
De Babilonia a nuestros días: cómo la astrología ha guiado a las civilizaciones durante siglos

Ya en las civilizaciones antiguas, la astrología se utilizaba principalmente para estudiar la posición de las estrellas. Las diferentes culturas la adoptaron y la fueron perfeccionando a lo largo de los siglos. Hoy en día, hay personas que estructuran todo su sistema de creencias en torno a su carta natal y a la posición de los planetas, mientras que otras opinan que la astrología debería limitarse únicamente al estudio de las estrellas.
En su momento, la astrología, al igual que la astronomía y la medicina, se consideraba una herramienta fiable para entender el mundo. Sin embargo, con la llegada de la ciencia y la psicología moderna, empezó a ser cuestionada. Ya en el siglo XX, la astrología se veía como algo irracional y anticuado, y más como un entretenimiento que como una fuente de conocimiento.
Aun así, la astrología puede resultar interesante: los rasgos de personalidad, a menudo asociados a la simbología antigua y a la posición de los planetas, ayudan hoy en día a muchas personas a conocerse y comprenderse mejor a sí mismas.
Simbología antigua
Se trata de una colección de símbolos antiguos que han perdurado durante miles de años. Antes de la psicología moderna, la astrología utilizaba los movimientos de los planetas y las características de los signos zodiacales para describir el comportamiento, las emociones y el desarrollo de las personas.
Cada planeta representa una fuerza universal: Marte simboliza la acción y el deseo; Venus, el amor y la armonía; Saturno, la disciplina y el desafío; y así sucesivamente. Estos símbolos ancestrales siguen teniendo vigencia porque hablan de aspectos humanos que todos reconocemos.
La astrología como espejo
Actualmente, la astrología puede ayudarnos como mucho a conocernos mejor, pero no define de manera estricta nuestra personalidad. De esta manera, la astrología no funciona tanto como un mapa, sino más bien como un diálogo con uno mismo.
Muchas personas quieren saber la hora exacta de su nacimiento, un dato que normalmente aparece en el papeleo del hospital que nuestras madres guardan en algún cajón o carpeta por casa. Con estos datos puedes hacerte la carta astral, una instantánea de dónde se encontraban los planetas justo en el momento de tu nacimiento.
Los planetas de tu carta se sitúan entonces en 12 casas distintas, que representan los elementos (tierra, aire, fuego y agua) y reflejan una imagen compleja, pero muy real, de cómo funciona por dentro un ser complejo.
El signo del sol suele ser el más conocido y simboliza tu identidad principal. La luna habla de tu mundo emocional, tu ascendente refleja la forma como te muestras ante los demás y cada planeta revela una faceta distinta de la vida: la comunicación, el amor, la ambición o la transformación.
Una herramienta para el autoconocimiento
Es importante dejar claro que el lenguaje simbólico no pretende definirte ni encasillarte. Su único objetivo es inspirarte para que te conozcas mejor como persona. Tómatelo como una oportunidad para pensar en lo que eres por naturaleza y lo que has aprendido. La suma de ambas cosas ha construido la esencia de quién eres hoy en día, lo cual puede ayudarte a construir quién quieres ser en el futuro. Tanto si te lo tomas de manera literal como si lo ves como una metáfora, leer tu carta astral y reflexionar sobre su significado puede ayudarte a conocerte mejor, a mostrar más compasión con tu persona e incluso a sanar.
Tómate un tiempo para reflexionar sobre tus experiencias, decisiones, tendencias y circunstancias. Verás que la conexión con los símbolos astrológicos siempre aparece, pero su objetivo se limita a ayudarte a verlo todo más claro y no pretende explicar ni justificarlo todo.
Aun así, debemos ir con cuidado para no caer en el error de dar a los símbolos más importancia de la que merecen o tratar de explicar acontecimientos complejos de la vida haciendo asociaciones demasiado simples. Para entender bien las situaciones complejas, lo mejor es recurrir a diferentes perspectivas o fuentes. Si te gustan los juegos de azar, por ejemplo, no confíes tu suerte a la astrología e infórmate a través de fuentes más autorizadas antes de arriesgar tu dinero. Arriesgarse puede abrirte la puerta al éxito y la fortuna, pero equivocarse puede salirte muy caro.
Límites y críticas
Por muy útil que pueda ser la astrología para la reflexión personal, es importante reconocer sus limitaciones, y es que, para empezar, el signo y la carta astral pueden interpretarse o calcularse de formas equivocadas.
Aunque para muchas personas la astrología tiene un fuerte significado simbólico y psicológico, no es una ciencia, sino una pseudociencia, ya que no se ha demostrado que la posición de los planetas influya de forma directa en nuestra personalidad o en lo que nos pasa. Eso no significa que no pueda ser útil, pero nos recuerda que debemos usarla de manera consciente y reflexiva.
Una crítica frecuente que ha recibido a lo largo del tiempo es el sesgo de confirmación, cosa que puede llevar a externalizar la responsabilidad. Los humanos solemos centrarnos en lo que ya creemos y en pasar por alto aquella información que, a pesar de ser cierta, no nos beneficia tanto. Eso puede provocar que reforcemos el sesgo y evitemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones, culpando a los planetas de nuestra carta y atribuyendo todo a las circunstancias.
En resumen, la astrología es más beneficiosa cuando se utiliza con autoconciencia y equilibrio. Es un marco de referencia, no un hecho. Si se aborda desde la curiosidad y sin depender de ella, puede aportarnos cosas interesantes: una nueva perspectiva, un momento de introspección o simplemente una forma más compasiva de entendernos tanto a nosotros como a los demás.
Una herramienta, no una verdad incuestionable
Tanto si consideras tu carta astral como un destino escrito en las estrellas o simplemente como un esquema para el autoconocimiento, lo importante es la reflexión que provoca. Nos ayuda a ver patrones que hemos ignorado, a poner palabras a sentimientos que no hemos comprendido y a generar conversaciones que de otro modo quizá no tendríamos. Usada con conciencia, la astrología no nos limita, sino que amplía nuestra percepción.
No es necesario creer en la astrología para dejar que te inspire. A veces, lo importante no es que algo sea verdad, sino que te sirva para vivir de forma más auténtica.