Diferentes latas con berberechos y limones.
Latas con berberechos.

La sorprendente marca de berberechos que arrasa en los supermercados españoles

Probamos los mejores berberechos en lata del supermercado: hay un ganador inesperado

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Durante años, el berberecho fue el eterno segundón de la almeja, un molusco que pasaba desapercibido entre los clásicos del aperitivo español. No obstante su historia ha dado un giro. Hoy, este pequeño bivalvo se ha ganado un lugar destacado en las mesas más exigentes así como delicadas y en las estanterías gourmet de los supermercados.

Su sabor intenso y su vínculo directo con el mar lo han convertido en uno de los productos más y mejor valorados de la conserva española.

Para comprobar cuál es la mejor opción entre las marcas más populares y llamativas del mercado, un equipo de cata formado por Mar Muñiz (Yo Dona), Carlos Garcés (ElMundo.es), Luis Blasco (Redes), Daniel Izeddin (Vídeos) y otros especialistas en gastronomía, realizó una prueba comparativa con los berberechos al natural disponibles en los principales supermercados. Todas las latas analizadas tienen 120 ml de capacidad, entre 40 y 55 piezas y un peso escurrido medio de 63 gramos.

Pay Pay: sabor intenso, pero con altibajos

Elaborados por Conservas Cerqueira, en Vigo, los berberechos Pay Pay ofrecen una presentación que es muy atractiva y piezas bien seleccionadas, entre 45 y 55 por lata.

En boca, su sabor es intenso y equilibrado, aunque con un final algo artificial. La presencia de arena en algunos ejemplares resta varios puntos a la experiencia. Pero fueron los preferidos de Mar Muñiz, que destacó su sabor marino y su textura. Su precio, 5,35 euros, los sitúa en la gama media del mercado.

Dani: los favoritos del jurado

La marca Dani, producida en Vilassar de Mar (Barcelona), se alza como una de las grandes triunfadoras de la cata realizada. Sus berberechos, de entre 40 y 50 piezas por lata, destacan por su brillo, su tamaño generoso y su textura especialmente suave.

El sabor, fresco y potente, fue el más apreciado por Daniel Izeddin, Luis Blasco y otros catadores, que coincidieron en definirlos como “irresistibles”. Con un precio de 5,89 euros, logran un equilibrio bueno entre calidad y placer gastronómico que los posiciona entre los mejores del segmento.

Ribeira: correctos, pero sin personalidad

La propuesta de Frinsa del Noroeste, bajo la marca Ribeira, fue una de las menos celebradas en la cata. Si bien el envase incluye entre 45 y 55 piezas, su tamaño es más reducido y su sabor se percibe “insípido” según el jurado.

La textura, algo chiclosa, y la presencia inesperada de un mejillón, restan atractivo al mismo. Con un precio de 4,49 euros, se sitúan como una opción funcional pero lejos del carácter que se espera de un producto gallego de este tipo.

Carrefour Classic: demasiado mar y poca finura

Los berberechos Carrefour Classic, de origen británico y capturados en la zona FAO 27 del Atlántico Nordeste, son hechos por Conservas Dani para la cadena francesa.

Aunque su sabor a mar es intenso, la experiencia se ve empañada por la presencia excesiva de arena -es desagradable-, lo que provoca un crujido constante al masticar. Su color oscuro tampoco ayuda a la percepción visual del producto. Fueron los peor valorados por el jurado, pese a su competitivo precio de 3,69 euros.

De Nuestra Tierra: el poder de las Rías Gallegas

El gran referente de esta cata fueron los berberechos De Nuestra Tierra, recogidos en las orillas frescas de Noia por Conservas de Cambados. Su presentación es impecable: una caja elegante, brillo natural y un aroma a mar fresco.

Contienen la mayor cantidad de proteínas (14 g) y también el nivel más alto de grasa (1,3 g) y sal (1,7 g) entre los productos que han  sido analizados. En boca, su sabor es intenso y duradero, lo que divide opiniones: puede enamorar o resultar demasiado potente.

Para Carlos Garcés, son los auténticos ganadores, una experiencia “gourmet” en toda regla. Su precio, 7,99 euros, los ubica como el producto más caro, pero también como el más sofisticado.

El veredicto final confirma una tendencia evidente como es que el berberecho ha dejado de ser un simple acompañante del vermut para convertirse en un producto de culto.

Las conserveras gallegas han sabido rescatar su esencia, perfeccionando su enlatado y elevando su estatus gastronómico. En cada bocado, el berberecho ofrece lo que muchos productos industriales han perdido como es la autenticidad, mar y tradición.