Lata de sardinas con pan a un lado y un limón al otro.
Lata de sardinas.

Ni las más caras se salvan, las sardinas de lata de marca blanca que ganan el test de la OCU

OCU analiza 19 latas de sardinas y solo tres aprueban con nota: así queda la clasificación completa

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Comer sardinas en lata es una costumbre muy arraigada dentro de la gastronomía española, sobre todo en los meses de verano. Su practicidad, su alto contenido en proteínas, vitaminas y ácidos grasos omega-3, y su facilidad para combinar con pan o ensaladas las han convertido en todo un clásico de la despensa.

Pero no todas las conservas son iguales puesto que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado las principales marcas de sardinas en aceite de oliva disponibles en los supermercados españoles, y los resultados arrojan evidentes diferencias en calidad, sabor y etiquetado.

El estudio se ha realizado sobre 19 referencias distintas y ha evaluado aspectos diversos como la textura, el contenido de sal, la homogeneidad de las piezas, el aceite utilizado y la información nutricional que se facilita al consumidor.

Los resultados confirman que las marcas blancas, una vez más, se imponen como la mejor opción en términos de la relación calidad-precio.

Sardinas, diferencias notables en calidad y presentación

Uno de los factores más destacados del análisis de la OCU es el aspecto visual de las sardinas una vez se abre la lata. En muchos casos, los expertos encontraron desgarros en la piel, piezas rotas o retracciones musculares debidas a un exceso de cocción.

Esta falta de homogeneidad afecta a la presentación del producto, aunque no necesariamente relacionado a su sabor.

El contenido de sal fue otro de los puntos penalizados: en promedio, las conservas contienen -aproximadamente- unos 0,8 gramos de sal por cada 100 gramos de producto, una cifra elevada que podría mejorarse para adaptarse a recomendaciones nutricionales más saludables.

Aun así, el estudio resalta aspectos muy positivos. Todas las latas analizadas emplean aceite de oliva sin defectos, y las pruebas de laboratorio vienen a confirmar la ausencia de contaminantes preocupantes como el mercurio o el cadmio, este último detectado en niveles hasta diez veces inferiores a los límites establecidos por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Igualmente no se encontró histamina, un compuesto que indicaría un procesado deficiente o falta de frescura del pescado original.

Las tres mejores marcas de sardinas del análisis

En la parte alta del ranking se sitúan tres marcas blancas muy populares donde la mejor valorada es Auchan (Alcampo), cuyas sardinas en aceite de oliva obtuvieron una calificación global de 67 sobre 100. Con un precio de 1 euro la lata de 120 gramos, se destaca por su equilibrio entre calidad y coste, aunque presenta pequeños desgarros en algunas piezas.

En segundo lugar se encuentran las sardinas Hacendado (Mercadona), con una puntuación de 65 sobre 100. Su precio es de 1,90 euros por un pack de dos latas de 117 gramos. Los analistas han destacado su buena calidad general, pero recomiendan reducir el contenido de sal y mejorar la información del etiquetado.

El tercer puesto lo ocupa la marca Nixe (Lidl), con 64 puntos sobre 100. Su precio, de 1,89 euros el pack de dos latas de 125 gramos, la convierte en la opción más económica de todo el estudio. Los expertos valoran muy positivamente su sabor y frescura, aunque también señalan el exceso de sal como punto de mejora.

Problemas en el etiquetado nutricional

Más allá del sabor o la textura, la OCU advierte un problema recurrente en cuanto a la información al consumidor.

Una de cada tres latas analizadas no cumple correctamente con la normativa europea de etiquetado, ya que muchas solo incluyen los valores nutricionales del peso escurrido de las sardinas, sin tener en cuenta lo que es el aceite añadido ni el peso neto total.

Esta omisión puede inducir a error a quienes comparan productos o controlan su ingesta en cuánto a calorías y de grasas.

El análisis concluye que las sardinas en lata en aceite de oliva son un producto considerado como seguro, nutritivo y de buena calidad general, con un sabor apreciado por los catadores y sin riesgos sanitarios relevantes.

No obstante aún existen diferencias entre marcas y aspectos por mejorar, sobre todo en presentación, contenido de sal y transparencia en el etiquetado.