Encierro de las trabajadoras del servicio de impieza de la UCA en la facultad de Filosofía de Cádiz. Foto: Eulogio García.
Encierro de las trabajadoras del servicio de impieza de la UCA en la facultad de Filosofía de Cádiz. Foto: Eulogio García.

Autonomía Obrera acusa al rector de la UCA de “cinismo” y de “mentir a la comunidad universitaria”

El sindicato asegura que el rector manipula los hechos sobre el pliego de limpieza, falsea datos y oculta irregularidades reconocidas por un tribuna

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El sindicato Autonomía Obrera ha respondido con dureza al comunicado del rector de la Universidad de Cádiz (UCA), Casimiro Mantell, sobre el conflicto del servicio de limpieza. Autonomía Obrera desmiente que el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de la Junta de Andalucía (TARCJA) solo anulara la fase técnica de la licitación, como afirmó Mantell.

Su presidente, Manuel Bienvenido, acusa al rector de “soliviantar, confundir y manipular deliberadamente a la comunidad universitaria” con un mensaje que “falsea los hechos y pretende enfrentar a las trabajadoras con el resto del personal”.

Según el sindicato, la resolución del tribunal fue clara: la licitación completa quedó invalidada porque el proceso vulneró los principios de transparencia, igualdad y libre concurrencia y porque la valoración técnica fue irregular, subjetiva y sin garantías de imparcialidad.

Bienvenido recuerda que el propio tribunal reconoció que la actuación de la UCA introdujo un criterio no previsto en el pliego al puntuar las ofertas, algo que distorsionó el proceso y favoreció a la empresa adjudicataria Itelymp S.L. “Decir que no se anuló el pliego, sino solo una fase, es mentir descaradamente”, señala el dirigente sindical.

Autonomía Obrera acusa a la Universidad de Cádiz de mantener durante tres décadas una relación de connivencia con la empresa Itelymp, actual adjudicataria del servicio. “Si la empresa está tan castigada, ¿por qué lleva treinta años obteniendo el contrato? Y si la universidad sabe que incumple, ¿por qué la sigue contratando?”, plantea Bienvenido, que considera que ambas partes son responsables de la precariedad laboral que sufre la plantilla.

El sindicato sostiene que la UCA ha permitido un modelo de explotación laboral sostenido con dinero público y que el pliego actual, lejos de mejorar la situación, recorta horas, provoca despidos y agrava la sobrecarga de trabajo.

Otra de las acusaciones del sindicato se centra en las medidas que el rector presentó como novedades del nuevo pliego —la cobertura de bajas, la flexibilidad horaria, la reducción de jornada o el respeto a las 35 horas semanales—. Según Autonomía Obrera, esas condiciones no son logros de la UCA, sino derechos conquistados por las trabajadoras tras años de lucha sindical.

El rector intenta apropiarse de mejoras que ya estaban en vigor, aunque ni la universidad ni la empresa las han cumplido en muchos casos. Presentarlas como nuevas es manipular a la opinión pública, afirma Bienvenido.

Recortes y manipulación de cifras

El sindicato también contradice los datos económicos difundidos por la UCA. Según Bienvenido, el rector presume de un incremento presupuestario del 26% cuando en realidad el pliego mantiene un recorte de más de 55.000 horas de trabajo respecto al anterior, lo que supone una reducción efectiva de plantilla y un aumento de la carga para las trabajadoras que siguen.

Decir que se gasta más cuando se ofrece menos servicio es un insulto a la inteligencia, señala el dirigente de Autonomía Obrera, que recuerda que el propio tribunal de contratación alertó en su resolución de que la reducción de horas afectaba a la salud de las trabajadoras y deterioraba el servicio.

El sindicato denuncia que el rector pretende eximirse de responsabilidad argumentando que las condiciones laborales dependen de la empresa. La Universidad de Cádiz no es ajena a esta situación. Es la contratante, la que redacta los pliegos, fiscaliza el servicio y consiente las irregularidades. No puede lavarse las manos ahora, insiste Bienvenido.

Autonomía Obrera exige que la UCA asuma su papel como empresa principal y que garantice unas condiciones laborales dignas para la plantilla, cuya protesta —afirman— es legítima y necesaria frente a años de abuso y desprecio institucional.

El comunicado concluye acusando al rector de cinismo institucional y de faltar al respeto a las trabajadoras al intentar presentarse como mediador. Después de más de un mes de protestas y un encierro ejemplar, lo único que ofrece es propaganda y mentiras, sentencia Bienvenido.

El sindicato mantiene su apoyo total al encierro que las trabajadoras de limpieza mantienen en la Facultad de Filosofía y reafirma que no se levantará hasta que la universidad y la empresa asuman sus responsabilidades.