El vicepresidente del Cádiz CF, Rafael Contreras en Radio Marca Cádiz.
El vicepresidente del Cádiz CF, Rafael Contreras en Radio Marca Cádiz. Foto: Cádiz CF.

Contreras explica el salto del Cádiz CF a Wall Street… con sombras en su discurso sobre Nomadar

El vicepresidente defiende en Radio Marca Cádiz la salida al Nasdaq como una operación “transparente” y necesaria, pero evita concretar aspectos fundamentales

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El vicepresidente del Cádiz CF, Rafael Contreras, defendió en Radio Marca Cádiz la salida a cotizar en el Nasdaq de Nomadar, la filial tecnológica del club, insistiendo en que se trata de un proceso "muy transparente" y de que la volatilidad extrema de los primeros días es "lo normal" en un estreno bursátil.Sin embargo, su discurso deja interrogantes relevantes sobre el precio de salida, el mecanismo de control, el futuro financiero del proyecto y las implicaciones para el club.Contreras abrió la entrevista marcando el marco conceptual: "Nomadar es una filial tecnológica del Cádiz Club de Fútbol", afirmó, subrayando que su función es "industrializar" el conocimiento generado en la metodología de entrenamiento del primer equipo. Para explicar el origen del producto estrella de la compañía, recordó que se basa en el trabajo del preparador José Jiménez, y que el objetivo es convertir esa metodología en un producto escalable para el mercado.

El vicepresidente defendió la claridad del proceso ante la SEC y el Nasdaq: "Cada vez que se ha ido publicando un folleto, ha ido saliendo una noticia", apuntó. Sin embargo, durante semanas la entidad evitó detallar públicamente cuántas acciones saldrían al mercado, cuál sería el precio de referencia o el volumen definitivo de free float.

Una información que se conoció de manera fragmentaria y, en ocasiones, contradictoria con declaraciones previas del propio club.

Uno de los puntos más comentados fue el precio de salida. Contreras aseguró que no hubo error, pese a que la acción se abrió a 30 dólares tras haber comunicado internamente un rango objetivo de entre 8 y 10: "Discrepo enormemente, no se ha vuelto para nada en contra", dijo. Pese a esa afirmación, el desplome inmediato y una caída acumulada superior al 75 por ciento en las dos primeras semanas difícilmente respaldan esa lectura.

Free float, control accionarial y el verdadero peso del Cádiz

Contreras explicó que la estructura de doble clase de acciones garantiza el control político del club: "Aunque vendamos todas las acciones del tipo A, el Cádiz mantiene el control", señaló. El 30% de acciones puestas en circulación no implica, según él, una pérdida de poder interno, aunque el propio ejecutivo admitió que el porcentaje real es algo inferior: "Cuando digo 70% estoy redondeando".

También negó que el Cádiz haya tenido que aportar recursos propios al proceso: "Finalmente no ha puesto el recurso porque se ha financiado con el propio proceso de salida", afirmó. Un planteamiento que deja dudas entre analistas financieros sobre la sostenibilidad de una filial tecnológica cuyo negocio aún no ha demostrado tracción comercial significativa.

Contreras comparó el estreno bursátil con un partido de fútbol: "No es una noticia real mirar cada día si sube o baja". También insistió en que la caída a mínimos de 4,88 dólares no debe generar alarma: "Ni van a saltar las alarmas ni es lo que estamos mirando", dijo, recordando que una estabilización razonable lleva "un año y medio o dos años".

Pese a ello, evitó especificar cuáles son los hitos operativos o comerciales que el mercado debería valorar durante ese periodo. La referencia interna más sólida, los 8 dólares del precio de conversión pactado con Yorkville, fue superada a la baja en los primeros días sin que la compañía ofreciera métricas para contextualizar ese comportamiento.

Un proyecto diseñado para captar financiación futura

Contreras insistió en que el salto al Nasdaq no busca un impacto inmediato, sino preparar la estructura para acudir al mercado en el futuro. Según su versión, el Cádiz necesita generar entre 15 y 20 millones de euros anuales fuera del fútbol para competir en un entorno cada vez más mercantilizado: "Con los ingresos tradicionales no es suficiente para tener un equipo competitivo", afirmó.

Sin embargo, evitó precisar cuándo espera que Nomadar genere ingresos recurrentes ni qué volumen de negocio proyecta alcanzar. De hecho, defendió que el peor escenario afectaría solo a la filial: "El nivel de riesgo patrimonial que tiene el Cádiz es cero", aseguró, pese a que toda la reputación del club —y su estrategia de crecimiento— ha quedado vinculada al desempeño de la nueva empresa.

La intervención de Contreras deja claro que el club ve en Nomadar una vía de ingresos a largo plazo y una herramienta para competir fuera del terreno de juego. Pero también revela grietas relevantes en la comunicación del proyecto: falta de detalles clave, contradicciones entre precio previsto y real, ausencia de métricas comerciales y un fuerte énfasis retórico que contrasta con la magnitud del desplome bursátil.

La narrativa oficial insiste en la normalidad de la volatilidad y en la ausencia de riesgo para el club. Pero mientras la acción intenta estabilizarse, el mercado —y buena parte de la afición— siguen esperando datos concretos que permitan valorar el proyecto más allá de las declaraciones.