Instalaciones del astillero de Navantia
La sombra de una nueva huelga sobrevuela el sector naval de la Bahía.

La sombra de la huelga vuelve a sobrevolar el sector del metal de Cádiz

El convenio caducó en diciembre de 2023 y no se ha acordado aún su renovación

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La sombra de la huelga vuelve a proyectarse sobre el sector del metal de la provincia de Cádiz. La renovación del convenio colectivo caducado desde diciembre de 2023 no cristaliza y tras meses y meses de reuniones, la negociación parece en punto muerto.

Tras año y medio con un convenio caducado y una veintena de negociaciones, los sindicatos meditan la opción de convocar una huelga. EL objetivo: desbloquear la situación, pero si es necesario llegar a esos paros, lo harán.

Esta situación afecta de manera directa a unas 22.000 personas, repartidas en múltiples subsectores que incluyen el naval, aeronáutico, automovilístico, offshore, mantenimiento de carreteras, iluminación pública, de baja, media y alta tensión, instalaciones de hierro, refinerías y estaciones de servicio.

El escenario recuerda al que se vivió en 2021 durante la negociación anterior del convenio. Entonces, la Bahía de Cádiz fue testigo de numerosas y fuertes movilizaciones que captaron la atención de medios de comunicación a nivel nacional. El recuerdo de aquellas jornadas, con trabajadores en la calle y una confrontación visible con la patronal, sigue muy presente en la memoria.

La situación es la siguiente: El convenio colectivo del metal en la provincia de Cádiz está caducado desde diciembre de 2023. Desde entonces, se han celebrado entre 16 y 17 reuniones entre la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Cádiz (FEMCA) y las organizaciones sindicales, sin que hasta el momento se haya alcanzado un acuerdo.

En el transcurso de estas negociaciones, las partes han abordado la revisión completa del texto, que incluye 48 artículos y varias disposiciones adicionales. Entre los aspectos tratados figuran cuestiones como la conciliación familiar y la actualización de normativas que han quedado obsoletas.

El secretario de Política Industrial de Comisiones Obreras (CCOO), Antonio Beiro, ha expresado que el objetivo principal de su organización es “alcanzar un acuerdo en el SERCLA”, con el fin de evitar una huelga. “Queremos desbloquear esta situación”, ha declarado, aunque reconoce las dificultades del proceso: “Sinceramente, lo veo complicado”.

CCOO articula su propuesta en torno a tres ejes fundamentales: una subida salarial vinculada al Índice de Precios al Consumo (IPC); la eliminación de la doble escala salarial, que introduce diferencias entre trabajadores antiguos y nuevos; y la regulación de la figura del fijo discontinuo.

Este último punto, el del fijo discontinuo, ha sido especialmente criticado por otros actores del ámbito sindical. La Confederación de Trabajadores del Metal (CTM), que no participa directamente en la mesa de negociación, ha expresado su preocupación por lo que consideran un sistema que deja fuera a colectivos que también deberían tener voz en el proceso. Desde este colectivo defienden que el convenio debe ser consensuado y votado no solo por quienes están actualmente empleados, sino también por personas desempleadas del sector. Según denuncian, “el sistema está hecho para que ningún otro actor tenga voz en la firma del convenio”.

CTM también ha manifestado inquietud sobre el uso que la patronal está haciendo de la figura del fijo discontinuo, calificándola de “arma” en lugar de una herramienta útil para el trabajador. Aunque consideran poco probable que se produzca una huelga inmediata, dado que actualmente hay carga de trabajo en el sector, advierten que si llegara a convocarse, esta vez sería “más organizada” que en ocasiones anteriores.

Este tipo de planteamientos pone de manifiesto una creciente fractura dentro del panorama sindical de la Bahía de Cádiz, donde emergen nuevas plataformas que reclaman una mayor participación de base y modelos de negociación más democráticos e inclusivos.

En el plano técnico, la negociación ha incluido la revisión de artículos clave del convenio, entre ellos los relacionados con permisos, horarios, categorías profesionales y las comisiones paritarias encargadas de la interpretación del texto. La actualización se considera necesaria ante una realidad sectorial que ha cambiado considerablemente en los últimos años.

En este contexto, la posibilidad de una huelga vuelve a estar presente, aunque de momento no hay ninguna convocatoria oficial por parte de CCOO ni de UGT. Beiro ha señalado que “la palabra huelga está ahí, pero lo que queremos es negociar”. No obstante, también reconoce que algunas de las exigencias sindicales, como la eliminación de la doble escala salarial, podrían suponer un coste económico que la patronal no esté dispuesta a asumir: “Entendemos que es complicado, porque a nadie le gusta hablar de bajas”.

El Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (SERCLA) aparece ahora como el último instrumento disponible para evitar una ruptura definitiva entre las partes. Si no se alcanza un acuerdo en este marco, se abre la posibilidad de un nuevo episodio de movilización laboral en la provincia.