Así depuraron y asesinaron a Manuel Moreno Cortés, electricista municipal, bajo la Alcaldía de Ramón de Carranza
Urnas en las que se han entregado a sus familiares los restos de Manuel Moreno Cortés y Juan Diego Cortés Pacheco. Foto: Eulogio García.

Así depuraron y asesinaron a Manuel Moreno Cortés, electricista municipal, bajo la Alcaldía de Ramón de Carranza

Trabajador de los Servicios Municipales de Aguas y Electricidad, fue despedido y ejecutado en septiembre de 1936. Su nieto, Manuel Segundo Moreno, reconstruye su historia casi noventa años después.

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Este 23 de octubre, las familias de Manuel Moreno Cortés y Juan Diego Cortés Pacheco recibieron los restos de sus abuelos en un emotivo acto celebrado en el Ayuntamiento de Cádiz. Ambos fueron asesinados en 1936, durante la Alcaldía de Ramón de Carranza, que también ejercía entonces como gobernador civil de la provincia.

El homenaje no solo devolvió dignidad a las víctimas, sino que ha servido para refrescar y casi sacar a la luz la memoria de unos hechos que han permanecido practicamente enterrados.

Bajo la Alcaldía de Ramón de Carranza, Cádiz vivió uno de los episodios más oscuros de su historia reciente. Tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, decenas de empleados municipales fueron depurados, detenidos o ejecutados por motivos políticos.

Entre ellos estaba Manuel Moreno Cortés, un electricista municipal de 38 años que trabajaba en los Servicios de Aguas y Electricidad del Ayuntamiento. Su caso simboliza la represión que se extendió por toda la ciudad bajo el control de las autoridades franquistas locales. Hoy, su nieto ha contado su tremenda historia.

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Manuel Moreno Cortés estaba casado con María Paredes Mateos y tenía dos hijas pequeñas, María y Ana, de apenas dos años y dos meses cuando fue arrestado. Era conocido por su compromiso con la legalidad republicana y por su vinculación con otros trabajadores de ideología progresista.

Foto atigua de Manuel Moreno Cortés y su esposa, María Paredes Mateos

Manuel Moreno Cortés.

El 18 de julio de 1936, con la sublevación militar, comenzó la depuración en el Ayuntamiento de Cádiz. Bajo las órdenes del recién restituido alcalde Ramón de Carranza, se emitieron los primeros despidos y órdenes de arresto.

“Mi abuelo era electricista del Ayuntamiento de Cádiz. Cuando empezó la represión, comenzaron a llegar cartas de despido a los trabajadores republicanos. Él, como muchos otros, intentó esconderse. Pero lo detuvieron y lo llevaron a la prisión provincial”, recuerda su nieto Manuel Segundo Moreno.

El 17 de septiembre de 1936 ingresó oficialmente en la prisión provincial. Diez días después fue sacado con el pretexto de ser trasladado al penal de El Puerto de Santa María. Nunca llegó.
Su cuerpo apareció poco después en las inmediaciones de la plaza de toros, uno de los lugares donde se ejecutaban represalias durante aquellos meses.

“Nos contaron que apareció con señales terribles de violencia”, explica su nieto. “Le dieron el tiro de gracia. Era una barbaridad. Lo asesinaron y lo enterraron sin nombre ni tumba. Durante generaciones, lo único que hubo fue silencio.”

La represión bajo la Alcaldía de Ramón de Carranza

El 29 de julio de 1936, Ramón de Carranza regresó a Cádiz desde Sevilla en avioneta y asumió el control del Ayuntamiento y del Gobierno Civil, poniéndose al frente de la represión.
Las primeras medidas incluyeron la depuración de empleados municipales y la colaboración directa con las autoridades militares.

Carranza, símbolo del poder franquista en la ciudad, mantuvo el cargo hasta 1937, cuando dimitió por enfermedad. Falleció ese mismo año, pero su nombre permaneció durante décadas en calles, plazas y en el propio estadio de fútbol gaditano.

Durante su mandato, más de 500 gaditanos fueron asesinados o desaparecidos, entre ellos trabajadores del Ayuntamiento como Manuel Moreno Cortés y Juan Diego Cortés Pacheco, un joven panadero de 27 años, padre de dos hijos, que también fue fusilado en el foso de la Puerta de Tierra.

“En casa no se hablaba del tema”

Las hijas de Manuel, María y Ana, crecieron sin su padre. La familia sufrió la represión y el estigma durante años.

“Mi abuela nunca quiso hablar de aquello. Ni mi madre ni mi tía sabían detalles. Eran niñas cuando pasó todo, y las mandaron a colegios internos. No tuvieron una infancia fácil”, relata Rafael Sánchez Moreno, otro de los nietos.

“Hoy entendemos que el silencio fue también una forma de protegernos. Pero el dolor ha estado siempre ahí, hasta que al fin pudimos recuperar sus restos”, añade.

El hallazgo y la reparación

Los restos de Manuel Moreno Cortés fueron localizados en el Cementerio de San José dentro de las campañas de exhumación promovidas por la Asociación para la Recuperación y Divulgación de la Memoria Histórica de Cádiz (ARMH).
Tras las pruebas genéticas, fue identificado junto a los de Juan Diego Cortés Pacheco.

El 23 de octubre de 2025, las familias recibieron las urnas con sus nombres en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz, en un acto presidido por el alcalde Bruno García.

“Las identificaciones son actos de justicia y de dignidad —recordó Felipe Barbosa, presidente de la ARMH Cádiz—. Devuelven identidad a las víctimas y cierran heridas que han permanecido abiertas durante generaciones.”

Casi 90 años después, los restos de Manuel Moreno Cortés descansan en el Panteón de las Víctimas del Golpe de Estado de 1936, en el Cementerio Mancomunado de Chiclana.
Su familia ha cumplido con él y con su historia.

“Nuestro destino era este”, dijo Manuel Segundo Moreno. “Llevarlo al lugar donde debía estar desde el primer momento. Hoy estamos tristes, pero también orgullosos y en paz.”