Los descendientes de dos víctimas del franquismo, Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés, sostienen las urnas con los restos de sus familiares durante el homenaje celebrado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz. Se aprecia emoción y respeto entre los asistentes.
Los familiares de Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés reciben las urnas con los restos de sus abuelos durante el acto celebrado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz. Foto: Eulogio García.

“Hoy descansamos nosotros también”: emoción al recibir las familias los restos de dos víctimas del franquismo en Cádiz

El emotivo acto se ha celebrado en el Salón de Plenos, con familiares, la Asociación de Memoria Histórica de Cádiz y alumnado del IES Columela

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Después de 89 años de silencio y espera, Cádiz ha devuelto esta mañana la voz y la dignidad a dos de sus vecinos asesinados tras el golpe militar de 1936.

Los restos de Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés fueron entregados a sus familiares en un emotivo acto celebrado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés fueron dos gaditanos asesinados en los primeros meses de la represión franquista.

Juan Diego, panadero de 27 años, casado y padre de dos hijos, fue detenido en octubre de 1936 y trasladado desde la prisión provincial con la promesa de ser llevado a El Puerto de Santa María. Nunca llegó. Fue fusilado en el foso de la Puerta de Tierra, donde se produjeron decenas de ejecuciones en los días posteriores al golpe militar.

Manuel Moreno Cortés, electricista del Ayuntamiento de Cádiz, también fue detenido en septiembre de 1936 tras ser despedido de su puesto durante la depuración de empleados públicos bajo la alcaldía de Ramón de Carranza.

Casado con María Paredes Mateos y padre de dos niñas de corta edad, fue sacado de la prisión con el mismo pretexto de traslado. Su cuerpo apareció poco después en los alrededores de la plaza de toros, uno de los puntos donde se ejecutaban represalias en la ciudad.

Durante casi nueve décadas, sus familias no supieron dónde estaban sus restos. Hoy, gracias a las tareas de exhumación desarrolladas en el Cementerio de San José y a las pruebas genéticas impulsadas por la Asociación de Memoria Histórica de Cádiz, ambos nombres regresan a la historia y al cariño de su ciudad.

Entre las urnas de madera y los retratos antiguos, el silencio se mezcló con lágrimas, abrazos y palabras que llevaban décadas esperando ser pronunciadas.

Rafael Sánchez Moreno, nieto de Manuel Moreno Cortés, atendió a los medios con voz temblorosa, pero la emoción se abría paso entre las pausas. “Después de 90 años, recuperamos los restos de mi abuelo. Mucha gente desearía poder hacerlo, y nosotros hemos tenido la suerte de que se encontraran. Creo que hoy descansamos nosotros también, porque él por fin tendrá una sepultura digna, como debió tenerla entonces.”

Sus palabras llenaron el salón. Recordó a su abuela —“una mujer muy joven que lo pasó fatal”— y a su madre y su tía, de apenas dos meses y dos años cuando su padre fue asesinado. “Ellas nunca quisieron hablar de aquello. Era demasiado dolor. Pero hoy estamos aquí sus nietos y bisnietos, felices porque él, al fin, descansa en paz”.

“Tristeza y orgullo. Por fin donde debía estar”

Después intervino ante la prensa Manuel Segundo Moreno, también nieto del trabajador municipal asesinado en 1936. Con voz firme, recordó la historia familiar y la injusticia que marcó a tres generaciones. “Es un cúmulo de sensaciones. Alegría porque, 90 años después, va a estar donde debía haber estado desde el primer momento. Pero tristeza también, porque acabó así por sus ideas.”

“A mi abuela no la trataron bien. Tenía dos hijas pequeñas y lo perdió todo. Mis tías tuvieron una infancia muy dura, pero hoy sentimos orgullo. Hemos cumplido con él, con su historia y con lo que representa”,señaló.

Mientras hablaba, algunos de los jóvenes del IES Columela, invitados al acto, lo escuchaban con atención. “Para que esto no se repita, hay que contarlo”, dijo una alumna al final.

“Un acto de reparación y dignidad”

El presidente de la Asociación de Memoria Histórica de Cádiz, Felipe Barbosa, cerró el turno de intervenciones con un mensaje que resonó como una lección de memoria y justicia:

“Este acto es un reconocimiento a la memoria y a la dignidad de las víctimas de la represión franquista. Las identificaciones y entregas de restos son esenciales para cerrar heridas y garantizar el derecho de las familias a saber dónde están sus seres queridos.”

Barbosa destacó la labor de arqueólogos, antropólogos e historiadores que desde 2016 trabajan en el Cementerio de San José, de donde proceden los restos identificados:

“Gracias a ese esfuerzo colectivo, Cádiz recupera parte de su historia. Es importante que los jóvenes conozcan lo que fue la dictadura, para que no se olvide nunca, y que defiendan una democracia cada vez más digna”, indicó

“Una deuda moral que la ciudad tenía pendiente”

El alcalde de Cádiz, Bruno García, cerró el acto con unas breves palabras que pusieron el acento en la dimensión humana del homenaje:

“Este es un acto de justicia, de reparación y de dignificación de las víctimas. Hoy sus familias pueden darles por fin una sepultura digna después de tantos años de espera.”

García agradeció la constancia de las familias y el trabajo de la Asociación de Memoria Histórica de Cádiz, de Cemabasa y de los técnicos municipales que han hecho posible el hallazgo y la identificación. “Hoy Cádiz salda una deuda con su historia. Con cada nombre que se recupera, recuperamos también parte de lo que somos.”

Las urnas con los restos de Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés serán depositadas en el Panteón de las Víctimas del Golpe de Estado de 1936, en el Cementerio Mancomunado de Chiclana.

Allí reposarán junto a otros gaditanos fusilados por la dictadura. El silencio fue roto por un largo y tan emotivo como sincero aplauso. Después de 89 años, Cádiz volvió a hablar en nombre de los que no pudieron hacerlo.