Tabatadze celebra uno de sus goles ante la Real Sociedad B
Tabatadze celebra uno de sus goles ante la Real Sociedad B. Foto: Cádiz CF.

La crónica de Vera Luque del Real Sociedad B-Cádiz CF (3-3): sheni burt’ebi ik’aris (que traducido resulta...)

El autor repasa el partido en Anoeta y la impresionante irrupción del extremo georgiano Tabatadze

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...búsquelo usted en el traductor del Google (en georgiano por supuesto). Segundo ratito de Tabata jugando con la elástica amarilla, y segundo finde consecutivo donde el georgiano se hace viral, y se convierte en carne de meme de alabanza, con su disfraz de rollete de monarca tártaro y todo.

El tabatadzismo ha llegado a la ciudad y puede que en breve asomen tatuajes con la cara del georgiano en las peludas pantorrillas de algún que otro colgaete. Hermanamientos entre Tbilisi y Cádiz, pasodobles de manita en el pecho conteniendo frases en georgiano, o Tabatadze nombrado rey mago del Loreto en cero coma dos.

El AK-47 que el colega tiene en la pierna derecha dará más momentos de jolgorio, y puede que resuelva muchas atascaeras ofensivas a partir de un pepinazo de los suyos. De momento, sin los tres chicharitos del compi, llevaríamos tres puntos menos. Pero quizás su mayor y mejor aportación y funcionalidad se encuentra en haberse convertido en el placebo del aficionado, y un excelente maquillador de la realidad del juego cadista.

Los tres goles del muchacho son coloretes y purpurina apipirigañada a cuatro partidos regulinchis tirando a matracas. El propio partido en San Sebastián fue horroroso, atravesándose momentos de acurrucarnos en el sofá y taparnos los ojos como si estuviéramos viendo la última de los expedientes Warren, ante la posibilidad más que certera de traernos en la maleta dos o tres golitos más en contra. Mieo.

A su vez, esto se traduce en notición: si jugando al tran-tran y con la vista nublada en el centro del campo, no se pierde y andamos por la zona noble de la clasificación... el día que Garitano de en la tecla, termine de encajar las piezas y se juegue medio bien, ojito. Confiemos.

Quizás uno de los problemas que tenemos es que los psicópatas,futbolísticamente hablando, los tenemos delante, y atrás tenemos a los buenos chiquillos. Miras arriba y ves una panda de mercenarios que no sabes por donde te van a salir. El georgiano con el rifle preparado, García Pascual que si le tiran una máquina de escribir de las antiguas, la pelea, la baja con el pecho, y la devuelve al compañero, Efe Aghama (buena pinta) que puede mandar a más de un lateral rival al psicólogo, y quedamos a la espera de los días que el uruguayo se levante con ganas de jugar, y Ontiveros se ponga a punto.

La delantera suena a esos añejos quintetos de ataque en blanco y negro, ya saben: Di Stefano-Puskas-Rial-Kopa-Gento o Venancio-Iriondo-Panizo-Zarra-Gaínza, con sus fotitos en cuclillas, camisolas de la época, botines con cordones blancos y repeinados a base de repelladas de gomina en el coco. Salvando las distancias, claro está.

Semejante banda de macarras de la pelota contrasta fuertemente con la parte de atrás, más blandita, menos temible para el rival. Kovacevic parece ser el único aspirante a mariscal de campo en la zaga, aún teniendo en cuenta que no acumula muchas horas de vuelo aún. Se echa en falta algún perro viejo curtido en mil batallas dentro del área chica. Algún veterano de Vietnam que compense la retaguardia y la rescate del pipiolismo en la que está inmersa.

Mientras que andamos entre la duda y el disloque, entre tramos centrales de partidos desoladores y finales disparatosos y trepidantes, y mientras que Garitano sigue rellenando el sudoku y haciendo probaturas lógicas teniendo en cuenta que la plantilla se completó hace una semana... a lo tonto no perdemos y tenemos ocho puntacos que no nos lo quita ya nadie.

Trabajo adelantado en esa extraña parte del campeonato en la que estamos, y en la que es importante pillar buen sitio, a ser posible haciéndonos inquilinos fijos de los ocho o nueve primeros, a expensas de que llegue una rachita otoñal de esas que tanto nos gusta y nos encaje en la azotea de la clasificación.

El juego chungaleta ganando puntos, es menos chungaleta. Y si encima hay conexión gorda afición-plantilla gracias a un paisano del Topuria ese, o como se llame, po mejón.