de Daniel Novo. Foto: Juan Manuel Estudillo
En el espejo de Dani The Barber se refleja mucho más que un corte de pelo bien hecho. Se ve el orgullo de un barrio que sigue vivo gracias a los suyos, a chavales que, como Dani, deciden quedarse, apostar por lo cercano y construir futuro desde la raíz. Porque hace falta, porque el barrio se mantiene vivo gracias a las iniciativas emprendedoras de sus vecinos y vecinas.