Un estudio de la UCA ayuda a reducir el agua que se evapora en los embalses
El estudio, financiado por la Junta, analiza 76 embalses y propone soluciones para un uso más eficiente del agua
Un grupo de investigadoras e investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA) ha desarrollado una herramienta inédita: una metodología para medir con precisión la cantidad de agua que se evapora en los embalses andaluces.
El estudio, financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, ha sido aplicado a 76 embalses de toda la comunidad autónoma y ha permitido determinar que cada año se pierden aproximadamente 550 hectómetros cúbicos de agua hacia la atmósfera, el equivalente al 8% de los caudales de entrada.
El proyecto, en el que también colabora la Universidad del Algarve (Portugal) y el Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR), combina técnicas de análisis isotópico con datos meteorológicos procedentes de la Red Andaluza de Estaciones Automatizadas (RIA). Gracias a esta información, el equipo ha creado un índice de eficiencia que permite comparar las pérdidas de agua entre diferentes embalses según su forma, tamaño y localización.
Los resultados son reveladores: algunos embalses apenas pierden el 1% del agua almacenada, mientras que otros alcanzan pérdidas del 30% o más. Las causas varían: la morfología del terreno, la profundidad del vaso y la exposición al viento o al sol influyen de forma decisiva.
“Los embalses situados en zonas altas y con vasos profundos son más eficientes”, explica el equipo investigador. “En cambio, las presas de valles anchos, como la de Barbate, son mucho más vulnerables a la evaporación, sobre todo cuando sopla el viento de levante, seco y persistente”.
El método no solo cuantifica pérdidas, sino que también sugiere cómo reducirlas. Entre las soluciones propuestas se encuentra reforestar las orillas para crear sombra y frenar la radiación solar, y utilizar cubiertas solares flotantes que transforman parte de la radiación en energía eléctrica, disminuyendo así la evaporación.
Además, la investigación propone dos nuevos indicadores: uno de eficiencia de almacenamiento y otro de eficiencia de suministro, que permiten clasificar los embalses según su comportamiento hídrico. Estos índices son ya una referencia para diseñar nuevas infraestructuras en regiones con estrés hídrico o condiciones similares a las andaluzas.
Desde la Universidad de Cádiz, destacan que este trabajo no solo tiene impacto académico, sino también social y ambiental. Su aplicación práctica puede ayudar a mejorar la gestión del agua en toda Andalucía, reducir pérdidas y orientar la planificación de futuras presas.
En palabras del equipo: “Conocer cuánto se evapora no es un dato menor. Es la base para planificar un uso más inteligente del agua en una región donde cada gota cuenta”.
Un proyecto que une ciencia, compromiso y sostenibilidad desde Cádiz, demostrando que la investigación andaluza puede aportar soluciones reales a los desafíos del cambio climático y la sequía.