Mil euros tras trece años en la empresa: el 'ofertón' de Mercadona a la trabajadora a la que niega un traslado
El sindicato USO denuncia que la compañía ofrece un finiquito “ridículo” mientras mantiene bloqueado un traslado que, según afirman, sería perfectamente viable
Después de trece años trabajando en Mercadona, la trabajadora que ha denunciado en Cádiz Directo la negativa de la empresa a reconocerle un traslado por conciliación familiar ha recibido, además, lo que el sindicato USO califica como un finiquito “ridículo”: mil euros.
La cantidad que ha llegado a ofrecerle Mercadona, según explica Ángel Arenal, secretario general de FSP-USO en Cádiz y vocal de Igualdad del sindicato en Andalucía, “no cubre ni una nómina y evidencia el desprecio hacia una empleada con más de una década de servicio”.
La situación llega en un momento en el que la empresa, que según su web oficial cuenta con 1.603 supermercados en España, sigue sin facilitarle una alternativa laboral cercana que le permita vivir con su familia, ya que trasladaron a su marido.
“No hablamos de mercancías, hablamos de personas”
Como publicó este medio, la negativa al traslado contrasta con el hecho de que la zona en la que reside la trabajadora cuenta con varios centros disponibles y otros que actualmente están contratando personal.
Arenal sostiene que este caso constituye un incumplimiento del artículo 29 del convenio, relativo a los traslados por necesidad familiar, así como del Plan de Igualdad de la compañía, la Ley de Familia y el Estatuto de los Trabajadores. “Es incomprensible que, con cientos de tiendas en la zona centro del país, se le diga a una empleada que no hay vacantes”, afirma.
El responsable sindical critica que Mercadona solo ofreciera una reducción de jornada “a conciencia de que ella no podía asumirla” o un finiquito de mil euros, que califica como “una auténtica vergüenza”. “No es serio ofrecer esa cantidad a quien lleva más de trece años dejándose la piel en la empresa. ¿Qué pretende Mercadona? ¿Que renuncie a sus derechos sin más?”, señala. Según Arenal, una indemnización ajustada a la antigüedad de la trabajadora superaría ampliamente esa cifra: “Hablamos de más de 30.000 euros netos, no de una cantidad simbólica”.
Un patrón de presión y desgaste a la plantilla veterana
Arenal advierte que este caso no es aislado. “Estamos viendo una limpieza silenciosa de trabajadoras con antigüedad”, denuncia. Afirma que la empresa estaría recurriendo a despidos disciplinarios por cualquier fallo menor o a situaciones de desgaste que fuerzan la salida voluntaria. “Llevamos meses recibiendo quejas de toda Andalucía: un error mínimo, una baja médica o reclamar un derecho se convierte en una amenaza de despido o en la pérdida de complementos”, sostiene.
El sindicato acusa a la compañía de haber instaurado una política del miedo: “El mensaje es claro: si te quejas, te vas. Y quien entra sabe que si quiere conservar el puesto, tiene que aguantar lo que sea”. Arenal recuerda que las condiciones laborales se han endurecido en los últimos años en una empresa que tenñia una buena imagen de cara a la plantilla: “es insostenible”, señala.
Además, USO señala que ya existía una queja formal previa por un caso de acoso en un centro de trabajo, qeuja que también incluñia a esta trabajadora. “Mercadona nunca quiere que trascienda nada relacionado con acoso o represalias, pero en este caso parece que lo es”, afirma Arenal, lo que, a su juicio, “refuerza una cultura interna donde el silencio se impone”.
Un caso que simboliza un problema mayor, según el sindicato
La trabajadora, tal como relató en su testimonio a este medio, se encuentra emocionalmente desgastada: padece ansiedad, está medicada y sufre una caída del cabello derivada del estrés. “La he tratado durante años. Verla ahora… es devastador, esta perdiendo el pelo y muy afectada”, lamenta Arenal. “La empresa le ha echado encima diez años de golpe”, concluye.
Para USO, el caso no solo refleja un conflicto personal, sino un patrón laboral más amplio: “Muchos empresarios hablan de costes, pero olvidan que hay vidas humanas detrás de cada decisión. Mercadona está actuando como si esto fuera un mercadillo. Y no lo es”.
El sindicato exige que la compañía restituya la dignidad de la trabajadora y facilite un traslado cercano o, si decide prescindir de ella, que indemnice conforme a ley y antigüedad. “No pedimos privilegios. Pedimos justicia”, concluye Arenal.