El grupo cristiano que lleva doce años denunciando la gestión de Zornoza celebra su relevo al frente de la diócesis de Cádiz
El Grupo Cristiano de Reflexión-Acción de la Bahía de Cádiz recuerda las cartas enviadas desde 2013 al obispo, al Papa y al Nuncio alertando de un modelo “autoritario” y “mercantil” en la diócesis
La posible salida de Rafael Zornoza al frente del Obispado de Cádiz y Ceuta, en plena investigación del Vaticano por la denuncia de presuntos abusos sexuales cometidos en los años noventa, no ha sorprendido a todos por igual.
Para el Grupo Cristiano de Reflexión-Acción de la Bahía de Cádiz, que ha difundido un comunicado a través del blog del conocido activista cristiano Juan Cejudo, se trata de un desenlace que llevan años esperando. “Valoramos positivamente que por fin el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, sea sustituido al frente de la diócesis”, afirman en el texto, dando por hecho que el relevo es inminente.
El grupo recuerda que, más allá del escándalo mediático desatado por la investigación del Vaticano a raíz de la denuncia de un exseminarista por presuntos abusos cometidos en los años noventa, sus discrepancias con la gestión de Zornoza vienen de lejos.
“Desde el año 2013 este grupo viene denunciando determinadas decisiones de su gestión como obispo por no considerarlas evangélicas”, señalan.
La cronología que desgranan en el comunicado sitúa el origen de sus quejas en 2013. Ese año enviaron una primera carta al obispo proponiéndole que, siguiendo el ejemplo de Lleida, cediera parte del seminario diocesano, “casi vacío”, para acoger a personas sin hogar o desahuciadas. “No recibimos ningún tipo de respuesta”, lamentan.
Aquel silencio fue, para ellos, el primer síntoma de una forma de gobierno que describen como una “gestión que prioriza lo económico a lo social”. En el comunicado, el grupo reprocha al obispo haber puesto el patrimonio diocesano “al servicio de la rentabilidad económica” y no de las necesidades de los más vulnerables.
En 2016 decidieron dar un paso más y hacer pública una carta abierta dirigida al obispo de Cádiz y Ceuta. El texto, acompañado de 140 firmas de apoyo, planteaba “determinados problemas que afectan a los marginados y sufrientes de nuestra sociedad: inmigrantes, refugiados, sin techo…”, en palabras del propio comunicado. La carta se apoyaba además en citas del Evangelio y en mensajes del papa Francisco sobre la prioridad de los pobres.
Entre esas citas, recuerdan una frase del pontífice: “Los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarla en albergues y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados”. Tampoco en esta ocasión obtuvieron respuesta del obispo, lo que reforzó en el grupo la sensación de ser ignorados “pese a la insistencia y a los argumentos evangélicos planteados”.
Un dossier al Papa Francisco
Ante la ausencia de respuesta, el conflicto se elevó a Roma. En 2019, la plataforma Iniciativa Galilea, a la que pertenece todo el grupo, envió una carta al papa Francisco acompañada de un amplio dossier de prensa en el que denunciaba, organizado en cinco bloques, lo que consideraban “mala gestión de Zornoza”.
Los apartados eran, según recuerdan ahora: el patrimonio diocesano al servicio de la rentabilidad económica; el enfrentamiento y la tensión constante con sacerdotes y comunidades religiosas; la falta de caridad y atención a los pobres; los despidos de trabajadores de la Iglesia diocesana (uno de ellos miembro del propio grupo); y la falta de respuesta del obispo y de la jerarquía eclesial española.
Al año siguiente, en 2020, replicaron el envío: remitieron fotocopia de la carta dirigida al Papa a la Secretaría de Estado del Vaticano, a la Congregación del Clero, a la Congregación de los Obispos, al Nuncio y al presidente de la Conferencia Episcopal, esta vez acompañada de cerca de 300 firmas, y pocos días después sumaron otra remesa con casi un centenar de firmas adicionales. “No recibimos respuesta a nuestras peticiones”, lamentan en el comunicado.
Silencio del Nuncio y una diócesis “paralizada”
El grupo detalla también sus intentos de interlocución con el Nuncio apostólico. A Bernardito Auza le escribieron “en tres ocasiones” sin recibir siquiera acuse de recibo. Solo tras publicar una carta abierta dirigida a él obtuvieron, finalmente, una contestación formal en la que el representante del Vaticano se limitaba a acusar recibo de los envíos previos.
“Pero no hizo nada”, critican. Recuerdan, además, que el Nuncio visitó varias veces Cádiz y que en esas ocasiones se le pudo ver “acompañando amistosamente al obispo a determinados actos religiosos”.
En su balance de estos años, el Grupo Cristiano de Reflexión-Acción asegura que la diócesis, durante el mandato de Zornoza, ha estado “paralizada en su funcionamiento participativo”, con un modo de actuar “personal y autoritario, sin ese espíritu sinodal que la Iglesia recomienda y que tanto necesita”.
Hablan de una Iglesia local sin cauces de diálogo real, con decisiones tomadas “desde arriba” y con tensas relaciones con parte del clero y de las comunidades religiosas.
Un perfil de obispo distinto: Añoveros, Dorado y Ceballos como referencia
El comunicado no se limita a la crítica, sino que también apunta al futuro. El grupo recuerda que, en sus cartas al Vaticano, pedían “un obispo con sensibilidad social, en solidaridad con las personas empobrecidas y en lucha contra la pobreza, espíritu de servicio y capacidad de diálogo con los sacerdotes y los cristianos y cristianas, las comunidades eclesiales de base y los movimientos sociales”.
Como referencia, citan expresamente a los anteriores pastores de la diócesis, a los que describen como “ejemplares obispos”: Antonio Añoveros, Carlos Amigo Dorado y Antonio Ceballos.
“Lamentamos que se hiciera caso omiso a nuestras muy insistentes peticiones de que nos enviaran un obispo con el perfil que le pedíamos”, señalan ahora. Y añaden que, para cumplir con ese perfil, “los responsables de la Iglesia se tomen el tiempo que sea necesario”.
Este nuevo comunicado se cierra con un deseo y un aviso. Por un lado, expresan su esperanza en que el próximo obispo “responda a este perfil tan necesario para rehacer todo el gran daño que se ha producido en la diócesis”.
Por otro, subrayan que la sustitución de Zornoza no es, para ellos, un asunto puntual ligado solo a la denuncia actual, sino el final de un largo ciclo que vienen cuestionando desde 2013.
En plena crisis por la investigación canónica al obispo de Cádiz y Ceuta, la voz de este grupo cristiano de base sitúa el momento presente en una perspectiva más amplia: la de una comunidad que lleva más de una década advirtiendo de un modelo de gobierno “no evangélico” y que ahora, tras años de silencios y cartas sin respuesta, ve cómo su diagnóstico se cruza de lleno con la mayor crisis institucional que ha vivido la diócesis en décadas.