La nueva vida de ‘Calvichi’s’: “Los cambios dan vértigo, pero también ilusionan”

De futbolista en una camiseta, de músico en una taza, de carnavalero en un libreto… Calvichi, el popular personaje creado hace ya una década por Iván Cano y Juan José Domínguez, ha tenido ya mil vidas y le quedan por lo menos otras tantas por vivir. El cierre de la que aún sigue siendo su casa, la popular tienda Calvichi’s ubicada en la céntrica calle Rosario de Cádiz, previsto para el próximo mes de febrero supondrá un cambio, pero no un adiós. Nada se pierde, todo se transforma, como cantaba Jorge Drexler.
El cierre del establecimiento fue anunciado este martes mediante un comunicado en redes sociales que, con su creatividad e ingenio, hace justicia a la trayectoria de la popular marca gaditana. Casi 24 horas después, y tras un aluvión de comentarios y mensajes de apoyo de sus incondicionales, Iván Cano explica a Cadiz Directo las causas de esta decisión. Además, esboza nuevos horizontes para una marca que “sin pretenderlo, ya forma parte de Cádiz”.
Cano reconoce que “es complicado mantener una tienda hoy día, pero más que por el tema económico tomamos esta decisión por la necesidad de no dedicarle tanto tiempo. Una tienda física necesita mucho mimo, es como una casa. Y para que funcione hay que invertir mucho tiempo y dinero”. Por ello, “hemos tenido que decidir entre seguir con la tienda o reorientar esos esfuerzos en el online, que queramos o no es el futuro, y también en la parte del estudio (The Pilot Dog)”.
Desde que anunciaron el cierre de la tienda, los creativos que han dado vida a Calvichi a lo largo de estos diez años han recibido “muchísimo cariño” y esperan “que la Navidad sea brutal. En los primeros días de enero estaremos con las devoluciones y ya a partir de entonces empezaremos a planificar la fiesta de despedida”, avanza Cano.
Un nuevo futuro aguarda a Calvichi’s y sus creadores lo afrontan con cautela pero sin miedo. “Los cambios dan vértigo, pero también ilusionan”, afirma Iván Cano, que recuerda que “la web va a seguir tal cual y también vamos a mantener las redes sociales”. Además, adelanta que “estamos pensando tener algún pequeño rinconcito en alguna tienda del centro, ya que para nosotros sería importante para ganar presencia. Que la gente pueda ir, tocar, ver, recoger productos in situ… somos cuarentones analógicos y aunque la vida nos lleve al online, para nosotros el pie de calle es fundamental”, comenta con guasa.
A nivel personal, Cano admite que “la tienda a mí me encanta y ojalá se pudiera mantener porque me gusta muchísimo tratar con la gente”. Por ello espera que “no se pierda el cara a cara, porque los comercios pequeños y de cercanía son el alma de una ciudad. Una tienda de regalos, una charcutería, una frutería, una papelería… son las que hacen que una ciudad tenga vida”.
Aunque a nivel económico era viable mantener el establecimiento abierto, “necesitamos parar para hacer otras cosas, porque tampoco da tanto como para tener un personal contratado y dedicarnos a otros temas. Si los números fueran realmente malos pues no te queda otra, no te da ni pena cerrar. En nuestro caso ha sido una decisión difícil, pero era algo que necesitábamos”, asume.
El camaleónico Calvichi dirá adiós en unas semanas a su casa de la calle Rosario, pero seguirá estando muy presente. Vestido de cantaor flamenco, de chirigotero, de astronauta, de cantautor… aún le quedan otras mil vidas, o más, por descubrir.