Álvaro García Pascual celebra con los brazos abiertos su gol con el Cádiz CF en el Nuevo Mirandilla.
Álvaro García Pascual celebra su primer gol con el Cádiz CF en el Nuevo Mirandilla. Foto: Cádiz CF.

A un Cádiz CF conformista le basta la primera parte para derrotar al Mirandés: ya solo faltan 47 puntos

El gol de Álvaro García Pascual en el minuto 20 resolvió un estreno condicionado por la temprana expulsión visitante a los 22 segundos

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El Cádiz CF ha abierto la temporada en LaLiga Hypermotion con una victoria por la mínima (1-0) frente al Mirandés en el Nuevo Mirandilla. Tres puntos para empezar a sumar en un curso en el que, pese a que la obligación de los amarillos es estar arriba, la cuentas son claras: ya solo faltan 47 para certificar la permanencia (primer gran objetivo siempre).

Este primer triunfo cadista llegó en un partido de dos caras: dominio absoluto en la primera mitad y conformismo en la segunda. La superioridad numérica desde antes del primer minuto de juego, el ir por delante en el marcador, el calor y el dosificar fuerzas a estas alturas de campañas pueden estar detrás de un segundo tiempo plano y sin mucha historia.

Las estadísticas del choque dejan claro lo visto sobre el césped del Nuevo Mirandilla: 24 remates del Cádiz (17 de ellos en la primera mitad) frente a solo 4 del Mirandés. El conjunto visitante, en inferioridad muy pronto que no buscó portería contraria hasta los últimos minutos. La posesión rozó el 80% en la primera parte, pero se desplomó tras el descanso con la bajada de ritmo. También los córners (ocho por ninguno el rival) reflejan el dominio amarillo en la primera mitad.

Garitano repitió el once del Trofeo. Ni una variación pese a que se podía pensar que la posible fragilidad defensiva podría tratar de atajarla reforzando el doble pivote. No fue así. Dejó a los mismos hombres, con un De la Rosa destacado en banda derecha y con un Diarra en el medio centro. Pese a que el dibujo era de un teórico 1-4-2-3-1 por momentos se vio a un Cádiz casi jugando con un 1-4-1-4-1. Y dejó la portería a 0 después de no haberlo logrado en toda la pretemporada.

Expulsión temprana y dominio cadista

El encuentro se rompió nada más empezar. En el segundo 22, Suso filtró un pase preciso a De la Rosa, que se iba solo y fue derribado por Iker Córdoba. Roja directa y el Mirandés se quedó con diez futbolistas desde el inicio.

Con la superioridad, el Cádiz desplegó un buen fútbol. El gol llegó en el minuto 20: centro de Iza, tras una jugada con Suso, y remate de primeras de Álvaro García Pascual, que se estrenó como goleador liguero. El joven delantero fue el gran protagonista del primer acto, con un tanto, un disparo al poste y otra ocasión que paró el portero.

De la Rosa lo fue en la generación de peligro. El onubense encaró casi siempre y mostró velocidad y desparpajo. Lo que se espera de él.

Garitano alternó sistemas entre el 4-2-3-1 y el 4-1-4-1, liberando a Diarrá para recorrer todo el campo. Diakité dio empaque en la medular, mientras Suso y Ontiveros, juntos, generaron sensación constante de peligro tanto en juego dinámico como en las acciones a balón parado. El Cádiz se marchó al descanso con 79 por ciento de posesión, 17 disparos y un dominio abrumador.

El calor rebajó las pulsaciones

El segundo tiempo fue distinto. Aunque algunos temían un escenario extremo (la Aemet nunca dio un calor muy elevado para Cádiz capital) afortunadamente durante el partido el termómetro no pasó de 32,5 grados, calor evidente pero lejos del infierno que algunos pintaron.

La temperatura, unida al exceso de conformismo, rebajó el ritmo del encuentro. El Cádiz perdió frescura y claridad, mientras el Mirandés, jugando con diez, esperaba a los minutos finales para tratar de igualar. Álvaro GP aún dejó una acción que acabó en córner y De la Rosa, incansable, terminó desfondado. Ontiveros y Suso también fueron sustituidos en el tramo final, dando entrada a Brian Ocampo, Álex Fernández, Roger Martí y Ogben.

El Mirandés, sin cambios

La situación del Mirandés también explica parte del desarrollo. Ya en la previa se advertía que llegaba corto de efectivos, y el choque lo confirmó de manera rotunda: no hizo ningún cambio en todo el partido, pese a disputar más de 90 minutos con un futbolista menos.

Con esa limitación, el plan de los burgaleses fue claro: cerrarse atrás, aguantar y esperar a que el Cádiz no sentenciara. Lo hicieron con disciplina defensiva, y en el tramo final incluso se animaron a colgar balones al área. Así llegó un gol anulado por una posible falta sobre Víctor Aznar en una salida dudosa del portero, y en el añadido tuvieron dos faltas laterales que llevaron los nervios a la grada.

Lo que deja el estreno

El 1-0 deja tres puntos en el casillero y la sensación de que ya solo faltan 47 para alcanzar el primer gran objetivo y la tranquilidad de la permanencia. El estreno mostró argumentos para ilusionar: la presencia de un jugador de área como de Álvaro GP, que todo lo que toca lo remata, el empaque que ha ganado de Diakité, la sociedad Suso–Ontiveros y la capacidad de Diarrá para desplegarse en todo el campo.

También dejó advertencias: el bajón físico, el conformismo en la segunda mitad y la incapacidad de cerrar un partido que parecía sentenciado al descanso. En una temporada donde la obligación es pelear por estar arriba, el Cádiz no puede permitirse relajaciones que le hagan sufrir en duelos controlados. Aunque como primer partido, hay que darle una buena nota