Algas en la playa de La Laja de Cádiz
Alga invasora en la playa de La Laja, de Cádiz. Foto: José Luis Porquicho Prada.

El Congreso aprueba convertir la invasión del alga asiática en una oportunidad de empleo y sostenibilidad para Cádiz

La propuesta de la diputada de SUMAR por la provincia, Esther Gil de Reboleño, permitirá transformar el problema ambiental en una nueva fuente de riqueza

Actualizado:

El Congreso de los Diputados ha aprobado este martes un plan estatal para el aprovechamiento industrial del alga asiática Rugulopterix okamurae, una especie invasora que desde hace años causa graves daños en las costas del Estrecho de Gibraltar y amenaza la economía de Cádiz, Tarifa, La Línea y Algeciras.

La iniciativa de diputada por Cádiz de SUMAR, Esther Gil de Reboleño, ha logrado salir adelante con 20 votos a favor, 15 en contra y ninguna abstención, convirtiéndose en el primer paso hacia una estrategia nacional que transforme un problema ecológico en una oportunidad de empleo y sostenibilidad.

El plan busca convertir la acumulación masiva del alga, que afecta directamente a la pesca artesanal y al turismo costero, en materia prima para una nueva industria basada en la economía circular, la innovación tecnológica y la valorización sostenible de la biomasa marina.

Según Gil, “cada tonelada de alga que hoy cuesta dinero recoger podría generar valor, empleo y soluciones medioambientales si se convierte en fertilizantes, biotextiles o bioplásticos”.

Durante su intervención en la Comisión de Industria y Turismo, la diputada denunció la inacción institucional frente a una invasión que lleva casi una década afectando al litoral gaditano. “En Conil, las capturas se han reducido un 50 por ciennto en los últimos nueve años. Nuestros pescadores sacan toneladas de alga en vez de peces”, explicó.

En municipios como Tarifa, la retirada de biomasa alcanza las 10.000 toneladas anuales, una tarea que los ayuntamientos afrontan con recursos propios y sin apoyo suficiente del Estado.

Entre las medidas aprobadas destaca la creación de un Plan Estatal de Intervención frente al alga asiática, coordinado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que garantice la retirada sistemática de biomasa y la coordinación con las Comunidades Autónomas más afectadas.

Esther Gil de Reboleño, diputada por Cádiz de SUMAR, sostiene un frasco con alga asiática Rugulopterix okamurae mientras interviene ante la Comisión de Industria y Turismo del Congreso de los Diputados. Explica su propuesta para transformar el impacto del alga invasora en una fuente de empleo e innovación sostenible en la costa gaditana.

La diputada gaditana Esther Gil de Reboleño muestra un bote con alga asiática durante la sesión de la Comisión de Industria y Turismo del Congreso.

También se contemplan líneas de financiación específicas para proyectos empresariales que transformen el alga en productos de valor añadido, así como compensaciones económicas al sector pesquero artesanal del Estrecho, el más perjudicado por la proliferación de la especie invasora.

Gil de Reboleño subrayó la importancia de convertir este desafío ambiental en una oportunidad industrial para Cádiz, impulsando un modelo que diversifique la economía local más allá del turismo estacional. “Este plan puede generar empleo verde, atraer inversión y situar al Estrecho como referente en innovación marina sostenible”, afirmó.

El proyecto incluye además un marco normativo para regular la recogida, transporte y comercialización del alga, facilitando su uso como recurso comercial y evitando problemas de salud pública derivados de su acumulación en playas.

Asimismo, se promoverá la colaboración entre universidades, centros tecnológicos e institutos oceanográficos para avanzar en la investigación aplicada y el desarrollo de nuevos materiales derivados del alga.

“Donde antes veíamos un obstáculo, hoy vemos una oportunidad. El alga asiática puede ser parte de la solución si sabemos aprovecharla con inteligencia y compromiso”, concluyó Gil. Con esta aprobación, Cádiz se posiciona como epicentro de un cambio que une sostenibilidad, innovación y empleo en torno a un reto ambiental que llevaba años esperando respuesta.