La Catedral de Cádiz cumple 187 años, el templo que 'emergió' del mar y nunca dejó de brillar
Lo que no sabías sobre la Catedral de Cádiz: curiosidades, leyendas y la “maldición de la sal”
La Catedral de Cádiz, también conocida como Catedral Nueva o de Santa Cruz sobre las Aguas, cumple hoy 28 de noviembre 187 años desde su consagración, en el año 1838.
Lo hace en un momento de gran esplendor renovado, fruto del esfuerzo del Cabildo Catedral por preservar el patrimonio y fortalecer su valor cultural y turístico.
La efeméride se ha celebrado con una misa de laudes en el coro a las 9:30 de la mañana, durante la cual se ha encendido las doce velas que fueron ungidas el día de su consagración por el obispo Silos Moreno, un gesto cargado de simbólico que revive la historia de fe y arte que envuelve a este templo monumental.
La Catedral de Cádiz, un templo con tres siglos de historia
Las obras de la Catedral se iniciaron en 1722, impulsadas por el obispo Lorenzo Armengual de la Mota y dirigidas por el arquitecto Vicente Acero, que buscó reflejar el auge económico de una ciudad convertida en eje del comercio con América.
No obstante la magnitud del proyecto y las dificultades económicas hicieron que pasaran 116 años hasta su finalización. A lo largo de ese tiempo, se sucedieron varios arquitectos —como los de Gaspar Cayón, Torcuato Cayón, Miguel Olivares, Manuel Machuca y Juan Daura— que dejaron su impronta en una obra que mezcla el Barroco y el Neoclasicismo con sorprendente armonía.
Cada piedra de la Catedral cuenta la Historia de Cádiz, la que nos lleva a la época del esplendor del siglo XVIII, cuando el traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla convirtió a la ciudad en puerto principal del Atlántico; pero también la del declive posterior, cuando las guerras y el paso del tiempo mermaron aquel poderío. Hoy, el templo es testigo de esa evolución, el indudable reflejo material de la gloria y resistencia gaditanas.
Desde su consagración en el año 1838, la Catedral no ha dejado de ser el alma religiosa de Cádiz, pero en las últimas décadas ha sabido reinventarse y ser un espacio cultural y motor turístico.
Merced a las labores de restauración y rehabilitación impulsadas por el Cabildo, el monumento ha logrado conservar toda su majestuosidad y abrirse al mundo.
El resultado de ese esfuerzo es palpable puesto que en el año 2024, cerca de 400.000 personas visitaron la Catedral, consolidándola como uno de los destinos más atractivos de Andalucía occidental.
Los ingresos generados por estas visitas se reinvierten de forma directa en su mantenimiento, permitiendo que el templo siga brillando frente al mar que lo vio nacer.
La Catedral como espejo de Cádiz
Más allá de su imponente arquitectura, la Catedral representa la Historia viva de Cádiz, fue erigida para mostrar al mundo el poder de una urbe que, en el siglo XVIII, dominaba el comercio marítimo con el Nuevo Mundo, con América.
Su fachada de la clásica y popular piedra ostionera habla del ingenio gaditano para superar las barreras y las dificultades económicas, mientras que su brillante e inigualable cúpula dorada, visible desde muchos puntos de la ciudad, se ha convertido en un emblema que une pasado y presente.
En su interior reposan tesoros de enorme valor histórico y artístico, como la cripta subterránea situada por debajo del nivel del mar, en la que descansan figuras ilustres como Manuel de Falla.
Igualmente destaca el Ecce Homo de Luisa Roldán, “La Roldana”, una de las esculturas más reconocidas del Barroco andaluz. A ello se suma la custodia procesional de plata elaborada por Antonio Suárez en el año 1664, considerada la más alta de España, con sus 5,47 metros de altura.
La Catedral de Cádiz no solo ha sobrevivido a las inclemencias del tiempo, también lo ha hecho a la llamada “maldición de la sal” que viene a ser el deterioro que sufre su estructura debido al uso de materiales como la piedra ostionera y la arena marina.
Este fenómeno provocó desprendimientos en sus bóvedas y obligó a cubrir su techo con una gran malla protectora, no obstante este desafío no ha impedido que el templo siga siendo un punto neurálgico de la vida religiosa y cultural gaditana, sobre todo en momentos álgidos como la Semana Santa o el Corpus Christi.
Tres siglos después de colocarse su primera piedra, la Catedral de Santa Cruz sobre las Aguas sigue siendo un monumento emblemático, es el testimonio vivo de la Historia de Cádiz, un faro espiritual y artístico que emerge del Atlántico y una referencia artística y espiritual.