Fardos de droga y fusiles en una habitación.
Material incautado de droga y fusiles de asalto.

La Guardia Civil desmantela una guardería de hachís blindada con fusiles de asalto cerca de Sanlúcar

Operación en el Guadalquivir, cuatro detenidos y una guardería de hachís con fusiles listos para abrir fuego

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En una actuación de alto riesgo, la Guardia Civil ha logrado desmantelar una guardería de hachís ubicada en una vivienda rural de la desembocadura del río Guadalquivir, en la provincia de Cádiz.

La operación, desarrollada por agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico, se saldó con cuatro detenidos y la incautación de un arsenal de armas de guerra junto a 1.400 kilos de hachís listos para su distribución.

Según fuentes de la investigación, la vivienda funcionaba como centro logístico a fin de almacenar grandes cantidades de droga procedentes del norte de África antes de su traslado a otras zonas de España y Europa.

El enclave, aislado y con difícil acceso, facilitaba a los responsables de la organización operar con discreción y mantener un férreo control del entorno.

Los agentes llevaban semanas siguiendo la pista de este punto, considerado un almacén de alta seguridad dentro de las redes de tráfico que actúan en la costa atlántica andaluza.

El lugar estaba protegido con medidas de vigilancia que incluían cámaras, sistemas de alarma y personas encargadas de controlar cualquier movimiento sospechoso en la zona y sus inmediaciones.

Durante el registro, los investigadores hallaron tres fusiles de asalto perfectamente municionados y listos para abrir fuego, además de abundante munición de distintos calibres y varios cargadores.

El hallazgo viene a reforzar la hipótesis de que los narcotraficantes estaban dispuestos a defender el alijo ante cualquier intento de intervención policial o asalto de bandas rivales.

La operación de la Guardia Civil ha sido muy compleja dadas las características del lugar y el riesgo potencial del operativo. Los cuatro detenidos fueron arrestados sin que se produjeran enfrentamientos, aunque los investigadores no descartan que existieran más personas implicadas en la organización.

Una estructura criminal bien organizada

La vivienda rural, aparentemente abandonada, estaba acondicionada muy bien para ocultar grandes volúmenes de droga. En su interior se localizaron varias habitaciones adaptadas como almacén, con dobles fondos y sistemas para conservar la mercancía.

También se hallaron vehículos preparados para el transporte del hachís y material utilizado para el empaquetado.

Las primeras estimaciones apuntan a que el valor de la droga incautada en el mercado ilegal podría superar los tres millones de euros -sólo estimaciones-.

Los investigadores consideran que esta guardería formaba parte de una red criminal que introducía hachís a través de embarcaciones rápidas por el Guadalquivir y otros puntos del litoral gaditano.

El cauce del río, que desemboca entre Sanlúcar de Barrameda y Doñana, se ha convertido en una zona muy sensible para las autoridades por la proliferación de rutas de entrada de droga.

Las características geográficas del entorno —como son las marismas, caños y accesos por caminos rurales— dificultan el control y facilitan el movimiento de las organizaciones dedicadas al contrabando.

La Guardia Civil ha destacado la importancia de esta operación dentro de la estrategia a fin de desmantelar las infraestructuras logísticas del narcotráfico en el sur de España.

“Cada guardería desarticulada supone un golpe directo a la capacidad operativa de las redes criminales”, informaron fuentes del instituto armado.

Los detenidos han sido puestos a disposición judicial acusados de delitos de tráfico de drogas así como de pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas.

Las investigaciones continúan abiertas para determinar la procedencia concreta del cargamento y el destino final de la droga incautada.