Esta mousse de chocolate de supermercado se ha vuelto viral por su textura y sabor, pero tiene un 'pero'
El debate del postre perfecto: ¿cuál es la mejor mousse de supermercado?
En los lineales de los supermercados españoles, la mousse de chocolate se ha convertido en uno de los postres más deseados y buscados por los consumidores que buscan un capricho dulce sin necesidad de recurrir a la repostería casera.
No obstante, elegir “la mejor” no es tarea sencilla: la variedad es amplia y los gustos, subjetivos. Entre las más populares destacan la Mousse de Chocolate Hacendado de Mercadona y las versiones proteicas de Lidl, cada una con virtudes y limitaciones que las hacen atractivas para diferentes perfiles de comprador.
La Mousse de Chocolate Hacendado, elaborada por Mercadona, se ha ganado un lugar especial entre los amantes del chocolate por su textura superaireada y su sabor intenso.
Su aspecto ligero y esponjoso logra ese equilibrio entre dulzura y cremosidad que muchos asocian con una mousse más tradicional.
Pero los expertos en nutrición advierten que este placer tiene un coste: contiene una cantidad considerable de azúcar, así como aditivos como los carragenanos, utilizados para mantener la consistencia y prolongar la vida útil del producto.
Pese a ello su popularidad sigue creciendo por su sabor inconfundible y su cercanía a una mousse artesana.
Otras mousses de chocolate destacadas
Frente a esta propuesta clásica, el mercado ha visto surgir una alternativa más funcional: las mousses proteicas, especialmente las comercializadas por Lidl y marcas como Profeel (Valio). Estas versiones están pensadas para aquellas personas que buscan cuidar su alimentación sin renunciar al postre.
En lugar del exceso de azúcar, incorporan edulcorantes como la sucralosa y se caracterizan por un alto contenido en proteínas y un bajo aporte calórico. Su textura es algo más densa que la de la mousse tradicional, pero siguen conservando esa ligereza que las hace diferentes de un pudín o un yogur proteico.
El auge de estos productos responde a una tendencia clara en el consumo alimentario: la búsqueda de opciones que combinen placer y nutrición.
En redes sociales y foros especializados, muchos usuarios valoran positivamente las mousses proteicas por su gran versatilidad: pueden tomarse como postre, tentempié o incluso como parte de una dieta fitness. Además, su bajo contenido en grasas y azúcares las convierte en una alternativa más equilibrada para quienes controlan su ingesta calórica diaria.
A la hora de elegir la mejor mousse, conviene tener en cuenta qué se prioriza en la compra. Si el objetivo es disfrutar de una textura auténticamente aireada y un sabor clásico a chocolate, la opción de Hacendado sigue siendo imbatible.
Pese a ello, es importante consumirla con moderación, ya que su contenido en azúcar y aditivos no la hace apta para un consumo diario. Por el contrario, si se busca un postre más saludable, con bajo índice glucémico y mayor aporte proteico, las alternativas de Lidl o Profeel resultan más recomendables, especialmente dentro de dietas equilibradas o de control de peso.
Un aspecto clave para distinguir una buena mousse es su textura. Los especialistas señalan que una mousse debe ser aireada y ligera, con burbujas de aire visibles al romperse con la cuchara, pero sin llegar a la densidad que tiene un pudín.
En este punto, la Mousse de Chocolate Hacendado destaca por su fidelidad a la versión tradicional, mientras que las mousses proteicas ofrecen una sensación más cremosa, fruto de su mayor contenido en proteínas y menor cantidad de grasa.
Por último, los consumidores deben prestar atención a los ingredientes que tiene. Más allá de las calorías, la lista de componentes puede revelar diferencias significativas: los azúcares añadidos, los tipos de grasa y los edulcorantes empleados influyen tanto en el sabor como en la calidad nutricional del producto.
En el caso de las mousses proteicas, la sucralosa o el acesulfamo K sustituyen al azúcar convencional, reduciendo las calorías pero manteniendo todo su dulzor característico.
No existe una mousse “mejor” para todos. La elección dependerá de las prioridades de cada consumidor en el que el sabor y placer inmediato en el caso de Hacendado, o equilibrio nutricional y bajo contenido en azúcar en el caso de las versiones proteicas.
Lo que sí está claro es que la mousse ha dejado de ser solo un postre de restaurante para convertirse en un clásico moderno de los supermercados españoles, capaz de adaptarse a todos los gustos así como estilos de vida.