
La huelga indefinida del metal sigue vigente 30 horas después del preacuerdo entre UGT y la patronal
El acuerdo alcanzado el domingo por la noche no ha sido aún ratificado por las asambleas, y UGT mantiene la convocatoria

La huelga indefinida del metal en la provincia de Cádiz continúa vigente más de 30 horas después de que UGT y la patronal FEMCA firmaran un preacuerdo en el marco del Sercla para renovar el convenio colectivo. El sindicato, mayoritario en la mesa de negociación, se comprometió a desconvocar la huelga una vez ratificado el texto por la asamblea de delegados y trabajadores, pero dicha ratificación aún no ha sido comunicada oficialmente.
Por tanto, el paro indefinido sigue activo en la mañana de este martes 24 de junio, segundo día de huelga indefinida.
El acta firmada en la madrugada del domingo al lunes, donde se indica de forma literal que el comité de huelga, por mayoría, “se compromete a desconvocar la huelga una vez ratificada por la asamblea de personas trabajadoras”. La ausencia de un anuncio oficial por parte de UGT mantiene en pie una movilización que ya arrastra tres jornadas consecutivas y que este lunes vivió una nueva jornada de tensión en Cádiz capital.
Unas movilizaciones que desde organizaciones como CCOO, CGT o CTM señalaban ayer lunes que mantenían al no estar de acuerdo con el acuerdo alcanzado. Así, desde primera hora del lunes, trabajadores de la industria auxiliar protagonizaron cortes de tráfico mediante sentadas en puntos estratégicos como la Carretera Industrial, la Avenida Ana de Viya y los accesos al segundo puente.
La protesta, que no contaba con autorización oficial, acabó en una carga policial a las puertas de la Comisaría cuando los manifestantes intentaron continuar su marcha hasta el edificio de los sindicatos. El enfrentamiento dejó varios detenidos y heridos de cierta consideración. La escena fue documentada con imágenes de antidisturbios en patios interiores de edificios y de manifestantes desayunando bajo presencia policial.
Este malestar entre las plantillas responde al rechazo al contenido del preacuerdo, que no cuenta con el respaldo de otros sindicatos como CCOO, CGT y CTM. Desde CCOO, el portavoz Pedro Lloret ha manifestado que “en la mayoría de empresas, las plantillas no lo han ratificado” y ha señalado que la huelga sigue en vigor “porque UGT no ha anunciado aún su desconvocatoria oficial”. En su opinión, “lo firmado representa un retroceso importante y recorta derechos laborales que se habían conquistado con años de lucha”.
CCOO enumera entre sus principales objeciones la duración del convenio, que se extiende hasta 2032, a lo que habría que sumar los dos años adicionales de ultraactividad, lo que “acalla la posibilidad de negociación durante más de una década”. También denuncian la introducción de un nuevo artículo que permite la contratación de jóvenes sin experiencia con salarios equivalentes al 75% de la tabla salarial, lo que —según advierten— “abre la puerta a la sustitución de personal cualificado por nuevas contrataciones más baratas”.
El sindicato también critica que el complemento por incapacidad temporal en caso de enfermedad común se ve penalizado económicamente, y que la regulación de los contratos fijos discontinuos no respeta la antigüedad como criterio principal de llamamiento. En su valoración, la eliminación progresiva del plus tóxico, penoso y peligroso (PPTP) en su forma actual supondrá desigualdades adicionales entre trabajadores, pese a que se garantice su recuperación total en 2032.
Frente a estas críticas, UGT ha defendido públicamente el contenido del preacuerdo, asegurando que se trata de “un convenio de futuro” que no solo garantiza el poder adquisitivo vinculado al IPC, sino que introduce avances en materia de igualdad, regulación del trabajo nocturno, jornada laboral y formación. Aun así, el sindicato reconoce que “mientras no haya ratificación de las asambleas, el convenio no tendrá validez ni se desconvocará la huelga”.
En el Campo de Gibraltar ya se han realizado votaciones favorables al acuerdo, según ha anunciado la propia UGT, pero en otras zonas de la provincia persisten los recelos y se mantienen movilizaciones. La división sindical y el rechazo de parte de la plantilla han reactivado el pulso entre trabajadores y dirección, mientras la tensión vuelve a instalarse en las calles de Cádiz, epicentro de un conflicto que aún no tiene resolución definitiva.