Una empleada de Mercadona denuncia que la empresa la presiona tras pedir un traslado por conciliación familiar
Tras más de una década en la compañía, asegura que Mercadona “rompe familias” al no facilitar la conciliación
Después de más de una década trabajando en Mercadona, una empleada gaditana vive una de las situaciones más difíciles de su vida laboral. En febrero solicitó un traslado por conciliación familiar, tras el cambio de destino profesional de su marido.
La trabajadora, que prefiere mantenerse en el anonimato, asegura que desde entonces la empresa no solo ha ignorado su petición, sino que ha puesto en marcha una serie de medidas que ella considera “represalias encubiertas”.
Según su relato, el proceso comenzó cuando presentó por escrito su solicitud de traslado a una tienda cercana a su nuevo domicilio. “Me dijeron que no había vacantes, pero poco después supe que estaban contratando gente nueva”, afirma. Durante los meses siguientes, explica que tuvo que adelantar vacaciones, reorganizar su vida familiar y esperar una respuesta que nunca llegó.
En el mes de mayo, recibió una propuesta de la empresa con una propuesta que la dejó perpleja: reducir su jornada a 20 horas semanales, la mitad de lo que venía trabajando. “Fue una forma de forzarme a aceptar un cambio de contrato o rendirme. No pedía un favor, pedía un derecho”, cuenta la trabajadora, visiblemente afectada.
“En un supermercado de barrio lo entendería, pero parece que una empresa tan grande no”, lamenta. “Solo quiero seguir trabajando, pero cerca de mi familia”.
“Solo quiero poder vivir con mi familia”
La empleada, que actualmente se encuentra de baja psicológica, asegura que esta situación le ha generado estrés, ansiedad y problemas de salud. “He tenido que medicarme, se me ha caído el pelo del estrés. Solo quiero poder estar con mis hijas y mi marido, no estoy pidiendo nada extraordinario”, relata.
Durante la conversación, denuncia un clima de presión laboral en la empresa: “Trabajos que antes hacían tres personas ahora lo hace una sola. Si te cansas o te quejas, te ponen la etiqueta de conflictiva”. Según explica, algunos superiores incluso le sugirieron “buscar otra vacante más lejos” o agotar sus vacaciones mientras “se resolvía” la situación, algo que nunca ocurrió.
La empleada asegura que conoce varios establecimientos de Mercadona cerca de su nueva vivienda (a menos de diez minutos en coche y otros a media hora) donde se están incorporando nuevas trabajadoras. “Eso es lo que más duele: que dicen que no hay vacantes, pero sí las hay. Y no soy la única que lo sabe”.
En paralelo, su entorno cercano le animó a contactar con el sindicato USO, que ha empezado a recibir más casos similares de trabajadoras que aseguran sentirse “castigadas” tras pedir conciliación. “No soy la única. Conozco a compañeras en la misma situación, y muchas terminan firmando acuerdos con cláusulas de confidencialidad”, asegura.
Presión, silencio y miedo dentro de la plantilla
La empleada gaditana señala que la empresa está realizando una especie de limpia con la plantilla que lleva más años: “Han cambiado mucho las cosas. Antes era una empresa humana, ahora si no encajas en su modelo, te apartan”.
Asegura que incluso la mutua laboral ha actuado con rigidez, cuestionando sus bajas médicas y dificultando su recuperación. “Intentan agotarte por todos los medios. Quieren que te vayas yo sola cuando no puedo conducir”, resume.
La trabajadora sigue esperando una respuesta oficial de Recursos Humanos. “No quiero dinero, quiero mi trabajo. Pero no pienso renunciar a mis derechos”, concluye con firmeza.
Convocatoria de concentración de USO
El sindicato USO ha convocado una nueva concentración frente a un supermercado Mercadona en señal de apoyo a la trabajadora y para denunciar públicamente este tipo de casos. Será la tercera movilización organizada por el sindicato, que reclama a la empresa que revise sus protocolos internos y atienda las solicitudes de traslado con criterios más humanos.
En su convocatoria, USO lamenta que “la compañía esté castigando a trabajadoras que solo buscan conciliar su vida familiar y laboral”, y anuncia que mantendrá las protestas “hasta que se garantice una solución justa para todos los casos”.