El Ayuntamiento ha vallado una zona por la posible caída de piñas de los árboles de los jardines. Foto: José Luis Porquicho Prada.

Cuidado en la Plaza de Candelaria: te puedes llevar un piñazo (literal)

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La Plaza de Candelaria ha dejado de ser, al menos en una parte, un rincón tranquilo donde sentarse a la sombra a coger el fresco o descansar, jugar o simplemente pasar el rato. Desde hace unas semanas, una zona ha sido vallada por motivos de seguridad, y la razón es, cuanto menos, llamativa: la caída de piñas desde los altísimos árboles que hay en los jardines.

Lo que comenzó con una simple cinta de advertencia ha terminado convirtiéndose en un vallado metálico visible y rotulado, que impide el paso bajo algunos árboles concretos. ¿El motivo? La peligrosidad que supone que caigan piñas de gran tamaño desde más de diez metros de altura.

El problema no es nuevo, pero ha alcanzado un punto más que peligroso con la llegada del verano y la mayor presencia de niños y niñas jugando. Las piñas, de gran tamaño y peso, caen desde alturas considerables y suponen un riesgo potencial para las personas que estén este espacio público, especialmente niños, personas mayores o quienes pasean desprevenidos bajo los árboles.

Inicialmente se colocó una cinta plástica de advertencia, una medida temporal que buscaba alertar del peligro sin limitar del todo el acceso. Sin embargo, esta solución provisional se ha revelado insuficiente ante la frecuencia de las caídas, y ha dado paso a un vallado metálico con señalización específica para evitar accidentes.

Este tipo de intervención ha generado cierto desconcierto entre la ciudadanía, ya que se trata de una zona muy concurrida y valorada por su sombra, sus bancos y su ubicación céntrica. Sin embargo, el riesgo de impacto por caída de piñas es real, y ha sido necesario restringir el paso en algunos puntos.

El vallado se encuentra en la parte más cercana a los árboles afectados, donde el número de piñas caídas en el suelo es mayor. La escena resulta llamativa: en medio de la plaza, una zona acordonada, piñas dispersas en el suelo y carteles que advierten del peligro.

Por el momento, no se ha confirmado si el Ayuntamiento procederá a podar los árboles o tomar medidas más estructurales. Tampoco se ha comunicado si el vallado será temporal o permanecerá durante un periodo prolongado.

Mientras tanto, la presencia de esta zona restringida ha empezado a llamar la atención de quienes pasean por la zona, no solo por la novedad, sino por la mezcla de lo natural con lo inesperadamente peligroso. Por ahora, la recomendación es clara: evita situarte bajo esos árboles si no quieres llevarte una sorpresa desde el cielo. Y te llevas un piñazo, literalmente.