
Balonazo fuera de Bruno García con el cambio de nombre del Estadio de Cádiz: ahora ya “no es prioritario”
El expediente abierto tras la propuesta del Cádiz CF sigue atascado más de un año después y el alcalde lo coloca fuera de juego: “un espacio no prioritario”

"Patapun palante" decía el guiñol de Javier Clemente en la década de los 90. Una filosofía futbolística llevada al absurdo que parece haber calcado en lo político el alcalde de Cádiz, Bruno García, para dejar morir su cacareada propuesta de ponerle al nombre del Estadio de Cádiz "Carranza", cambiado el actual Nuevo Mirandilla.
Bruno García ha dejado claro en una entrevista que el cambio de nombre del estadio municipal ya no ocupa un lugar central en su agenda. Más de un año después de que el Ayuntamiento asumiera la propuesta del Cádiz CF para volver a llamarlo Estadio Carranza, el regidor lo ha relegado a “un espacio no prioritario”. Balonazo en largo para esquivar la polémica. "Patapum palante"
La decisión contrasta con el ruido político y social que rodeó al expediente desde su arranque, el 27 de julio de 2024, cuando el Ayuntamiento y el club sorprendieron al anunciar que recuperaban el nombre Carranza —pero sin el “Ramón”— en lo que era un intento de sortear la Ley de Memoria Democrática por la que pasó a denominarse con el nombre actual.
Lo que parecía un trámite rápido se convirtió en un auténtico partido enredado: informes técnicos que no llegaban, recelos en el propio equipo de gobierno, críticas de asociaciones memorialistas y advertencias del Gobierno central de que el cambio podía vulnerar la normativa.
En abril de 2025, el proceso ya acumulaba nueve meses de parálisis y era descrito como “un parto” administrativo. Tres meses después, en julio, la oposición denunció la “falta de transparencia total y absoluta” y acusó a Bruno García de dejar morir el expediente en silencio. La concejala de Adelante Izquierda Gaditana, Vanessa Sibón, aseguró entonces que el alcalde había optado por “enterrar el escándalo” ante la imposibilidad de sacar adelante la operación.
Ahora, el 10 de septiembre de 2025, el propio alcalde reconoce en una entrevista en Diario de Cádiz que el cambio de nombre no forma parte de sus prioridades. Mientras tanto, el estadio sigue llamándose Nuevo Mirandilla, pese a que el Cádiz CF fue el primero en impulsar la vuelta a “Carranza”, ya que incluso temia registrada la marca para facilitar la operación.
El contraste con el Puente Carranza es evidente. En este caso, el Gobierno central y Sumar Cádiz han logrado un consenso político y social para rebautizarlo como Puente Rafael Alberti, con casi 4.000 firmas de apoyo y respaldo del Ministerio de Transportes. Bruno García, sin embargo, se ha mantenido al margen y ha trasladado la responsabilidad a Fomento, limitándose a declarar que no entrará en “una guerra de nombres”.
Con esta doble estrategia (esquivar el estadio y señalar al Gobierno por el puente), el alcalde parece querer pasar página de los debates simbólicos y concentrarse en otras áreas de gestión. Un movimiento que, en clave política, suena a un despeje calculado en pleno ecuador de su mandato.