Representantes de la plantilla de Ayuda a Domicilio durante su protesta en el Pleno de Octubre del Ayutamiento de Cádiz. Foto: Eulogio Garcia.
Representantes de la plantilla de Ayuda a Domicilio durante su protesta en el Pleno de Octubre del Ayutamiento de Cádiz. Foto: Eulogio Garcia.

Óbolo accede a ejecutar por fin el acuerdo del Sercla en la Ayuda a Domicilio de Cádiz tras incumplirlo desde agosto

El acuerdo incluye el plus fijo de 200 euros, la reducción progresiva de jornada y la firma conjunta de Ayuntamiento, comité y empresa

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La crisis que golpea al servicio de Ayuda a Domicilio de Cádiz desde agosto ha vivido hoy el que debería ser su pinto final. Después del principio de acuerdo alcanzado entre plantilla y empresa, esta lucha sindical del colectivo parece acabar hoy con triunfo para la plantilla, aunque aún no se han desconvocado el paro y las movilizaciones previstas.

La empresa concesionaria, Óbolo, el comité de trabajadoras y el Ayuntamiento han firmado finalmente la ejecución completa del acuerdo alcanzado en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla), un documento que la plantilla llevaba meses reclamando y cuyo incumplimiento dio origen a las protestas y concentraciones semanales frente al Consistorio.

Según confirmó el comité de empresa en un comunicado, el acuerdo garantiza desde hoy la aplicación mensual, fija y no absorbible del plus de 200 euros para las auxiliares a jornada completa, con parte proporcional para las jornadas parciales.

El complemento pasará a denominarse oficialmente “complemento de actividad”, y se abonará en 12 mensualidades.

El pacto incluye además uno de los compromisos más esperados por la plantilla: una reducción progresiva de la jornada laboral, sin pérdida salarial, siguiendo el calendario negociado:

  • De 38 a 37 horas en agosto de 2025
  • De 37 a 36 horas en agosto de 2026
  • De 36 a 35 horas en agosto de 2027

El comité celebrará en los próximos días una asamblea de trabajadoras para evaluar el impacto del acuerdo y decidir si las movilizaciones —incluida la huelga anunciada en octubre— continúan, se modifican o se suspenden temporalmente. “Este paso es importante, pero no significa el fin de nuestras reivindicaciones”, señalan desde el órgano de representación.

Un conflicto que reventó el Pleno y marcó la vida política local

El acuerdo llega tras más de tres meses de tensión creciente. Desde que Óbolo asumió la gestión del servicio el 1 de agosto, se multiplicaron las quejas por nóminas erróneas, impagos, altas incorrectas en Seguridad Social, complementos no cobrados y falta de documentación básica.

El pasado pleno municipal, celebrado en octubre, estalló por completo: las plantillas de Ayuda a Domicilio y Emasa irrumpieron en el salón de plenos, obligaron a suspender la sesión durante más de una hora y provocaron la retirada de toda la oposición, en el episodio más caótico del mandato de Bruno García.

A raíz de aquel pulso, el Ayuntamiento envió dos requerimientos formales a la empresa para corregir los incumplimientos. Hoy, por primera vez desde agosto, Óbolo acepta por escrito ejecutar el SERCLA en su integridad junto al comité y al Consistorio.

La plantilla mantiene el objetivo: municipalizar el servicio

Aunque el comité reconoce el avance, insiste en que la lucha no está cerrada. “La municipalización del servicio sigue siendo la única forma de garantizar estabilidad, dignidad laboral y calidad para los usuarios.”

Sostienen que el conflicto ha demostrado “el fracaso del modelo de gestión externalizado”, al depender un servicio esencial para mayores y dependientes de los beneficios y decisiones de una empresa privada.

“Seguiremos vigilando el cumplimiento del acuerdo y la calidad del servicio. No olvidamos que atendemos a personas mayores y dependientes, y su bienestar depende de que el servicio funcione correctamente”, añadió el comité.

Una etapa nueva, pero no definitiva

La ejecución del acuerdo del Sercla abre una fase distinta en el conflicto, pero no supone su cierre. En los próximos días, el comité celebrará una asamblea con la plantilla para valorar el alcance real del pacto y decidir si las movilizaciones, incluida la huelga ya tramitada, continúan, se modifican o se suspenden temporalmente.

Paralelamente, la representación sindical revisará el expediente de huelga y seguirá de cerca que el complemento se abone correctamente y que el calendario de reducción de jornada se aplique tal y como ha sido firmado.

Las trabajadoras subrayan que, aunque el acuerdo es un avance, la vigilancia seguirá siendo constante. “La unidad del colectivo no se moverá ni un centímetro”, apuntan, convencidas de que aún queda camino por recorrer.