El Gordo no son los 400.000 euros que cantan los niños de San Ildefonso: la cifra que realmente ganarías
La ilusión dura intacta segundos… hasta que Hacienda hace su trabajo, pero sigue fuerte
Cuando los niños de San Ildefonso empiecen a cantar este lunes los números del Sorteo Extraordinario de Navidad, el país entero se detendrá un momento. En Cádiz también, aunque se escuche de lejos el sonido metálico de los bombos mezclado con el murmullo de bares, oficinas y colegios.
Cada número parece una promesa de fortuna… hasta que llega la realidad: el Gordo no son 400.000 euros limpios, sino 328.000. La cifra suena distinta cuando entra en tu cuenta corriente, y tiene una explicación tan simple como inevitable: Hacienda también juega.
Desde 2013, los premios de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) están sujetos a un gravamen del 20 por ciento sobre la parte del premio que excede los 40.000 euros exentos. Es decir, si te toca el Gordo, los primeros 40.000 euros no tributan, pero de los 360.000 restantes, el Estado retiene automáticamente 72.000 euros.
El resultado: 328.000 euros netos, que verás en el ingreso bancario. Una cifra menor que el sueño, sí, pero más que suficiente para empezar a planificar con cabeza qué hacer el día después del sorteo.
El mismo cálculo se aplica al resto de grandes premios. El segundo, dotado con 125.000 euros por décimo, deja 108.000 euros limpios tras retener 17.000. El tercero, de 50.000 euros, apenas tributa 2.000, quedando en 48.000 euros netos.
A partir del cuarto premio (20.000 euros) y todos los quintos, pedreas y reintegros, Hacienda no toca ni un céntimo, porque están por debajo del umbral de los 40.000 exentos.
La retención se aplica en el momento del cobro. No tendrás que volver a declarar ese dinero en la Renta de 2026, aunque los intereses o beneficios que genere sí contarán como rendimiento del capital.
Los premios de menos de 2.000 euros se cobran directamente en las administraciones de lotería. Los mayores deben tramitarse en CaixaBank o BBVA, entidades colaboradoras de SELAE, o en las delegaciones territoriales. Basta presentar el décimo original, el DNI y, si se trata de un décimo compartido, un documento que acredite el reparto.
En una provincia como Cádiz, donde hay tata convivencia social y tantas peñas, asociaciones o equipos de trabajo compran décimos entre varios, este punto es casi tan importante como la suerte misma.
Y si decides compartir el premio después de cobrarlo, cuidado: ahí sí entra el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Regalar parte de un premio se considera una donación y debe declararse, aunque la mayoría de comunidades aplican bonificaciones. No es el caso del Gordo en sí —que ya viene con la retención hecha—, pero conviene tenerlo en cuenta antes de repartirlo alegremente.
Aun así, la ilusión sobrevive al tijeretazo fiscal.
Porque aunque la Agencia Tributaria haga su trabajo, ningún cálculo puede empañar el momento en que el número de tu décimo coincide con el que resuena en el Teatro Real. Cádiz, que ha visto pasar el Gordo por su capital y por localidades como Conil, Alcalá o Jerez, sabe bien que el sueño dura poco, pero deja una huella que no se mide en euros.
El dinero se esfuma, la emoción no. Y mientras las bolas giren en los bombos fabricados por manos chiclaneras, siempre habrá gaditanos que, cada diciembre, vuelvan a jugarle una sonrisa al destino.