Diez clásicos antojos de los bares y restaurantes de Cádiz

Por ejemplo, el paté de cabracho del restaurante El Faro. Un, dos, tres... responda otra vez.
El paté de cabracho del restaurante El Faro es uno de esos clásicos de la ciudad, de un local igual de clásico, que suele ir a buscarse tras un golpe de antojo.
"Si decimos paté de cabracho... ¿creéis que hay que añadir algo más? ¿Se os ocurren adjetivos para un superventas como este?", lanzan en redes sociales desde el propio restaurante. La respuesta no debe alargarse: no.
Y al igual que el paté de cabracho de El Faro, hay otros clásicos en la ciudad, de bares y restaurantes iguales de clásicos, que cualquier persona gaditana que se precie de serlo, o cualquier visitante que esté bien informado o haya sido muy bien aconsejado, se habrá llevado a la boca en más de una ocasión.
Se apuntan diez. Y ya se sabe: no están todos los que son, pero sí son todos los que están...
-EL PATÉ DE CABRACHO DE EL FARO
El paté de cabracho (a este pez también se le conoce como rascacio) es un plato que suele pedirse para compartir y que se sirve con unas tostas para untar. El primer establecimiento que lo trajo a Cádiz, según está registrado en las páginas gastronómicas, fue El Faro, en la calle San Félix tocando el corazón de La Viña. Y el primer cocinero que lo elaboró en la ciudad fue Fernando Córdoba, tras aprenderlo de prácticas del cocinero que lo inventó allá por la década de los 70 del siglo pasado: Juan Mari Arzak.
-SANDWICH DE POLLO DE LA HUELLA
Es un plato que nadie se atreve a confesar que está entre sus preferidos, pero que hay que ir a comer de vez en cuando sí o sí. Como se dice vulgarmente, suele entrar el mono de comerlo. Acompañado, por familiares o amigos, o en soledad para disfrutar sin tener que tirar mucho de servilleta y dar buena cuenta del sandwich como si no hubiera un mañana. Hoy en día son muchos los bares que lo ofrecen, pero si hablamos de tirar de clásicos... toca comerlo en La Huella, en la calle Plocia.
-POLLO A LA CANILLA DE LA BODEGA
El pollo a la canilla es una receta surgida en la segunda mitad del siglo XX que se ha convertido en uno de los platos típicos de la capital gaditana. Hay un importante guiño al vino en su elaboración, ya que para prepararlo, más allá del secreto de cada cocinero, se utiliza amontillado de Jerez. En La Bodega, que se encuentra en el Paseo Marítimo, se comenzó a servir poco después de que se abrieran las puertas del restaurante en 1983. Antonio García Saltares, el propietario de este establecimiento, siempre ha explicado que es el primer plato caliente que ofrecieron en el local, famoso también por sus chacinas. Se bautizó como pollo a la canilla en honor al nombre del pequeño grifo que tienen los barriles para servir el vino.
-CARACOLES DEL NEBRASKA
En temporada, hay quien mataría por comerse unos caracoles del bar Nebraska, en la confluencia entre la calle Muñoz Arenillas y la calle Brasil. La opción es comerlos en la barra o en el comedor interior del local, pequeño, o ir a por ellos para degustarlos en casa. Sí, hay muchos sitios en los que se pueden comer unos buenos caracoles cuando llega la época... pero el Nebraska es el Nebraska, un clásico fundado en 1982 en el que también conviene probar la tortilla de patatas, la carné mechada, la pavía de merluza o las gambas rebozadas.
-EL ARROZ VERDE LA MAREA
El restaurante La Marea es un clásico de la capital gaditana que ofrece sus inmejorables servicios en el Paseo Marítimo. Y uno de sus platos estrellas es, sin lugar a dudas, el arroz en salsa verde con gambas y almejas. La paella, el arroz del señorito, el arroz negro y demás variedades pueden comerse en muchos sitios, pero este particular arroz verde, que ya tiene tres décadas a su espalda, es santo y seña de La Marea. El restaurante fue sometido a unas reformas recientemente y el resultado ha sido espectacular.
-EL PULPO DE LA RAMBLA
Uno de los mejores pulpos a la gallega de la capital gaditana, si no el mejor, puede comerse en el bar La Rambla, ubicado en la céntrica calle Sopranis, cerca del Ayuntamiento. Describirlo es que se haga la boca agua: una cocción en su punto, ni blando ni duro, como cama unas papas cocidas, un toque perfecto de pimentón picante y un buen chorreón de aceite de oliva. El origen de La Rambla, como no podía ser de otra manera, es gallego. Los hermanos Olimpio (que en paz descanse) y Raúl Fabeiro se hicieron con el establecimiento en 1972 y desde 2014 el bar reabrió de la mano de su cocinero Eduardo Ares y su hijo Sergio, que son quienes siguen al frente.
-EL DOBLADILLO DE LA PUNTA DE SAN FELIPE
Antojo donde los haya. Llega el verano y no falla... hay que pasarse alguna vez por la punta de San Felipe para comerse un dobladillo. El bar Manolo, conocido como el bar de la punta, ofrece este típico y clásico bocadillo, posiblemente el más famoso de la ciudad. El bar, ahí es nada, se abrió en 1977. La tapa, por tanto, tiene más de 40 años años y su inventor fue Manuel Antonio Rodríguez Orta. El dobladillo, para el que no lo sepa, consiste en dos rodajas de pan de barra entre las que se ligan con amor dos filetes de caballa, una rodaja de tomate rojo y una cucharada de mayonesa. ¿A que ya se te ha antojado?
-LAS TORTILLAS DE VEEDOR
Son varios tipos de tortilla y uno se dice de vez en cuando: "Me apetecen unas tortillitas de Veedor". Con su queso y su vino, a ser posible. Cada una de ellas tiene algo que la diferencia del resto y están desde la clásica tortilla de papas a las exquisitas tortillas de berenjenas o de salmón. Todas están para chuparse los dedos y se suele invertir un mínimo pero productivo tiempo en echar un vistazo al sugerente mostrador en el que reposan. Las más veteranas, las más clásicas ya que estamos con esa palabra en la boca, se ofrecen desde 1976, año en el que abrió el almacén con más solera de la ciudad.
-LAS COCOCHAS DEL RESTAURANTE ATXURI
Es una delicattesen que hay que pagar, porque barato precisamente no es el plato. Y más desde que no es posible pedir media ración. El Atxuri, situado en la calle Plocia del centro de Cádiz, es un restaurante en el que se puede tapear en barra o comer sentado. Se trata de un estandarte de la corriente gastronómica que surgió allá por 1970 que ligaba elementos de la cocina vasca, entonces en plena esfervescencia, con la andaluza. Y entre sus imprescindibles se encuentran las cocochas de merluza, que obligan a pedir más pan mientras se disfrutan.
-LA CARRILLADA DE CUMBRES MAYORES
Es uno de esos guisos que se encuentran ya en cualquier establecimiento hostelero de la ciudad, pero que hay que reconocer que como en Cumbres Mayores, en la calle Zorrilla, en pocos sitios se puede disfrutar. Tierna, con sabor, con su gran salsa y sus maravillosas papas... para pedir no un poco de pan, sino mucho pan. Destaca en el paladar su toque de especias. En definitiva, una de las grandes tapas de Cádiz para comer en una gran barra.