
Oraciones a San Martín de Loba

San Martín de Loba es como se llama, en toda la zona del Caribe al obispo de Tours de Francia. Se trata de un soldado, un militar, contemporáneo a Jesús de Nazaret y que se convirtió en cristiano.
Esa persona piadosa y, una noche, galopaba por un camino vio como un mendigo padecía las consecuencias del frío. Martín detuvo su caballo y se cortó la mitad de su manto dándoselo al hombre para que se calentara, de esa forma le salvó la vida.
Es sólo uno de los muchos gestos de caridad que tuvo en vida y que hizo que se ganara fama de justo. Con el paso del tiempo fundó un monasterio, una vez que falleció el obispo toda la ciudad aclamó a Martín como el nuevo obispo. Murió en en el año 397 en olor a santidad.
Devoción en el Caribe colombiano
A la costa del Caribe llegó a Loba, en la confluencia del Magdalena y San Jorge, lo ríos de la zona en el Barranco de Loba, San Martín de Loba y Hatillo de Loba, en la región de Cartagena, , en Bolívar y, por ello, se llama San Martin de Loba, con fama de conceder muchos favores a sus devotos.
Primera oración poderosa
Una de las oraciones más poderosas que se le pueden ofrecer al santo es:
“Oh San Martín de Loba, valiente y justo defensor de la fe católica en tiempos de la conquista española de América, cuyo nombre resuena en la historia como el protector de los indígenas y de aquellos que luchan, con ahínco, con fe, por la igualdad y la libertad.
Permíteme elevar mi voz en esta oración para pedirte que intercedas por ante Dios, que es Todopoderoso, pidiendo por la paz así como por la armonía en todo lo que es el mundo, especialmente en estos momentos de incertidumbre y crisis global, y que nos guíes en el camino hacia un futuro de justicia y de equidad en todos los seres del planeta, sea cual sea su religión, su raza o su origen.
Oh, gran San Martín de Loba, cuyo espíritu de sacrificio en esta vida, así como tu trabajo y entrega, ha sido un buen ejemplo para generaciones, personas que creían y que no.
Te ruego que nos ayudes a ser más humildes así como compasivos con el prójimo y solidarios, que son los valores que tu transmitías y que también encarnaste en vida al defender a los más desprotegidos y al trabajar incansablemente por el bienestar de tu comunidad.
Que seas el ejemplo en el que nos miramos todos y que luchemos por cambiar lo malo que hay en nuestro entorno, promoviendo el diálogo, la tolerancia y el respeto hacia los demás, y rechazando toda forma de violencia, discriminación o exclusión.
Que tu intercesión ante Dios nos permita alcanzar la paz interior y la fortaleza necesarias a fin de poder encarar los desafíos que la vida presenta, que lo hagamos con coraje y con la determinación del que se sabe con la Verdad, y que podamos siempre actuar con justicia y equidad, tal como lo hiciste tú en tu tiempo.
Por todo esto, te pido que escuches mi oración y que nos acompañes en la vida dándonos luz, fe y la necesaria esperanza. Amén”.
Debe rezarse con mucha devoción y sintiendo cada palabra, es conveniente también hacer junto a tres Padrenuestros, que reforzará el poder de la oración.
Segunda oración a San Martín de Loba
Otra oración que se puede dedicar a San Martín de Loba es:
“Amado San Martín de Loba, protector de los humildes y defensor de la justicia divina, te suplico que nos brindes tu ayuda y orientes nuestros pasos, en estos tiempos difíciles, hacia el bien con humildad y certeza. Que pueda enfrentarme a los desafíos de la vida.
Que nos muestres el camino para superar las adversidades y para construir un mundo más solidario, justo y fraterno, en el que la dignidad de todas las personas sea respetada y sea muy valorada.
Que nos concedas la sabiduría para comprender que la verdadera grandeza reside en el servicio a los demás y en la búsqueda del bien común, y que nos inspires para actuar con generosidad y desinterés en beneficio de los más necesitados.
Que nos des la fortaleza para enfrentar las dificultades con entereza y esperanza, y para vencer nuestras propias limitaciones y todo lo que nos genera debilidad.
Hoy, con esta oración, te imploro, San Martín de Loba, tu intermediación, que intercedas ante Dios por nuestras necesidades y que nos acompañes siempre en el camino de la vida, guiándonos con tu ejemplo de amor y servicio para con los demás. Amén”.
Tercera oración muy poderosa
La tercera y muy poderosa oración al santo dice:
“Querido y admirado San Martín de Loba, cuya vida fue un testimonio vivo de entrega, sacrificio y amor por los más necesitados, te suplico que nos ayudes a seguir tu ejemplo y a ser instrumentos de paz y unidad en un mundo que tanto lo necesita.
Que nos concedas la humildad para reconocer nuestras propias limitaciones y la grandeza de los demás, y que nos inspires para trabajar unidos para hacer de este mucho un lugar donde brille la justicia y la equidad, que haya más solidaridad y confiemos más los unos en los otros.
Que nos des la paciencia y la comprensión para escuchar a los demás y para construir puentes de diálogo y entendimiento, y que nos guíes para actuar con justicia y misericordia en todo momento.
Que no nos dejes caer todo aquello que es una tentación para el ser humano, que nos protejas de todo lo malo y ayudes a elegir siempre, siempre, el camino correcto en la vida.
Que nos brindes la fuerza y la valentía para defender lo que es justo y para luchar contra toda forma de opresión, discriminación y violencia, tal como lo hiciste tú en tu tiempo.
En esta oración te pido, San Martín de Loba, que intercedas ante Dios por nuestras necesidades y que nos ilumines con tu sabiduría y tu amor, para que podamos ser auténticos discípulos de Cristo y verdaderos hermanos y hermanas para todos los que nos rodean. Que así sea”.
Recomendaciones para el rezo
Son oraciones que impulsan a la persona a aquello que desean, que el santo hace que lleguen a Dios y que se puedan hacer realidad todas esas peticiones que, cada uno en conciencia y en función de la situación, piden.
Rezadas con fervor y junto al Padrenuestro en tres ocasiones todos los días durante una semana, acercará a la persona un poco más a aquello que desea y para lo que ha solicitado los socorros o el consuelo divino.