Una paloma vuela ante el edificio de Correos en Cádiz en el que arriba a la derecha se ve la grieta que parece haberse agrandado. Foto: José Luis Porquicho Prada.
Una paloma vuela ante el edificio de Correos en Cádiz en el que arriba a la derecha se ve la grieta que parece haberse agrandado. Foto: José Luis Porquicho Prada.

Correos confirma que realizará un análisis técnico tras las grietas aparecidas en su edificio de Cádiz

La entidad anuncia una revisión estructural tras hacerse pública la aparición de grietas bajo las torres instaladas este verano

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Correos ha comunicado que realizará “un análisis técnico para evaluar la situación y determinar las actuaciones necesarias” en su histórico edificio de la Plaza de las Flores, justo después de que este medio difundiera la aparición de varias grietas visibles en la fachada.

Aunque la entidad asegura que dicho estudio ya estaba previsto, el anuncio llega apenas días después de hacerse pública la denuncia ciudadana y de que se documentaran daños en dos puntos distintos del inmueble.

En las últimas horas se han producido movimientos relevantes en la zona. Este medio ha podido comprobar la presencia de operarios observando y valorando directamente las fisuras desde la vía pública.

Las vallas que permanecían en la calle desde hacía una semana, colocadas tras pequeños desprendimientos, han sido retiradas. Sin embargo, la grieta superior —situada en la última planta, justo antes de la azotea— presenta ahora un desconchón más amplio y visible, y la abertura parece haberse ensanchado respecto a días anteriores.

Las estructuras instaladas este verano —unos radomos empleados para cubrir antenas de telecomunicaciones— fueron motivo de polémica desde el primer momento. En abril, la Comisión Municipal de Patrimonio rechazó expresamente este tipo de instalaciones por el fuerte impacto visual que generaban en el casco histórico, ordenando su retirada y la paralización de nuevas colocaciones.

Sin embargo, las torres colocadas en Correos no solo no fueron desmontadas, sino que siguen aún en su sitio.

El edificio cuenta con grado de protección 0, el máximo recogido en el PGOU. Esto significa que no admite alteraciones visibles, añadidos volumétricos ni modificaciones que alteren su perfil original. Cualquier actuación —incluyendo ubicaciones temporales de equipos técnicos— requiere autorización de Patrimonio y un estricto control de conservación.

Correos no ha aclarado por el momento si prevé retirar estas torres ni si disponía de los permisos necesarios para mantenerlas sobre un inmueble de este nivel de protección.

Nuevos daños visibles

Las imágenes tomadas estos días muestran que la grieta situada en la vertical de una de las torres ha evolucionado: además del nuevo desconchón en el paño del último piso, la fisura aparece más abierta y perceptible desde el nivel de calle. En la zona correspondiente a la segunda torre también se aprecian daños en el revestimiento y signos de desgaste en la propia estructura instalada en la azotea.

La aparición de estos nuevos deterioros coincide con las primeras revisiones tras la publicación de la denuncia y después de que Correos anunciara su intención de evaluar la situación. Varias voces apuntan a que la carga y los anclajes de las torres podrían haber afectado a una cubierta que, por su nivel de protección, debería mantenerse sin añadidos.

Patrimonio arquitectónico e histórico

Construido en torno a 1930, el edificio de Correos es uno de los referentes del regionalismo andaluz en la ciudad: ladrillo visto, volúmenes curvos, torreones superiores y una composición monumental que define la imagen de la Plaza de las Flores desde hace casi un siglo. Por su relevancia, el PGOU propone incluso su futura declaración como Bien de Interés Cultural.

Pero su importancia va más allá de lo arquitectónico. El inmueble fue el último edificio público en resistir durante el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Funcionarios, tropas de asalto y civiles leales a la República defendieron el interior ante los sublevados apostados en las calles cercanas. Tras la rendición, muchos de ellos fueron ejecutados en las semanas posteriores.

Esa carga histórica hace aún más sensible la imagen actual del edificio, ahora marcada por fisuras visibles justo bajo unas estructuras que no formaban parte de su diseño original y que el Ayuntamiento ya había desaconsejado meses atrás.

Correos ha confirmado que evaluará la situación mediante un análisis especializado, pero de momento no ha respondido a cuestiones como si tenía constancia previa de las grietas, si las torres cuentan con los permisos requeridos o si prevé su retirada.

El informe técnico será fundamental para determinar el origen de las fisuras, el alcance real de los daños y las medidas que deberán adoptarse para garantizar la seguridad y la conservación de uno de los edificios más emblemáticos del casco histórico gaditano.

Mientras tanto, la imagen del inmueble continúa cambiando día a día: las vallas desaparecen, los operarios observan, y la grieta, ahora más ancha y con un desconchón evidente, mantiene la preocupación en la Plaza de las Flores a la espera de más explicaciones.