Una campana del alumbrado navideño de Cádiz rompe el balcón al que la empresa la había amarrado
El incidente en la calle Plocia se suma a otros daños en balcones y reactiva las críticas por la forma de instalar la iluminación extraordinaria de Ximenez
La instalación del Alumbrado Extraordinario de Navidad en Cádiz dejó este fin de semana una imagen tan llamativa como inquietante qye confirma las críticas y quejas de muchas personas sobre la forma de actuar de la empresa, Ximenez Iluminación.
Una campana de iluminación situada en la calle Plocia rompió el balcón al que estaba amarrada, provocando que la estructura quedara suspendida a menor altura, sin llegar a caer al suelo, pero generando una evidente alarma entre vecinos y peatones. El anclaje cedió al romperse el balcón en el que se apoyaba uno de los cables que sostenían la pieza.
El episodio fue denunciado públicamente en Facebook por Plasti Chico, que resumía lo ocurrido con ironía tan directa como gráfica: “Amarran la campana a un balcón y se lleva el balcón pa’lante, qué papeleta”. Más allá del tono, el mensaje señalaba un problema de fondo: el uso de balcones particulares como puntos de anclaje para elementos de gran tamaño y peso durante el montaje del alumbrado.

Intervención de los bomberos este fin de semana en el incidente del balcón. Foto: Facebook Plasti Chico.
Este martes, el balcón afectado aparece ya repellado y con un pequeño arreglo, una intervención rápida que no ha pasado desapercibida. La campana sigue instalada, pero ahora cuelga sensiblemente más baja que el resto, prácticamente a la altura de la farola de la calle, una diferencia visible que refuerza la sensación de que la solución aplicada ha sido más un parche urgente que una corrección estructural del problema.

Estado en el que quedó el balcón tras el incidente. Este martes se ha tapado ese desperfecto. Foto: Facebook Plasti Chico.
Lo ocurrido en la calle Plocia, además, no ha sido un caso aislado. Según ha podido saberse, otro balcón en la Plaza de San Juan de Dios también ha sufrido daños derivados de la colocación de exornos navideños, lo que apunta a una práctica repetida durante el montaje: la utilización de balcones y fachadas privadas como soportes improvisados para la iluminación.
Este incidente llega en un contexto que ya venía cargado de críticas. Cádiz Directo advirtió a finales de noviembre de la forma de actuar de Ximenez, empresa responsable del montaje, recordando además que en la campaña pasada ya se produjeron situaciones similares.
Entonces, las aspas pintadas en el suelo para marcar puntos de instalación permanecieron durante meses —y algunas aún siguen visibles— en calles céntricas como Calle Ancha, convirtiéndose en una herencia incómoda del alumbrado navideño.
Este año, lejos de corregirse, las quejas se han acumulado. A los cables colocados en balcones y ventanas sin permiso, que obligaron a algunos vecinos a pedir su retirada o recolocación, se sumó una intervención especialmente polémica en la Puerta de Tierra, un Bien de Interés Cultural, donde llegó a apoyarse un cuadro eléctrico directamente sobre el monumento, con cables descendiendo por su superficie para alimentar elementos decorativos.
Aunque en el caso de la campana de Plocia no hubo que lamentar daños personales, el episodio introduce un elemento clave en el debate: la seguridad. Ya no se trata solo de impacto visual, molestias o respeto patrimonial.
Se trata de balcones que ceden, estructuras que quedan descolgadas y soluciones posteriores que parecen pensadas para salir del paso. La campana no cayó al suelo, pero quedó más baja. Y esa imagen, visible días después, sigue alimentando la sensación de que las advertencias lanzadas no iban desencaminadas.
Para quienes llevan tiempo señalando estas prácticas, lo ocurrido no es una sorpresa, sino la confirmación de un problema de fondo. Un modo de trabajar que, según denuncian muchas personas prioriza la rapidez del montaje sobre el cuidado, la planificación y el respeto por la ciudad y sus viviendas.