Zornoza deja de ser obispo de Cádiz: El Papa acepta su renuncia en pleno escándalo por la denuncia de posibles abusos pederastas
El Papa León XIV opta finalmente por nombrar administrador apostólico a uno de los obispos auxiliares de Sevilla
Como se se esperaba y se había anunciado, el Papa ha aceptado la renuncia del hasta ahora obispo de Cádiz este sábado 22 de noviembre. EL Vaticano ha optado finalmente por la opción de dejar la diócesis en mano de un nombrar administrador apostólico.
El boletín del Vaticano ha comunicado que el Papa León XIV acepta la renuncia que el prelado presentó hace 15 meses, al cumplir los 75 años, y nombra como administrador apostólico de la diócesis a monseñor Ramón Darío Valdivia, actual obispo auxiliar de Sevilla.
Sobre el papel, se trata de una renuncia por edad; en la práctica, el relevo llega apenas dos semanas después de que se hiciera pública una denuncia por presuntos abusos sexuales a un menor en los años noventa, cuando Zornoza era sacerdote y dirigía el seminario de la diócesis de Getafe. Es el primer obispo en España investigado canónicamente por un caso de pederastia.
La renuncia ahora aceptada la presentó Zornoza cuando cumplió los 75 hace más de un año, pero no ha sido hasta ahora, en pleno escándalo por esa denuncia, cuando el Vaticano la ha hecho efectiva.
Un relevo marcado por la denuncia de abusos
El Vaticano no explica en su nota las razones de la decisión, pero el contexto es evidente. Desde julio, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe tramita la denuncia de un exseminarista que asegura que sufrió abusos continuados entre los 14 y los 21 años, bajo la autoridad de Zornoza en el seminario getafense.
La Santa Sede consideró “verosímil” el testimonio y encargó la investigación al Tribunal de la Rota en España, que abrió formalmente el procedimiento hace unas tres semanas.
Durante cuatro meses, ni el Vaticano ni la Conferencia Episcopal Española adoptaron medidas cautelares, y Zornoza se mantuvo en activo como obispo de Cádiz y Ceuta, con agenda pública y contacto con menores, hasta que el caso saltó a la prensa nacional.
Solo entonces el Obispado gaditano emitió un comunicado calificando las acusaciones de “muy graves y además falsas”, anunciando la suspensión temporal de la agenda del prelado “para el esclarecimiento de los hechos” y añadiendo que estaba siendo tratado de un “cáncer agresivo”.
Esta misma semana, el Papa León XIV se pronunció por primera vez sobre el caso, dejando claro que la investigación sigue abierta y que no descarta más pasos: “Se ha abierto una investigación y hay que permitir que vaya adelante; según los resultados, habrá consecuencias”, afirmó a preguntas de la prensa. Ahora, la primera consecuencia visible es que Rafael Zornoza pasa a ser obispo emérito de Cádiz y Ceuta.
Ramón Darío Valdivia, administrador apostólico de Cádiz y Ceuta
La aceptación de la renuncia de Zornoza va acompañada del nombramiento de un administrador apostólico, una figura de gobierno provisional que se utiliza cuando una diócesis queda sin obispo titular pero no se ha decidido aún un sucesor.
El elegido es monseñor Ramón Darío Valdivia, obispo auxiliar de Sevilla y presidente de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso.
Valdivia asume desde hoy la responsabilidad de gobernar la diócesis de Cádiz y Ceuta “sede vacante”, con las mismas facultades prácticas que un obispo diocesano, pero de forma temporal y en nombre del Papa.
Su tarea será mantener la vida ordinaria de la Iglesia gaditana, calmar las aguas tras semanas de crisis y preparar el terreno para el futuro titular de la sede. Entre los nombres que se barajan en ámbitos eclesiales figura el del obispo de Guadix, Francisco Orozco, aunque Roma no ha comunicado aún decisión alguna al respecto.
Una diócesis sacudida por años de conflicto interno
La salida de Zornoza no solo llega en el marco de la denuncia por abusos. En Cádiz, su etapa ha estado marcada por una fuerte contestación interna y varias polémicas de calado: desde los conflictos por la gestión del patrimonio y los desahucios de viviendas de la diócesis, hasta el caso del sacerdote conileño Rafael Vez Palomino, apartado fulminantemente tras denunciar públicamente lo que consideraba una deriva autoritaria y mercantil en el Obispado.
En las últimas semanas, el Grupo Cristiano de Reflexión-Acción de la Bahía de Cádiz, asociaciones de base cristiana, partidos como el PSOE y Adelante Andalucía, e incluso voces internas de la Iglesia local habían pedido ya la salida de Zornoza y una revisión profunda de su gestión pastoral y económica. La denuncia por abusos ha sido, para muchos, el detonante de un relevo que consideraban inevitable desde hace años.
El papel de la Conferencia Episcopal y la presión pública
La crisis ha salpicado de lleno a la Conferencia Episcopal Española. Durante la Asamblea Plenaria celebrada esta semana en Madrid, el presidente de la CEE, Luis Argüello, evitó citar expresamente a Zornoza en su discurso de apertura y se limitó a reivindicar “la presunción de inocencia” de los acusados, al tiempo que reconocía “el derecho de las víctimas a presentar su caso”. En entrevistas posteriores, admitió que el hecho de que Roma hubiera abierto el proceso “concede verosimilitud” a la denuncia.
El martes, tras reunirse con el Papa, Argüello había asegurado que la renuncia del obispo de Cádiz “podía ser aceptada próximamente”, sin fecha precisa. El anuncio oficial ha llegado solo unos días después, al cierre de una Plenaria que ha tenido al “caso Zornoza” como elefante en la habitación y que ha puesto a prueba la credibilidad del compromiso de la Iglesia española en la lucha contra los abusos.
Una investigación que continúa
La aceptación de la renuncia por edad no cierra el frente judicial interno para Rafael Zornoza. El procedimiento en el Tribunal de la Rota sigue su curso, ahora con el ya obispo emérito como investigado. El denunciante ha prestado declaración y el siguiente paso será, previsiblemente, la comparecencia del propio Zornoza ante los jueces eclesiásticos, que deberán determinar si las acusaciones se archivan o si se abre un proceso canónico pleno que podría concluir en sanciones más graves.
En el ámbito civil, los hechos están prescritos por el tiempo transcurrido, pero el caso ha reabierto el debate sobre cómo responde la Iglesia cuando el acusado es un obispo en activo, qué medidas cautelares se aplican y qué lugar ocupan las víctimas en procedimientos donde, a diferencia del derecho civil, no pueden ejercer como parte acusadora.
Mientras tanto, la diócesis de Cádiz y Ceuta amanece este sábado, por primera vez en catorce años, sin Rafael Zornoza al frente y con un administrador apostólico enviado desde Sevilla. Se abre una etapa nueva, con muchas heridas por cerrar y una pregunta de fondo que seguirá planeando sobre Roma y sobre la Iglesia española: si la salida ha llegado a tiempo o demasiado tarde.