
'Si caminito al Estadio', por Carlos Natera: Imposible no ilusionarse

Marcó gol el Cádiz y los presentes en el Nuevo Mirandilla vimos como el cielo se teñía de rojo. Como si de una producción de Hollywood se tratase, allí estaba el cielo abierto tiñendo del fuego victorioso a un equipo que se alza líder, por fin, cinco años después.
Nuestro georgiano de cabecera puso el gol de la victoria en un encuentro muy dominado y trabajado por los de Gaizka. Cada día se ven más banderas georgianas en el Estadio, en lo que es un síntoma más del magnífico novelerío gaditano, imprescindible en nuestras tierras.
El Cádiz no sólo ganó al Huesca, sino que dominó en grandes tramos del partido. Hay que tener en cuenta que el equipo aragonés llegaba 7º a la cita, es decir, al borde del playoff. Si ese es el nivel del séptimo, no deberíamos dejar de ilusionarnos.
A menudo se leen críticas al equipo a expensas de la baja calidad en algunos puestos, pero lo cierto es que toda la categoría está igual, con agujeros en determinadas zonas. El que ataca bien, recibe muchos goles (ahí tienen al Racing) y el que defiende con firmeza no le cuela un gol al arcoiris. La Hipertensiones, qué os voy a contar.
Garitano sigue haciendo probaturas con su centro del campo. Esta vez Diakité se quedó en el banco y Alex ocupó su puesto, al lado de un Ortuño que se está volviendo titularísimo con el paso de los partidos. En los primeros 20 minutos, Ortuño y Alex no terminaban de encontrar espacios para facilitar a la defensa la salida de balón, pero el banquillo lo corrigió rápidamente insertando a Sergio entre los centrales y acercándole a un Alex que, extrañamente, empezó el partido tan escorado a la izquierda que nadie era capaz de encontrarle. Sea como sea, la creación de juego mejoró, aunque Yussi Diarra sigue perdido en tierra de nadie, sin crear, ni atacar ni defender.
Sigue faltando pique arriba. Álvaro García Pascual trabaja como el que más, pero el pobrecito mío recibe muy pocas pelotas con ventaja. Más que un delantero es un obrero ofensivo: no genera demasiado peligro pero lucha contra los defensas, los desgasta, genera espacios y es un comedero de coco constante para los rivales.
En momentos como éste quiero volver a recordar al bueno de Chris Ramos, que fue criticado por sus pocos goles y falta de acierto. Álvaro GP nos recuerda lo difícil que es construirse ocasiones y marcar en el Cádiz actual. Supongo que eso a Chris no le importa, claro, ahora disfruta de la samba, de la Liga brasileña y de la proyección internacional.
No quiero cerrar esta columna sin denunciar, una vez más, el maldito fútbol los lunes. Un crimen para los chiquillos y chiquillas que tienen que ir al colegio, para quienes trabajan de tarde o de noche y, como es mi caso, para los que vivimos fuera de Cádiz.
Yo me hago la ida y vuelta desde Sevilla, y el lunes que viene llegaré a casa alrededor de las 00:30, teniendo que madrugar al día siguiente. Todo sea por ver al líder, claro está, pero odio eterno al fútbol moderno.