
Vizcaíno hace de Kovacevic en la rueda de prensa del Cádiz CF
Evita que su vicepresidente, Rafael Contreras, tenga que responder sobre las últimos publicaciones sobre su presunto trato en el seno del club

La rueda de prensa posterior a la presentación de la campaña de abonados del Cádiz CF dejó una imagen reveladora: Manuel Vizcaíno interviniendo bruscamente para evitar que Rafael Contreras respondiera a una pregunta que parecía del todo pertinente y bien traída.
Vizcaíno ha ejercido de lo que ha sido Kovacevic en el Cádiz durante gran parte de la campaña: un apagafuegos en defensa. Pero lo ha hecho con menos tranquilad y temple que el serbio. Siguiendo con la comparación futbolera, un paradón no entre los tres palos, sino ante los micrófonos, para esquivar una respuesta incómoda a su vicepresidente.
El periodista Beni Arroyo, de Radio Cádiz, preguntó directamente a Contreras si tenía algo que decir sobre una información publicada por la web Mas que al día, en la que se hacía referencia a su persona y a su hipotético trato a personas que trabajan en el club amarillo. La pregunta era clara, educada, y perfectamente justificada por la actualidad y en el hecho de que se trataba de una rueda de prensa, no un acto de presentación ni una comparecencia para la presentación. Pero Contreras no respondió. No porque no quisiera, sino porque Vizcaíno se adelantó para impedirlo, con un cruce que ni el mejor Kavcevic este año o un paradón que ni David Gil.
Y no lo hizo con diplomacia, sino con quizás un exceso de vehemencia para defender o proteger a su vicepresidente. “No pega ni llega la pregunta hoy”, zanjó Vizcaíno, que acto seguido pasó al ataque personal: “Había una asignatura que se llamaba Ética o algo así... algunos deberían estudiarla más”. No se refería a Benny Arroyo, sino parecía ir por el medio y quién firma ese reportaje de investigación.
La escena no dejó lugar a interpretaciones: el presidente impidió que su vicepresidente hablase y, en lugar de aclarar o rechazar la cuestión con cierta mano izquierda, optó por desacreditar públicamente al periodista y al medio que habían publicado la información y de paso, poner en un lugar incómodo al periodista que la formuló.
El club había convocado una rueda de prensa abierta, en la que iba a presentar la campaña de abonados. Pero una rueda de prensa, abierta a todo tipo de preguntas, de ahí lo de la pertinencia o no de una cuestión, que echo en cara Vizcaíno. No era un acto promocional blindado, ni privado. Ni siquiera una comparencencia, donde quizás se entenderían la no presencia de preguntas. Vizcaíno respondió preguntas sobre fichajes, objetivos, cesiones de abonos y estrategia deportiva. Pero cuando llegó la pregunta más incómoda del día, la consigna fue cerrar filas y despeje a la grada. Legítimo, pero igual se pasó un poco en la fuerza del golpeo
La pregunta, recordemos, no iba dirigida a Vizcaíno, sino a Contreras. La respuesta —o más bien la no-respuesta— acabó siendo la del presidente, que optó por el enfrentamiento en lugar de la transparencia. Hizo de apagafuegos, pero, a lo mejor, demasiado evidente el objetivo final.