Vendimiadora tirando de una cesto con uvas en medio de una calle de un viñedo.
Viñedos afectados por la ola de calor. (Foto: Cristina @XTINAGDC).

Asaja Cádiz advierte de una vendimia catastrófica por la ola de calor en el viñedo jerezano

La organización agraria advierte de pérdidas de hasta un 50% en la producción en el Marco de Jerez

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La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Cádiz ha lanzado una grave advertencia sobre la situación que atraviesa el viñedo en el Marco de Jerez, en el que la reciente ola de calor ha provocado "graves daños" en la uva que todavía no se encontraba vendimiada.

Con temperaturas que han rozado los 46 grados en varios municipios de la provincia, la organización ha asegurado que el impacto en la producción será notable y ha solicitado a las administraciones la puesta en marcha de ayudas específicas para los agricultores a fin de paliar la situación.

Según la entidad, el calor extremo de las últimas dos semanas, unido a la ausencia de humedad, ha acelerado la pasificación de la uva en las parcelas en las que aún permanecían sin cosechar.

Esto ha derivado en pérdidas significativas de rendimiento, que en algunos casos podrían tasarse del 50%. Asaja Cádiz ha subrayado que la situación se ha generalizado en distintos pagos del Marco, afectando directamente a agricultores que ya venían arrastrando  muchas dificultades de campañas anteriores.

El viñedo gaditano no es ajeno a los efectos de las adversidades climáticas. Asaja recuerda que en la pasada primavera, debido a las fuertes lluvias, obligaron a muchos viticultores a incrementar los tratamientos en sus explotaciones.

En un año normal suelen aplicarse en torno a cuatro o cinco tratamientos, pero en esta campaña se han hasta duplicado hasta alcanzar ocho, con el consiguiente incremento de los costes de producción.

La organización estima que entre la primavera y el verano las pérdidas globales podrían situarse en valores de un 30% y un 50% de la producción prevista. Desde Asaja Cádiz se ha indicado que "el sector se encuentra en una situación límite".

Asaja llama la atención en que muchos productores apenas podrán salvar una parte de la cosecha y verán comprometida su viabilidad económica.

Ayudas insuficientes y nuevas demandas de Asaja Cádiz

En este contexto, Asaja Cádiz ha valorado  de forma positivamente que la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Agricultura, haya aprobado ayudas para explotaciones agrícolas que han resultando afectadas por fenómenos meteorológicos adversos tales como las lluvias intensas de la pasada primavera.

Muchas bodegas y viñedos de la zona tramitaron sus correspondientes expedientes y, según la organización, está previsto que esos pagos se abonen a finales de año.

Sin embargo, se ha querido recalcar que la situación actual exige medidas adicionales "la ola de calor ha dejado al viñedo prácticamente sin producción en muchas explotaciones", indican llamado a la sensibilidad tanto a la Consejería como al Ministerio de Agricultura.

Para la entidad, la habilitación de un paquete de ayudas extraordinarias es la única solución a fin de poder mitigar lo que califican como una "dramática situación" que atraviesa el sector en el Marco de Jerez.

El impacto de este episodio de calor extremo afecta al presente pero puede -como posibilidad- tener consecuencias en próximas campañas. La falta de producción actual compromete la rentabilidad de los viticultores así como el estrés hídrico al que han estado sometidas las plantas podría repercutir en el desarrollo del viñedo en los próximos meses.

Asaja Cádiz ha recordado que el Marco de Jerez se trata de una de las zonas vitivinícolas más emblemáticas de España, con una gran relevancia cultural muy amplia así como económica para la provincia.

El descenso de producción derivado de esta ola de calor, unido a las pérdidas anteriores ocasionadas por las lluvias, dibuja un panorama incierto para un sector que aporta identidad y riqueza a la región.

En palabras de la organización, la situación que se vive actualmente es "igual de preocupante" que la vivida en primavera y requiere una respuesta rápida y ágil por parte de las instituciones.

Los viticultores, mientras tanto, tratan de salvar lo que queda de una campaña que, en muchos casos, apenas alcanzará entre un 40% y un 50% de lo que suele ser su producción habitual.