La Junta de Andalucía culmina la compra de Asta Regia y desbloquea el futuro de uno de los grandes yacimientos gaditanos
El yacimiento de Asta Regia pasa a ser patrimonio público y abre una nueva etapa de investigación y protección
La Junta de Andalucía ha terminado la adquisición pública de los terrenos que conforman la zona arqueológica de Asta Regia, uno de los enclaves más históricos y más relevantes del suroeste peninsular.
La operación, formalizada ante notario, ha supuesto una inversión de 1,3 millones de euros y marca un punto de inflexión en la protección y proyección futura de este yacimiento ubicado en el término municipal de Jerez de la Frontera.
La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha definido la compra como un momento decisivo para la puesta en valor de un espacio de “importancia incalculable” para comprender la evolución histórica, cultural, social y económica de la bahía de Cádiz y de Andalucía occidental.
Con esta adquisición, la Administración autonómica pasa a ser propietaria de un conjunto patrimonial que hasta ahora se encontraba en manos privadas, esto era causa que limitaba su gestión integral y su desarrollo científico y cultural.
En concreto, la Junta de Andalucía ha adquirido cuatro parcelas que suman una extensión aproximada de 90 hectáreas y que abarcan los principales restos arqueológicos documentados de Asta Regia.
Entre ellas se encuentran las parcelas que albergan los vestigios del núcleo principal de la antigua ciudad, así como su área de necrópolis, igualmente de otras dos parcelas adyacentes que completan el promontorio conocido como Mesas de Asta. Todas ellas están reconocidas como Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de zona arqueológica.
El proceso de compra ha requerido una segregación previa, ya que los terrenos formaban parte de una finca matriz con una extensión de más de 500 hectáreas.
La complejidad administrativa de esta operación había retrasado durante años una reivindicación histórica de la sociedad jerezana, articulada principalmente a través de la Plataforma Asta Regia, que venía reclamando la recuperación pública del enclave.
La consejera ha subrayado que la adquisición responde de forma directa a estas demandas ciudadanas y al interés manifestado de forma reiterada por el Ayuntamiento de Jerez.
Satisfacción en la Junta de Andalucía con Asta Regia
La alcaldesa de la ciudad, María José García-Pelayo, ha mostrado su plena satisfacción por un paso que considera histórico y definitivo.
Según ha señalado, la titularidad pública del yacimiento permitirá reforzar su protección, impulsar líneas de investigación que resulten estables y desarrollar acciones de difusión y promoción acordes con la relevancia patrimonial del enclave.
En su opinión, Asta Regia deja de ser un proyecto largamente esperado para convertirse en una total realidad con proyección de futuro.
García-Pelayo ha destacado además el papel estratégico que el yacimiento puede tener y desempeñar en el desarrollo cultural y económico de Jerez, así como su contribución al impulso de la candidatura de la ciudad a Capital Europea de la Cultura.
La alcaldesa jerezana ha insistido en que la recuperación de Asta Regia refuerza la apuesta por la cultura como motor de desarrollo y como elemento clave de identidad colectiva.
El yacimiento de Mesas de Asta es considerado uno de los enclaves arqueológicos no excavados más relevantes de España. Su ocupación se remonta al Bronce Final atlántico y se prolonga durante siglos, con presencia de culturas como pudo ser la tartésica, fenicia, turdetana, romana y andalusí, hasta su abandono en torno al siglo X.
Una de sus principales singularidades es la excelente conservación de su registro arqueológico, que ha permanecido en gran medida intacto y también al margen de la presión urbanística contemporánea.
Situado sobre una pequeña meseta de origen miocénico, el enclave se localizaba en uno de los bordes del antiguo lago Ligustino y estaba rodeado de esteros marinos navegables, lo que explica su importancia estratégica que tuvo durante el periodo de la prehistoria reciente y la Antigüedad. En su interior se han identificado estructuras de habitación de distintas épocas, restos de murallas así como zonas de producción cerámica y áreas funerarias.
Las principales excavaciones se llevaron a cabo a mediados del siglo XX, entre los años 1941 y 1958, bajo la dirección de Manuel Esteve Guerrero, y constituyen los únicos restos actualmente visibles.
Más recientemente, en el año 2021, investigadores de la Universidad de Cádiz realizaron prospecciones mediante georradar, que han confirmado el enorme potencial científico del yacimiento. Con la adquisición de los terrenos, se abre ahora una nueva etapa para su análisis, estudio, conservación y puesta en valor.