Las mallas de sombreo para proteger los cultivos de los rigores del verano

Las mallas de sombreo para proteger los cultivos de los rigores del verano

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La llegada del verano y de las altas temperaturas hace que los invernaderos tengan que soportar su prueba más dura. La subida de temperatura, en algunas regiones extremas, y la intensidad de la radiación solar pueden poner en riesgo la integridad y salud de las plantas que se cultivan en el mismo y eso afecta a la producción de los cultivos y, por tanto, al rendimiento que dan. Por ello es importante recurrir a las mallas de sombreo en esta época del año, por una cuestión práctica.

Se trata de tejidos técnicos que, por lo general, están fabricados en un material de alta densidad como es el polietileno. Su diseño está muy estudiado y trata de regular el paso de la luz del sol, de esta forma también reduce la temperatura ambiente que se tiene y se evita el indeseado estrés térmico de las plantas, sobre todo, en los meses de verano. Es una importante protección que resulta definitiva para mantener un sano equilibrio en la relación entre luz solar, humedad y calor, todos ellos factores claves para el crecimiento adecuado de las plantas.

Beneficios de las mallas de sombreo

La función básica para la que están diseñadas las mallas de sombreo es la de filtrar la radiación solar y reducir la luz que entra en el invernadero, esto lo que hace es evitar la evaporación del agua, minimiza la misma, y eso hace que se pueda reducir la frecuencia de riego asegurando la correcta hidratación de la planta así como el ahorro en agua, es una forma positiva de optimizar el regado de la planta. Igualmente es una forma idónea de bloquear los rayos ultravioletas del sol que son dañinos y que provocan sequedad y quemaduras en las hojas acelerando el deterioro del cultivo.

También es conveniente saber que es una buena protección contra fenómenos meteorológicos extraños del tipo de tormentas que puedan traer lluvias torrenciales o granizo ya que amortiguan la acción de los mismos y mantienen resguardado al cultivo o minimizan el efecto de las plagas, estos fenómenos pueden destruir una cosecha y este sistema es una forma de minimizar su efecto pernicioso.

Otro factor importante es que favorece le circulación del aire y esto provoca la acumulación de excesiva humedad que en ambientes determinados, normalmente calurosos, suele conllevar la aparición de hongos y enfermedades.

Adaptabilidad según las necesidades

El mercado tiene una gran gama de mallas de sombreo que se adaptan a las diferentes necesidades de los clientes, gama que ofrece un colorido diferentes desde el negro, verde o gris, así como distintos tipo de niveles de cobertura, oscilando entre el 50% y el 90%.

En este sentido es bueno saber que las mallas del 50% suelen ser utilizadas en cultivos que, por lo general, requieren alta luminosidad hasta en el verano, esto es demandado por diferentes tipos de hortalizas o flores.

Las mallas del 65% son las más indicadas para cultivos ornamentales o zonas que tienen una mayor exposición solar.

Finalmente, para situaciones más extremas, las mallas del 80% y 90% son las que dan más protección y las especialmente recomendadas para el sur de España, por ejemplo, donde los rigores del verano se dejan sentir con mayor intensidad.

Hay una gran adaptabilidad y esto permite que los agricultores puedan elegir entre aquellas que se adaptan mejor a las condiciones que exige su invernadero así como a las especificaciones ideales de cada cultivo sabiendo que, con las mallas de sombreo, se optimiza la producción y se mejor, a la vez, la calidad final del producto.

Mallas o lonas, ¿qué opción elegir?

Aunque son presentadas en ocasiones como sinónimos lo cierto es que hay diferencias entre mallas de sombre y lonas de sombreo. Cabe decir que las mallas están diseñadas para favorecer la ventilación al igual que para controlar la humedad –que son aspectos fundamentales en verano-, por el contrario las lonas tienen un servicio más específico como el de proporcionar una sombra más tupida que es más estética, suele usarse para cubrir zonas de en jardines y terrazas.

Si hay que elegir entre ambas opciones y se tiene un cultivo la más adecuada será siempre las mallas de sombreo, es la mejor opción y la que más funcional se presenta para esta elección.

Inversión rentable y de larga duración

El precio de las mallas de sombreo no es costoso, se trata de un gasto asequible si se tiene en cuenta la mejora cualitativa que ofrece así como la protección y el ahorro que va a significar al agricultor.

En función de la densidad y las dimensiones, también de la calidad, el gasto que implica puede estar entre los 0,40 y los 0,70 euros por metro cuadrado. Hay que tener en cuenta la duración de las mismas que es larga ya que puede superar los cinco años si se le presta un mantenimiento adecuado, esta inversión se convierte en una solución económica y rentable en cualquier cultivo o explotación agrícola.

Otro apartado fundamental es la correcta instalación pues de ello depende el maximizar la vida útil de las mallas. Su colocación debe obedecer a una correcta planificación, se deben asegurar bien los anclajes y garantizar una buena tensión, esto hará que se tenga una mayor durabilidad y explotar al máximo la inversión.

Las mallas de sombreo de calidad para la temporada de verano en un sembrado no sólo es un importante elemento de protección de los cultivos frente a las temperaturas extremas, al mismo tiempo es un factor que favorece el entorno de crecimiento, reduce costes de riego y baja de forma considerable los riesgos fitosanitarios.

En un mundo en el que cada vez es más extremo el contexto climático estas mallas de sombreo se constituyen como un buen elemento que garantiza lo que es la sostenibilidad y el éxito de la producción agrícola en un invernadero, imprescindible para el agricultor.