El Papa podría cesar hoy a Zornoza por las denuncias de pederastia: el obispo espera en Madrid su salida inminente de Cádiz
La diócesis de Cádiz vive un momento absolutamente excepcional en la historia reciente de la Iglesia española. Las denuncias por presuntos abusos a un menor por parte del obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, han desatado un terremoto que podria tener hoy una nueva réplica, una sacudida esperada a la vista de la situación.
El Vaticano podría estar a punto de comunicar, incluso hoy mismo según publican medios como la Cadena Ser, en el boletín de las doce, el cese o la aceptación definitiva de la renuncia del obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, investigado por presuntos abusos cometidos en los años noventa cuando dirigía el Seminario Mayor de Getafe.
Según publicó Religión Digital, el prelado ya no se encuentra en la ciudad: permanece en Madrid, en una vivienda de su propiedad, a la espera de la decisión final de Roma.
El Obispado gaditano aseguró el lunes que había suspendido su agenda para afrontar un “cáncer agresivo” y colaborar con la investigación canónica. Sin embargo, medios especializados apuntan a que la salida del obispo de la diócesis habría sido instada desde instancias eclesiales tras la gestión interna del caso, que la Santa Sede conocía desde el verano.
El Papa León XIV estudia ahora si acepta su renuncia —presentada en 2024 al cumplir los 75 años— o si adopta medidas adicionales para garantizar la estabilidad de la diócesis.
La Plenaria de los obispos, eclipsada por el ‘caso Zornoza’
La crisis ha estallado justo en la semana en que la Conferencia Episcopal Española inicia una Asamblea Plenaria especialmente relevante: los nueve miembros de su Comisión Ejecutiva viajan a Roma para encontrarse con el Papa el próximo lunes.
La reunión, prevista inicialmente para tratar la situación económica, el Plan Priva de reparación a víctimas y las líneas pastorales hasta 2030, ha quedado completamente condicionada por el escándalo que afecta al obispo gaditano.
Según avanzó Religión Digital, el nombre de Rafael Zornoza fue “la comidilla” de la reunión preparatoria de la Ejecutiva. La Santa Sede ya había considerado “verosímil” la denuncia del exseminarista y había encargado la investigación al Tribunal de la Rota, pero ni Roma, ni la CEE, ni la provincia eclesiástica de Sevilla (de la que Cádiz depende) aplicaron medidas cautelares durante cuatro meses. Todo estalló tras la publicación de la noticia por parte de El País, que desveló que el obispo había seguido en activo, en contacto con menores y participando en actos públicos.
En este escenario, Roma maniobra con urgencia para cerrar un frente que amenaza con empañar la Plenaria y la imagen de la Iglesia española. Si finalmente el Papa decide actuar hoy, la diócesis podría quedar temporalmente en manos del vicario general, Óscar González Esparragosa, o de un administrador apostólico, previsiblemente el obispo auxiliar de Sevilla, Teodoro León.
Crecen las peticiones de dimisión en Cádiz
La situación ha generado una presión política inédita. Tras hacerse pública la denuncia, Adelante Andalucía exigió la dimisión inmediata de Zornoza y la apertura de una investigación completa sobre su gestión al frente del Obispado. A esa posición se sumó el PSOE de Cádiz, a través de su secretario provincial, José Antonio Ruiz Boix, que reclamó la salida del obispo para proteger la dignidad de la diócesis y evitar mayor daño institucional.
La indignación también se ha extendido entre fieles, colectivos cristianos y parte del clero gaditano, que reconocen vivir “una conmoción histórica” ante un escenario jamás visto en la diócesis. Nunca antes un obispo en ejercicio en España había sido investigado por presuntos abusos, ni se había planteado su relevo en estas circunstancias.
La expectación es máxima: este viernes se espera un movimiento del Vaticano que podría poner fin al episcopado de Zornoza después de catorce años al frente de Cádiz y Ceuta. Lo que decida el Papa marcará no solo el futuro inmediato de la diócesis, sino también el modo en que la Iglesia española afronta sus casos más graves de pederastia y su relación con el escrutinio público.
El desenlace podría llegar en cuestión de horas. Y Cádiz, en el epicentro involuntario de este terromoto eclesial histórico.