La Policía desmantela tres plantaciones de marihuana ocultas entre tomates en Sanlúcar de Barrameda
Así operaba la red que cultivaba marihuana entre tomates en pleno corazón agrícola de Sanlúcar
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Sanlúcar de Barrameda una red que se dedicaba al cultivo ilegal de marihuana, que operaba bajo la apariencia de una actividad agrícola tradicional.
La operación, desarrollada en la zona de La Algaida, permitió descubrir tres plantaciones que estaban camufladas dentro de invernaderos que, de cara al exterior, se destinaban al cultivo de tomates.
Dos personas han sido detenidas como presuntas responsables del mantenimiento así como la supervisión de estas instalaciones.
La investigación comenzó tras varias sospechas sobre movimientos irregulares en los invernaderos, ubicados en una zona eminentemente agrícola.
Los agentes de la Brigada de Policía Judicial iniciaron un discreto seguimiento, mezclando labores de observación con análisis técnicos que finalmente confirmaron las sospechas ya que una parte de los cultivos no correspondía a la producción legal de tomates, sino a una sofisticada red de plantaciones de cannabis que estaban destinadas al tráfico de drogas.
Según fuentes policiales, los responsables del fraude habían ideado un sistema de ocultamiento que resultaba muy elaborado. Las plantas de marihuana se situaban entre tomateras y otras especies de gran tamaño, lo que servía de útil barrera visual y térmica para evitar su detección desde el exterior.
De esta forma, los invernaderos mantenían una apariencia completamente normal ante vecinos y proveedores, pero que en su interior se desarrollaba una actividad ilícita a gran escala.
Los investigadores destacan que el uso de invernaderos agrícolas se ha convertido en una nueva tendencia dentro del cultivo ilegal de marihuana, ya que ofrecen condiciones idóneas para el crecimiento rápido de las plantas y permiten mantener una fachada legal.
Este tipo de instalaciones permiten regular temperatura, humedad e iluminación, incrementado la productividad del cannabis y dificulta la detección policial.
Durante la intervención, los agentes localizaron tres zonas perfectamente delimitadas para el cultivo de este tipo de estupefaciente, con sistemas de riego automatizado, ventilación y lámparas de calor.
Igualmente se incautaron herramientas específicas para el mantenimiento de las plantas y productos químicos utilizados para acelerar su crecimiento.
Detención de los dos presuntos responsables
La operación se desarrolló sin incidentes y culminó con la detención de los dos presuntos responsables, siendo trasladados a dependencias policiales para la elaboración de los correspondientes atestados.
Con posterioridad, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Sanlúcar de Barrameda, junto con todo el material incautado.
Fuentes cercanas al caso subrayan que este tipo de investigaciones se encuadran dentro de la estrategia nacional de lucha contra el narcotráfico y el cultivo de marihuana a gran escala, un fenómeno que ha crecido de forma llamativa en los últimos años en Andalucía.
La zona de La Algaida, caracterizada por su gran extensión de terrenos agrícolas e invernaderos, se ha convertido en un entorno tremendamente propicio para el camuflaje de estas actividades ilícitas.
Los agentes continúan con las pesquisas para determinar si las tres plantaciones desmanteladas forman parte de una red más amplia que está dedicada a la distribución de cannabis en la provincia de Cádiz así como de otras zonas de Andalucía. No se descartan nuevas detenciones en días venideros.
Con esta intervención, la Policía Nacional potencia su compromiso con la seguridad ciudadana y la protección del sector agrícola, cuya imagen se ve afectada por el uso indebido de instalaciones legales para fines de carácter delictivo.
La investigación, subrayan fuentes policiales, “ha permitido desactivar un punto de producción importante que abastecía el mercado ilegal de marihuana en la región”.
La operación de Sanlúcar de Barrameda pone de relieve la creciente sofisticación de las redes que están dedicadas al cultivo ilegal de cannabis y la necesidad de reforzar la vigilancia en zonas agrícolas en la que estas prácticas pueden pasar desapercibidas bajo una apariencia de normalidad.