Maradona y Mágico entrenando con el FC Barcelona en 1984.
Maradona y Mágico González entrenando con el FC Barcelona en 1984. Foto: Redes Sociales.

Cuando el Barça de Maradona quiso fichar a Mágico González

Cuarenta años después, Mágico vuelve a vestir de azulgrana. Su fichaje para el Clásico de Leyendas rescata la historia que compartió con Maradona y Menotti

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Con el fichaje de Mágico González por el FC Barcelona Legends vuelve a la memoria de aquel intento del Barça de Maradona y Menotti por fichar al astro salvadoreño, al que se llevó de gira antes de descartar su incorporacion.

Porque siendo ya un ídolo del Cádiz CF y de Cádiz, antes de transformarse en el símbolo eterno de El Salvador y de buena parte del cadismo, Mágico vistió la la camiseta azulgrana, aunque solo fuera por unos días.

Fue en 1984, durante una gira tan surrealista como inolvidable, en la que coincidió con Diego Armando Maradona bajo la dirección de César Luis Menotti. Aquel viaje dejó goles, bromas, rumores y una cantidad incalculable de anécdotas que con los años se convirtieron en auténticas leyendas urbanas.

Un Barça improvisado en tierra de nadie

Aquel Barcelona de Menotti cerraba la temporada con sanciones federativas y más cuentas que fútbol. Para cuadrar números y mantener al equipo activo, el club organizó una gira por Estados Unidos: la Transatlantic Challenge Cup, con partidos ante el New York Cosmos y el Fluminense en el Giants Stadium de Nueva Jersey.

El problema era sencillo: no había plantilla suficiente. Y ahí apareció Mágico González, figura del Cádiz CF, bohemio, impredecible y genial. En aquella expedición otro jugador que acabaría siendo cadista y que ilitaba por entonces en el Real Murcia, Mario Husillos, completando un Barça improvisado pero de talento desbordante. Curiosamente, en el Clásico de Leyendas de 2025, otro gaditano, David Barral, será rival de Mágico con el Real Madrid Legends.

Este ante el Fluminense fue el segundo partido del Mago con el Barça, unos días antes se había medido al New York Cosmos de Neesken, pero no estuvo afortunado. Contra los brasileños sí destacó. Fue un 3 de junio de 1984. Aquel día, sobre una moqueta que quemaba las botas, Mágico marcó un gol.

Incluso le quito un lanzamiento de falta al Pelusa. Y dejó una jugada ya mítica: un caño a Maradona. Y eso que iba en su propio equipo.

Dos genios hablando con los pies

Desde el primer entrenamiento se entendieron sin hablar. Maradona era la superestrella; Mágico, el talento sin cadenas.

Entre ambos nació una complicidad inmediata: dos jugadores que vivían el fútbol como un arte y no como un trabajo. Se buscaban hasta en los saques de esquina.

“No sé quién picaba mejor las faltas, si Maradona o Mágico”, recordaría años después Joan Josep Estella, uno de los canteranos de aquella gira. “Un día, en la habitación del hotel, nos pasamos una naranja con los pies descalzos hasta que se deshizo”.

La gira está trufada de leyendas urbanas, como todo lo que tiene que ver con Mágico. Dicen que Migueli fue asignado para controlar sus horarios y renunció al primer intento. Que Maradona activó una alarma de incendios en Los Ángeles solo para comprobar si el salvadoreño se levantaba de la cama (no lo hizo). Que Menotti decía: “no sé si puedo entrenarlo, pero quiero verlo jugar una vez más”.

Nadie sabe qué parte es verdad y cuál exageración. Pero con Mágico, incluso la exageración suena posible como todo lo que rodea su mito.

De mito a mito

En esa gira nació una cita legendaria. Probablemte apócrifa, pero que se sigue citando a día de hoy aunque no haya fuente documental. La supuesta declaración de Maradona en 1984:

“El mejor jugador del mundo no soy yo, es un loco de El Salvador que juega en el Cádiz y le llaman Mágico González”, dicen que dijo el Diego.

Una frase hermosa, repetida hasta el cansancio, pero sin registro verificable en vídeo o prensa. Nunca hubo prueba de que Maradona la dijera. Y aun así, sigue viva. Merece seguir sonando.

Lo que sí está documentado es la admiración real de Diego. En 2006, durante una exhibición de showbol en El Salvador, volvió a hablar de Mágico: “Tuve la suerte de jugar con él. En los entrenamientos queríamos imitarlo, pero no podíamos. Decíamos: ‘¿viste el enganche de Mágico?’. Si queríamos hacerlo, nos desgarrábamos todos.”

El fichaje que nunca fue

Menotti lo pidió. El Barça lo valoró. El PSG también preguntó.

Pero Mágico no cambió. Ni quería hacerlo. Volvió a Cádiz, donde siguió siendo lo que siempre fue: un artista en un mundo de atletas. Dormía cuando los demás entrenaban y despertaba cuando el balón rodaba. También tiene mucho de leyenda y de exageración esta afirmación, pero hay bastante verdad en ella.

Era tan suyo, tan libre, que ni siquiera el fútbol profesional podía domarlo. Por eso su fichaje quedó en la frontera entre la realidad y el sueño.

El círculo se cierra

Cuarenta años después, Mágico González volverá a vestir de azulgrana, esta vez con los Barça Legends, en el Clásico de Leyendas del 8 de noviembre en San Salvador.

El partido se jugará en el Estadio Nacional que lleva su nombre, ante su gente, ante su historia. Y de alguna manera, el fútbol, tan caprichoso y poético, ha decidido cerrar el círculo.

El genio que deslumbró a Maradona, el jugador que nunca fue del Barça… lo será por fin, aunque sea en la memoria.

Porque hay historias que no terminan: simplemente esperan el momento de volver a brillar.