Puerto Real apuesta por un arbolado urbano más sostenible
El Ayuntamiento de Puerto Real ha anunciado el inicio de la segunda fase de su intervención en el arbolado urbano de la ciudad. Esta fase tiene como objetivo transformar ciertos aspectos de la gestión del arbolado, con el objetivo de garantizar su sostenibilidad y resiliencia.
Necesidad del plan del arbolado
El concejal de Mantenimiento y Arbolado, Antonio Gil, indicaba que el Ayuntamiento ha realizado un estudio exhaustivo de todos los ejemplares presentes en las zonas urbanas de la ciudad. Este estudio ha revelado que muchas especies no son las más adecuadas para zonas urbanas. Como consecuencia, una parte importante del arbolado se encuentra enfermo o moribundo, o bien requiere de una intervención constante para su mantenimiento.
Cabe recordar el efecto devastador que ha tenido la borrasca "Bernard" y los cuantiosos daños ocasionados tanto en mobiliario urbano como en el propio arbolado.
Contra la huella del CO2
Para abordar esta situación, el Ayuntamiento ha decidido adoptar un enfoque "valiente". Este enfoque implica elegir las especies adecuadas para cada ubicación, teniendo en cuenta factores como la salinidad del terreno, el agua necesaria para su ciclo de vida, la huella de carbono o las emisiones de CO2.
Uno de los árboles que ejemplifica la necesidad de este cambio es el olmo. El olmo siberiano, que fue introducido en los años 70 para sustituir al olmo común, se ha convertido en una especie invasora. Además, el olmo siberiano es susceptible a la grafosis, un hongo que provoca su muerte.
El metrosidero, por contra, es un árbol ideal para las zonas urbanas. Es un árbol costero que resiste los fuertes vientos, el rocío de sal y la sequía. Además, puede vivir hasta 1000 años.
Los trabajos de la segunda fase de la intervención comenzarán en los próximos días. Se contará con la renovación de los 7 operarios que se contrataron tras el temporal Bernard, así como el alquiler de maquinaria especializada.
El Ayuntamiento de Puerto Real ha dado un paso importante en la gestión de su arbolado urbano. Este nuevo enfoque, basado en la sostenibilidad y la resiliencia, contribuirá a garantizar la salud y el bienestar de los habitantes de la ciudad durante muchas generaciones.