Patio y puerta de entrada, junto a un ciprés y una cruz de mármol de la Capilla del Santo Cristo de Chiclana.
Capilla del Santo Cristo de Chiclana.

La capilla del Santo Cristo de Chiclana recuperará su esplendor con la ayuda del Ayuntamiento

El templo, considerado el lugar de culto más antiguo de Chiclana, afrontará obras en su cubierta para garantizar su conservación patrimonial

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La capilla del Santo Cristo de la Vera Cruz de Chiclana, uno de los enclaves religiosos más antiguos y emblemáticos de la ciudad, será objeto de una importante restauración con la colaboración del Ayuntamiento.

La intervención se centrará principalmente en la reparación de la cubierta, en franco estado de deterioro  que supone un riesgo para la estabilidad del edificio y la conservación de su patrimonio artístico.

La decisión se formalizó tras la primera reunión de la Comisión de Seguimiento, celebrada recientemente, donde participaron representantes municipales y eclesiásticos.

Estuvieron presentes el alcalde, José María Román junto con la teniente de alcalde, Francis Salado; y la delegada de Patrimonio, Isabel Butrón. En nombre de la Iglesia asistieron la ecónoma del Obispado de Cádiz, Carmen Lobato, y el párroco de San Juan Bautista, David Gutiérrez, así como de miembros de la Hermandad del Santo Cristo de la Vera Cruz.

Durante el encuentro se expusieron las necesidades más urgentes del edificio entre las que está la restauración de la estructura de la cubierta, en mal estado tras años de desgaste.

También se prevé la sustitución del sistema de cubrición por otro más impermeable y resistente o la reposición de tejas que garanticen la seguridad del inmueble.

El objetivo de esta actuación, según acordaron las partes, es asegurar la preservación de la capilla así como de poner en valor uno de los bienes patrimoniales más significativos de la localidad.

Las obras comenzarán una vez se resuelvan los trámites de tipo administrativo y financiero que permitan su puesta en marcha.

Un templo con siglos de historia en Chiclana

La capilla del Santo Cristo de la Vera Cruz está considerada el lugar de culto más antiguo de la localidad. Sus orígenes se remontan al siglo XVI, fue cuando se levantó como una pequeña iglesia gótico-mudéjar, un estilo muy extendido en Andalucía durante aquella época.

De esa construcción primitiva se conservan todavía algunos elementos de los muros laterales. Sin embargo, el templo experimentó una profunda remodelación en la segunda mitad del siglo XVIII de la mano del arquitecto neoclásico Torcuato Benjumeda.

Benjumeda fue una figura fundamental en el urbanismo y la arquitectura religiosa de la Bahía de Cádiz, de esa intervención data la actual Capilla de Guía, constituyéndose como un destacado ejemplo de la estética neoclásica.

En su interior sobresale la venerada imagen del Santo Cristo de la Vera Cruz, una talla de origen novo-hispano del siglo XVI traída desde México, igualmente destaca el Cristo yacente articulado del siglo XVIII, obra del escultor genovés Andrea Cuesta, que aporta un gran valor artístico adicional al conjunto.

El Santo Cristo de la Vera Cruz es una de las devociones más antiguas y también enraizadas de Chiclana. Tradicionalmente, recibió culto de las gentes del campo y ha sido considerado la primera gran advocación cristífera chiclanera. La capilla representa un espacio religioso así como un símbolo cultural que conecta a la ciudad con sus raíces históricas.

La restauración, además de preservar el edificio, busca que se refuerce este vínculo entre patrimonio y comunidad. Según explicaron los responsables municipales, la colaboración entre Ayuntamiento, Obispado y Hermandad permitirá salvar un monumento de gran valor artístico y de fortalecer la identidad cultural de Chiclana.

La iniciativa se enmarca en la estrategia del Ayuntamiento de Chiclana de recuperación de espacios históricos, conscientes de que el patrimonio se constituye como un elemento fundamental en la memoria colectiva y en el atractivo turístico de la ciudad.

Una vez finalizadas las obras, la capilla podrá seguir siendo lugar de referencia para chiclaneros y chiclaneras así como de visitantes, manteniendo viva una tradición que se remonta a más de cuatro siglos.