
El Cádiz CF paga su especulación ante un Burgos CF que supo aprovechar sus opciones
Los de Garitano se adelantaron con un golazo de Ontiveros pero ya perdían al descanso por 1-2

El Cádiz CF ha pagado muy cara su excesiva especulación y su desconexión de cinco minutos. Dos errores (en un saque de esquina y dejándose coger en una contra el minuto 45) le pusieron por deajo después de un gol inicial y ya no pudo sumar. Lo peleó, como siempre, pero esta vez no fue suficiente.
Con la derrota 1-3, el Cádiz pierde su primer partido en casa esta campaña (también es la primera vez que encaja algun gol) y sale de los puestos de ascenso directo justo cuando la competición ciera su primer cuarto. Sigue siendo casi anedótico.
El cuadro amarillo casi que se dejó remontar un partido que tenía bajo control y que se le escapó en apenas cinco minutos. Los de Gaizka Garitano habían empezado bien, se adelantaron con un golazo de Ontiveros y dominaron durante la primera media hora. Casi durante 40 minutos, pero un doble golpe justo antes del descanso cambió el signo del encuentro.
El Burgos, con más oficio y menos balón, se llevó los tres puntos del Nuevo Mirandilla en el que es el primer tropiezo en casa del conjunto amarillo y la primera vez que encaja goles como local en lo que va de temporada. El Cádiz ha tomado un poco de su propia medicina.
Seguramente esta vez el Cádiz especuló demasiado y demasiado pronto. Se deshizo del balón muy rápido, y su habitual paso atrás tras marcar fue un poco más grande de lo habitual y dejó que el Burgos se creciera sin hacer demasiado para merecerlo. Esa desconexión defensiva de apenas cinco minutos al final de la primera parte bastó para que el partido se escapara.
El equipo de Garitano compite, se entrega y conecta con la grada, pero quizás debe matar el partido antes de entrar en ese modo de control que ante el Burgos ha rozado la ibernación en ataque. El Cádiz es sólido sin balón, pero hay rivales que también lo son con él, y cuando cede campo y ritmo, se pone en riesgo.
El Cádiz formó de inicio con su ya habitual 1-4-2-3-1, aunque con algunos matices: Suso volvió al once, ocupando esta vez el costado derecho. Ontiveros actuó como mediapunta, liberado por detrás del delantero. Tabatadze arrancó por la izquierda, aunque con libertad para moverse por dentro. Álex Fernández repitió junto a Ortuño en la medular. En defensa, Raúl Pereira fue la sorpresa en el lateral zurdo, manteniendo el sitio En ataque, Álvaro García Pascual volvió a ser la referencia.

El Cádiz salió con ritmo y ambición. Presionaba alto, con Ontiveros adelantado junto a Álvaro García Pascual y Álex saltando a ocupar su posición en un 4-1-3-2 sin balón. Los primeros avisos fueron locales. Ontiveros, muy fino, firmó el 1-0 en el 15’, con su clásico disparo ajustado al palo izquierdo del meta rival tras un robo de García Pascual.
El gol asentó al Cádiz, que controló y mandó con claridad hasta la media hora. Sin embargo, a partir del 35’, el equipo empezó a especular, a ceder metros y a jugar más largo. El Burgos, sin crear demasiado, encontró aire y se encontró con el balón muy cerca del área de Víctor Aznar.
En el 40’, un saque de esquina mal defendido provocó el 1-1, tras una primera parada de Víctor Aznar y un rechace que llegó a la frontal y el disparo fue desviado por Serra. El golpe descompuso al Cádiz, que encajó el 1-2 en el 45’, en una contra en el último minuto de la primera parte. Impropio del oficio que está demostrando este Cádiz.
Misión imposible
Garitano movió el banquillo al descanso: Climent y Efe entraron por Pereira y Tabatadze, además del cambio obligado de Dawda por Álvaro García Pascual, lesionado. El Cádiz arrancó mejor, incluso llegó a marcar en el 48’ por medio de Kovasevic, pero el VAR anuló el tanto por un fuera de juego milimétrico tras tres minutos de revisión aunque no queda claro de quién es el fuera de juego.
Esa acción terminó de reforzar el plan de un Burgos que tiró del guion del Bordalás. El cuadro de Ramis llevó el bordalismo al extremo: pérdidas de tiempo constantes, interrupciones, jugadores en el suelo y ritmo roto. Eso sí, con menos faltas que los equipos de José Bordalás.
El Cádiz lo intentaba, pero sin claridad. Suso y Ontiveros aparecían muy lejos del área y Efe no encontraba espacios para superar a los dos o tres defensas que le esperaban. La única acción con algo de peligro fue un cabezazo de Roger Martí en el 86’ que Cantero detuvo casi sin querer.
Garitano se la habia jugado con dos delanteros (Roger y Dawda) y defensa de tres, y más tarde dio entrada a De la Rosa para intentar romper por fuera. Pero el equipo se desordenó en su empuje final. Ya en el 104’, con todo el Cádiz volcado en el área rival, Suso cometió penalti sobre Mateo en la contra definitiva. El propio jugador marcó el 1-3 y selló el triunfo burgalés.

El Cádiz perdió algo más que tres puntos: perdió su racha como local y la oportunidad de cerrar el primer tramo como líder. No es una catástrofe, pero sí un aviso. Cedió demasiado campo y balón demasiado pronto. Y cuando quiso volver a dominar, el rival ya había olido sangre y apretó lso dientes para defender su victoria.
Las jugadas a balón parado siguen siendo un debe importante para este Cádiz: el 1-1 nace de un córner mal defendido, y el equipo aún no ha marcado un solo gol a balón parado en lo que va de curso.
Pese a todo, el equipo no se cayó. La grada despidió con aplausos y los jugadores, con el mismo carácter competitivo de siempre. Hay identidad, pero toca ajustar ritmo y ambición.

El Cádiz cierra el primer cuarto de campeonato tercero, con 18 puntos, a uno del Racing y empattado con la UD Las Palmas. Mantiene tres de ventaja sobre el séptimo (Valladolid) y ocho sobre el descenso, que lo marca precisamente su próximo rival: el Granada CF. El liderato se ha escapado, pero lo peor puede ser que aparezcan las dudas. De momento, hay que seguir creyendo en lo que s eviene haciendo Se ha ganado crédito para ello.
