Barrita sustitutiva con fruta y un vaso de agua.
Barrita sustitutiva.

La OCU alerta sobre las barritas sustitutivas, pueden perjudicar tu salud si las tomas así

Barritas sustitutivas y la falsa promesa de adelgazar rápido

Actualizado:

Las barritas para adelgazar vuelven a llenar los estantes cada primavera, cuando el deseo de perder peso de forma rápida se combina con la falta de tiempo o de motivación para cocinar.

Presentadas como una alternativa cómoda a las comidas tradicionales, estas barritas prometen control del peso sin mucho esfuerzo. Sin embargo, los expertos advierten que su uso habitual puede tener más inconvenientes que beneficios.

El fundamento de toda pérdida de peso eficaz sigue siendo el mismo pues reducir la ingesta calórica y aumentar el gasto energético. En otras palabras, comer mejor y moverse más.

Las barritas sustitutivas pueden servir como una ayuda puntual, pero no sustituyen nunca una alimentación basada en productos frescos, vegetales y elaboraciones equilibradas.

Qué dice la normativa sobre los sustitutivos de comida

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) regula las alegaciones que estos productos pueden hacer. Solo pueden decir y afirmar que ayudan a perder o mantener el peso si forman parte de una dieta hipocalórica controlada.

Según las normas, cada barrita o ración sustitutiva debe aportar entre 200 y 400 kilocalorías, con un máximo del 30% de su energía proveniente de grasas y al menos un 25% procedente de proteínas. Igualmente deben cubrir el 30% de los valores de referencia de vitaminas y minerales.

A pesar de cumplir estos requisitos, los expertos insisten en que las barritas deben consumirse dentro de una dieta que sea variada.

No pueden ser la base de la alimentación diaria. Sustituir dos comidas principales por barritas —como tratan de proponen algunos programas— puede reducir la ingesta calórica a poco más de 500 kcal al día, una cifra insuficiente para mantener las funciones básicas del organismo.

Un análisis comparativo de ocho marcas de barritas realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela que, aunque cumplen los estándares técnicos, su calidad nutricional deja bastante que desear. La mayoría presentan niveles elevados de azúcares y grasas saturadas, y su efecto saciante es limitado.

En la degustación realizada por 202 consumidores, las barritas más apreciadas por su sabor —sobre las de chocolate— resultaron ser las menos recomendables desde el punto de vista nutricional.

Productos de marcas conocidas como Bimanan, Optifast o Bicentury destacan por su sabor agradables y dulce, pero ofrecen un perfil nutricional desequilibrado.

Riesgos de su uso continuado

Tomar barritas sustitutivas de forma esporádica puede ser útil en situaciones concretas —por ejemplo podría ser un día de viaje o una comida improvisada—.

No obstante convertirlas en un hábito puede provocar deficiencias nutricionales y alterar la relación con la comida. Al no implicar preparación ni masticación prolongada, reducen la sensación de saciedad y pueden fomentar el efecto -indeseado- rebote una vez se abandonan.

Además, la falsa sensación de “comer sano” puede hacer que el consumidor descuide otros aspectos clave tales como el equilibrio entre macronutrientes, la calidad de los alimentos y la importancia de cocinar. Sustituir una comida completa por una barrita de chocolate con proteínas no enseña a mantener una alimentación saludable a largo plazo.

La OCU recuerda que una pérdida de peso saludable debe ser progresiva y sostenible, entre 2 y 4 kilos al mes, más no es aconsejado. Antes de recurrir a sustitutivos, conviene revisar los hábitos alimentarios: evitar las calorías vacías de refrescos o alcohol, reducir el llamado "picoteo" y mantener horarios regulares de comida.

Los especialistas recomiendan optar por una dieta equilibrada de 1.500 kcal diarias, rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, combinada con ejercicio físico regular.

En casos de obesidad o sobrepeso severo (IMC superior a 30), la supervisión de un dietista-nutricionista es básica para diseñar un plan seguro y eficaz.

Las barritas sustitutivas pueden ser un recurso práctico en momentos concretos, pero no sustituyen el aprendizaje de buenos hábitos alimentarios. Como han advertido la OCU, adelgazar y mantener el peso en el tiempo no depende de un producto milagroso, sino de la constancia y del cambio de estilo de vida.