Dos personas reciben papás aliñás en un momento del un momento del reparto solidario organizado por vecinos de Cádiz tras el cierre de comedores sociales.
Un momento del reparto solidario organizado por vecinos de Cádiz en la calle María Arteaga.

Gazpacho, arroz y papas aliñás: la olla vecinal de solidaridad que alimenta a las personas sin hogar en Cádiz

Vecinos se organizan en la calle María Arteaga para preparar comidas caseras ante el cierre de los comedores sociales

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En pleno agosto gaditano, mientras miles de turistas disfrutan de la gastronomía y las playas, decenas de personas sin hogar sobreviven con apenas dos bocadillos, un yogur y agua al día, el reparto que el Ayuntamiento de Cádiz ofrece tras el cierre de los comedores sociales.

La situación, ya denunciada por el Movimiento Nadie Sin Hogar ante el Defensor del Pueblo Andaluz, ha provocado una respuesta inesperada: los propios vecinos se han organizado para cocinar en la calle María Arteaga y dar de comer a quienes se han quedado sin un servicio básico.

La escena se repite desde hace días: una olla en medio de la calle, vecinos sirviendo platos y personas sin hogar formando fila para recibir una comida caliente. El primer día prepararon gazpacho, el segundo arroz con verduras, el miércoles ensalada de pasta y este jueves papas aliñás. “Son platos sencillos, de toda la vida, pero son mucho más que los bocadillos vacíos que reparte el Ayuntamiento”, explica una de las vecinas organizadoras.

Para muchos de los beneficiarios, la diferencia es enorme. Según el Movimiento Nadie Sin Hogar, las personas sin hogar aseguran que mientras la mayoría hace tres comidas al día, a ellas se les ofrece un bocadillo con apenas “cuatro migas de atún” y otro con “unas lonchas de queso de barra”, lo que consideran claramente insuficiente.

La organización añade que muchas de las personas afectadas tienen problemas de dentadura que les impiden masticar el pan, por lo que platos como el gazpacho o la ensalada resultan más accesibles y nutritivos.

Denuncia previa y nuevas críticas

El Movimiento Nadie Sin Hogar ya había denunciado esta situación al Defensor del Pueblo Andaluz, calificándola de “crueldad institucional”. “El reparto de bocadillos es insuficiente para que una persona se mantenga en buen estado de salud, y más en pleno verano”, recuerda su portavoz, Miki Carrera. La organización advierte de que algunos afectados han perdido varios kilos de peso en pocas semanas.

No es la primera vez que se cuestiona al Ayuntamiento por este motivo. A comienzos de año, ya se abrió un expediente por deficiencias en la atención a las personas sin hogar. Pero, según denuncian los colectivos, nada ha cambiado y la situación se repite verano tras verano.

Desde el Consistorio la respuesta ha sido la misma: “El servicio de comedores está a cargo de entidades sociales voluntarias y no consideramos que tengamos que exigirles un mayor esfuerzo”. Una postura que indigna a asociaciones como Despertares. Su portavoz, Carlos Grimaldi, señala: “Si el Ayuntamiento financia un servicio, tiene que asegurarse de que se cumpla en condiciones. Los responsables últimos son ellos”.

Ollas de barrio contra el hambre

Mientras la administración se defiende, la solidaridad de los vecinos se ha convertido en la única garantía de alimento real para decenas de personas sin hogar en Cádiz. “Lo que hacemos no es caridad, es justicia. No podemos mirar hacia otro lado mientras nuestros vecinos pasan hambre”, señala una de las organizadoras de la olla vecinal.

El contraste resulta inevitable: mientras la ciudad recibe a miles de visitantes atraídos por su gastronomía, hay quienes dependen del gazpacho, el arroz o las papas aliñás preparados en la calle para no quedarse sin comer. “Que la gente dependa de una olla vecinal demuestra el fracaso del Ayuntamiento”, sentencia el Movimiento Nadie Sin Hogar.