Anciano y perro tapándose los oidos.
Chiclana pide una Navidad libre de ruidos.

Un bando municipal para unas fiestas sin ruido, Chiclana protege a personas con autismo y mascotas

José María Román pide unas Navidades sin petardos en Chiclana de la Frontera para proteger a personas y animales

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El alcalde de Chiclana, José María Román, ha firmado un bando municipal con la misión de promover la convivencia ciudadana durante las fiestas navideñas. En este documento, el Ayuntamiento de Chiclana insta a la ciudadanía a no utilizar artefactos pirotécnicos sonoros en todo el término municipal en el transcurso las celebraciones de Navidad.

La medida, según explica el consistorio, pretende recordar los principios básicos de convivencia pacífica, el respeto a los vecinos y vecinas, y la protección de los animales y colectivos vulnerables que sufren muy especialmente los efectos del ruido. Entre estos grupos se encuentran las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), Alzheimer o hiperacusia, una condición que provoca una muy alta sensibilidad auditiva.

El bando municipal señala además que el incumplimiento de estas disposiciones podrá ser objeto de sanción conforme al Real Decreto 989/2015, normativa que regula el uso y comercialización de lo que son los artículos pirotécnicos y cartuchería en todo el territorio nacional.

El Ayuntamiento de Chiclana recuerda que el uso indiscriminado de petardos, cohetes y otros artefactos ruidosos puede causar molestias, accidentes y situaciones de estrés tanto a las personas como a los animales domésticos y a la fauna urbana.

Por ello, el gobierno local apela a la responsabilidad individual que tienen todas las personas para disfrutar de unas fiestas seguras y respetuosas.

“Trabajamos para garantizar unas Navidades inclusivas, responsables y respetuosas con el bienestar de toda la ciudadanía”, señala el texto del bando. Desde el Consistorio se anima a optar por alternativas más seguras, como los fuegos artificiales silenciosos o espectáculos de luz, que permiten mantener el ambiente de fiesta sin causar perjuicios.

Los efectos del ruido en mascotas y personas con autismo

El uso de pirotecnia sonora afecta a quienes la manipulan o la escuchan de forma casual. Los ruidos intensos y repentinos provocados por petardos y cohetes pueden tener consecuencias muy significativas para ciertos grupos especialmente sensibles.

En el caso de las mascotas, sobre todo los perros y gatos, los sonidos fuertes pueden generar crisis de ansiedad, desorientación, taquicardia o intentos de huida, lo que en algunos casos termina en pérdidas o accidentes.

Los veterinarios alertan cada año del aumento de consultas por episodios de estrés agudo en animales durante las fiestas navideñas o de fin de año, debido al incremento de lo que son todos los ruidos pirotécnicos.

Por otra parte, las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) sufren una gran hipersensibilidad sensorial que amplifica el impacto de los sonidos. Un petardo o una explosión cercana puede desencadenar crisis de ansiedad, pánico y hasta desregulación emocional, afectando seriamente su bienestar y el de sus familias.

De igual modo, quienes padecen Alzheimer u otras enfermedades neurológicas también pueden experimentar más confusión y angustia ante estos estímulos inesperados.

En este sentido, el bando del Ayuntamiento de Chiclana destaca la importancia de fomentar una cultura en la que haya empatía y respeto hacia las personas y/o animales que padecen los efectos negativos de la pirotecnia.

El bando insiste en que la celebración responsable no implica renunciar al espíritu festivo, sino adaptar las tradiciones a una convivencia más inclusiva y segura.

Igualmente el consistorio chiclanero recuerda que la venta y suministro de material pirotécnico están regulados por el Reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería, aprobado mediante el Real Decreto 989/2015 de 30 de octubre, que establece los requisitos y condiciones para su comercialización tanto presencial como online.

Con esta medida, Chiclana se suma a la tendencia de numerosos municipios que, en los últimos años, han apostado por unas fiestas que estén libres de ruidos explosivos, poniendo en el centro el bienestar colectivo, la salud pública y el respeto animal.