Vista de la playa de La Caleta en bajamar, con barcas sobre las rocas y un hombre trabajando en una de ellas. Al fondo, el castillo de San Sebastián y, a la derecha, el de Santa Catalina. El cielo aparece nublado, con una luz húmeda que acentúa el ambiente de bochorno
La playa de La Caleta es una de las más emblemáticas de Cádiz. Foto: José Luis Porquicho Prada.

¿Puede La Caleta ser Reserva de la Biosfera? Una iniciativa ciudadana busca proteger la joya de la corona de Cádiz

La propuesta abre el debate sobre la sostenibilidad en este paraje y la sensación compartida es clara: la protección de La Caleta no puede esperar más

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La Caleta, la playa más simbólica, icónica y cantada de Cádiz, se encuentra ante un momento especialmente delicado. Excesos de la actividad humana y la invasión del alga asiática está acabando con la flora y fauna autóctona y amenaza con cambiar para siempre este paraje.

Un grupo de ciudadanos gaditanos ha lanzado una propuesta que pone sobre la mesa un debate urgente: dotar a La Caleta, la playa más simbólica de Cádiz, de una figura de protección oficial. La opción más mediática es la Reserva de la Biosfera de la Unesco, pero los impulsores aclaran que lo importante no es el nombre de la etiqueta, sino abrir ya el proceso de protección. La pregunta es clara: “¿Puede La Caleta ser Reserva de la Biosfera?”.

La idea surgió en un grupo de vecinos preocupados por el deterioro de La Caleta y fue verbalizada públicamente a título personal por José Abelleira, doctor en Ingeniería Química y licenciado en Ciencias del Mar. La iniciativa no es aún una candidatura formal, sino un llamamiento ciudadano para explorar qué figura de protección puede aplicarse. “Esto está muy verde, pero hay que dar un paso”, resume Abelleira.

La joya de la corona gaditana

Más allá de su valor turístico, La Caleta es un lugar de identidad y memoria compartida: escenario de cine, carnaval, tradiciones pesqueras y generaciones de gaditanos que aprendieron a nadar en sus aguas. “Se valora como recurso turístico, pero no como tesoro natural”, lamentan desde este grupo ciudadano. Para los impulsores, protegerla significa preservar no solo un espacio natural, sino una parte esencial de la cultura de Cádiz.

En los últimos años, la expansión del alga asiática Rugulopteryx okamurae está arrasando la biodiversidad de la zona. Erizos, anémonas, ortiguillas, holoturias y peces autóctonos que eran habituales en las pocetas están desapareciendo. “Antes te pinchabas con los erizos en las piedras; ahora apenas quedan”, recuerdan estos vecinos. A esto se suma la presión de grandes embarcaciones motorizadas que fondean cerca de la playa, cuyos vertidos deterioran la calidad del agua en un espacio ya de por sí confinado.

Limpiezas ciudadanas, una constancia de 13 años

La propuesta actual hunde sus raíces en una labor que se mantiene desde hace más de una década. Desde la asociación cultural Los Pimpis, vienen organizando limpiezas voluntarias en la playa desde hace 13 años. Junto a la entidad, vecinos y visitantes participan manteniendo viva esa preocupación por La Caleta. En estas salidas se han llegado a retirar no solo toneladas de algas y plásticos, sino también viejos motores de embarcaciones.

La última limpieza, en agosto, contó con la presencia del alcalde de Cádiz, Bruno García, y de numerosos personas no solo de Cádiz, también de fuera de la ciudad. Ya hay otra prevista para próximas fechas, con el objetivo de reforzar la conciencia ciudadana. “Si no lo hacemos nosotros, no lo hace nadie”, comentan.

¿Reserva de la Biosfera u otra figura?

La propuesta de la Reserva de la Biosfera actúa como símbolo y altavoz, pero los impulsores reconocen que es difícil aplicarla solo a La Caleta, por tratarse de un espacio limitado. Otras alternativas pueden ser una Zona de Especial Conservación, la declaración como patrimonio natural o potenciar planes locales de gestión ambiental. Lo esencial, insisten, es no dejar que el debate quede atrapado en tecnicismos: lo urgente es proteger.

La conversación con este inquieto grupo ciudadano en la llamada playita rota, se puede resumir en un mensaje compartido: hay que actuar ya. “Por La Caleta siempre se luchó, siempre hubo vecinos que la defendieron”, recuerdan. El espíritu es claro: abrir el proceso, sumar apoyos y garantizar que la playa más icónica de Cádiz no se pierda.

“Lo que queremos con La Caleta es lo que queremos con Cádiz: que no se acabe”, indican. Una frase que condensa la urgencia de un movimiento que empieza con este primer paso y que se alimenta de convicciones compartidas.